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Salto cualitativo de la implicación de España en la lucha antiterrorista en el Sahel

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España se involucra un poco más, al lado de Francia, en la lucha antiterrorista en el Sahel, pero no lo hace público. Esa franja de frágiles países africanos semidesérticos donde proliferan grupos terroristas afines a Al Qaeda y donde los yihadistas nigerianos de Boko Haram tratan de poner pie es considerada a día de hoy, junto con Libia, como la principal amenaza exteriorpara el suroeste de Europa.

Un KC-130, más conocido como Hércules, del Ejército del Aire español despegó de Dakar (Senegal) el pasado 21 de febrero para efectuar su primera misión de reabastecimiento en vuelo de cazabombarderos franceses en el espacio aéreo maliense y nigerino, según anunció días después, agradecido, el Ministerio de Defensa de Francia en un comunicado ilustrado con dos fotos de los aviones en vuelo. En Madrid, el Ministerio Defensa no informó de esta novedad mediante un comunicado o modificando la explicación que da en su web sobre esta misión africana aunque el Estado Mayor de la Defensa sí puso un tweet.

“Una patrulla compuesta por dos aviones Mirage 2000 C despegó de Niamey (Níger) para apoyar a un convoy [militar] en el norte de Malí”, reza el comunicado francés que relata la primera operación de reabastecimiento con participación española. “La distancia es larga hasta llegar a la zona y los cazas tienen por costumbre ser abastecidos por un Boeing C-135 para efectuar así misiones de cuatro a cinco horas de duración”, prosigue. “Por primera vez fue KC-130 español, con base en Dakar, el que suministró a los cazas de la operación Barkhane el carburante necesario para continuar su misión”. “Cada uno obtuvo dos toneladas de keroseno alargando así en más de una hora su capacidad para surcar la zona”, señala.

Después de intervenir urgentemente, en enero de 2013, para impedir que las columnas yihadistas que partieron del norte de Malí se apoderasen de su capital, Bamako, Francia puso en marcha, en agosto de 2014, la llamada operación Barkhane. Consiste en el apoyo de unos 4.000 militares francesesa las fuerzas armadas de Mauritania, Níger, Chad. Burkina-Faso y, sobre todo, Mali en su lucha contra los movimientos terroristas que, a principios de este mes, que anunciaron su fusión y se declararon leales a Al Qaeda.

Tras comparar las diferencias técnicas para los Mirages entre el reabastecimiento en vuelo con un avión cisterna español o francés, el comunicado concluye resaltando que “la cooperación operacional con el Ejército del Aire español, ya existente con el apoyo de un C-130 para el transporte de carga y personal, da un nuevo salto (…)”.

El blog francés Defens’Aero, dedicado a la aviación militar, señala que el avión-cisterna español también reabastece a un C-160G Gabriel, un aparato francés del Escuadrón Electrónico Aerotransportado de Dunquerque dedicado al espionaje electrónico, pero que esta información no se divulgó.

Del Destacamento Marfil a Rota y Morón

Desde hace algo más de cuatro años los 55 hombres del Destacamento Marfildel Ejército del Aire trasladan desde Dakar, por encargo de las Fuerzas Armadas de Francia, pasajeros, mercancías y armas a lo largo y ancho del Sahel cuya extensión sextuplica a la de España. Con un C-130 Hércules, que ha volado más de 4.400 horas, han transportado a 15.700 pasajeros y 2.800 toneladas de carga.

Además de involucrarse directamente en el Sahel, España también lo hace indirectamente a través de EEUU. La Fuerza Aérea estadounidense anunció el 3 de marzo que trasladaba a tres aviones-cisterna KC-135 y medio centenar de militares desde Mildenhall (Reino Unido) hasta la base naval de Rota (Cádiz) para “continuar apoyando las operaciones francesas en Malí y en el norte de África”. Estos aparatos estadounidenses cruzan el espacio aéreo de Marruecos y de Mauritania hasta juntarse con los cazas franceses en el de Malí, reabastecerles allí en vuelo y regresar a su base gaditana.

La decisión del Pentágono muestra que la Administración del presidente Donald Trump sigue, en lo concerniente al apoyo a París, la línea marcada por su predecesor, Barack Obama. Éste puso en marcha, en enero de 2013, la operación Juniper Micron que consiste en trasladar gratuitamente en aviones estadounidenses a soldados y material de la base de Istres-Le Tubé (Francia) a Bamako.

Más relevante aún fue la iniciativa de construir una base para drones en Agadez, en el norte de Níger, para vigilar a los grupos terroristas que pululan por el Sahel y por el sur de Libia y ayudar a la fuerza aérea francesa a identificar a sus objetivos. El Pentágono confirmó el proyecto en septiembre pasado y calculó que costaría unos 50 millones de dólares, pero la revista estadounidense de investigación The Intercept aseguró que “la mayor construcción norteamericana en África” no saldría por menor de 100 millones.

Desde mediados de 2015 el Africom ha instalado en otra base de utilización conjunta, la de Morón (Sevilla), a sus fuerzas especiales –el tope de efectivos autorizados por España es de 3.500 hombres y 40 aeronaves- listas para actuar en África. Cuatro años antes fue un presidente del Gobierno socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, el que dio su visto bueno para que la base de Rota desempeñase un papel destacado en el escudo antimisiles puesto a punto por EEUU.

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