En el año caracterizado por el gobierno como el de la recuperación más de 80.000 trabajadores se han visto afectados por esta herramienta de despido colectivo aprobada en 2012. En concreto, los diez primeros meses del año suman 81.856 asalariados de 4.828 empresas enviados a la fila del paro o una reducción drástica de su jornada y sueldo. Por despido colectivo fueron a la calle 20.049 personas, por suspensión de contrato 49.955; de la industria 41.000, del sector servicios 31.804 y por último de la agricultura 1.165. Tan solo 22.895 de los afectados por ERE´s provienen de empresas que declaran pérdidas económicas. Las tres regiones más afectadas por esta sangría laboral son Madrid con 13.464, Aragón con 12.059 y Cataluña con 9.936.
Los ERE más preocupantes
Este no ha sido el peor año de despidos colectivos a través de un ERE. Por ejemplo el año pasado fueron 160.000 los afectados. Pero sí que inquieta el hecho de que, a pesar de la mejora económica anunciada por el gobierno y círculos oligárquicos, se siga usando el despido colectivo de forma masiva.
Desde su aprobación por el gobierno de Rajoy en febrero de 2012, alrededor de un 1,1 millones de trabajadores han pasado por un ERE. Mas de 60.000 empresas han utilizado esta herramienta de despido.
El ERE, es la forma habitual por la que grandes empresas, monopolios y multinacionales imponen las rebajas salariales, los aumentos de jornada y los recortes en derechos de todo tipo.
Los despidos de estos ERE que no tienen que ver nada con la burbuja inmobiliaria, no son despidos de la construcción en lo principal, son despidos cualitativos. Los despidos que se producen a partir del 2012, cuando llevamos ya 4 años de crisis, provienen de la industria y del comercio.
Se despide y, al mismo tiempo se genera empleo, de tal forma que según el gobierno tenemos mejores niveles de empleo que cuando Rajoy ganó las elecciones a finales de 2011.
La ecuación es sencilla. Primero se despide a un millón de trabajadores con unos sueldos y unos derechos que ha costado cuatro décadas de lucha sindical conquistar. Después se contrata a otros tantos trabajadores con sueldos muy inferiores, con jornadas más largas y con menos derechos.
«Inquieta el hecho de que a pesar de la supuesta mejora económica anunciada por el gobierno los ERE actuales son de empleo cualitativo, no de la construcción»
Otra gran causa es la absorción de empresas españolas por grandes monopolios extranjeros. Una vez hecha la absorción la empresa puede o bien desmantelar la empresa nacional y venderla, quedándose, eso si, la marca, o bien que el 75% o el 60% de la plantilla resultante haga el trabajo correspondiente al nicho de mercado de las dos empresas.
En cualquiera de los dos casos, lo que está en juego es el aumento de la explotación de los trabajadores de España, mano de obra como la española, altamente cualificada a un precio muy bajo. Así, por ejemplo, las grandes factorías de Citroen, Mercedes, Opel o Ford tienen trabajadores cualificados por un sueldo inferior al sueldo mínimo inter-profesional de Francia o Alemania. No se trata de ninguna crisis sino de un saqueo milimétricamente calculado. Es decir sostener un PIB cercano al billón de euros pero con salarios mucho menores. Sostener un PIB que antes se producía con 20 millones de trabajadores y ahora, en el mejor de los casos, con 17 millones de asalariados.
Son los grandes monopolios, que fabrican para exportar fuera, los que se benefician de esta precarización y rebaja salarial. A ellos no les afecta lo más mínimo que se hunda el mercado nacional. Es por ello que la reforma laboral de 2012 fue aprobada por el gobierno de Rajoy pero bajo la batuta de los grandes monopolios extranjeros.