Las claves del nuevo curso político

¿Sacudir para saquear?

Detrás de la crispación política está la disputa por imponer una nueva vuelta de tuerca en el saqueo. Bancos, monopolios y centros de poder quieren más recortes, y los quieren ya. Necesitan sacudir y desestabilizar para llevar adelante sus planes de saqueo. Esto es lo que genera tanto ruido, bronca y enfrentamiento.

Abrimos un nuevo curso político que se anuncia agitado. Todos anticipan una agudización de las andanadas contra el gobierno. Y la ejecución de la amnistía o el anuncio de una “financiación singular” para Cataluña generan tensiones.

Sin embargo, lo más importante es lo que no nos cuentan. En el curso 2024-2025 hay fechas marcadas… que se traducen en nuevos recortes. Centros de poder internacionales y nacionales buscan garantizar su ejecución. Mientras una mayoría social progresista se niega a aceptarlos. Este es el verdadero motor de la “crispación” política.

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Terreno minado

Vivimos una situación internacional convulsa, y su desarrollo va a influir en España.

Dos guerras en la periferia europea están en plena ebullición. En Ucrania podemos estar ante un momento decisivo. Mientras Israel, con el respaldo norteamericano, exacerba el genocidio en Gaza, lanza nuevos ataques en Cisjordania, y amenaza con extender la guerra por Oriente Medio.

Y al otro lado del Atlántico, las presidenciales norteamericanos decidirán el rumbo de la superpotencia. Con todas sus diferencias, Trump y Harris son dos alternativas que buscan mantener el dominio norteamericano.

Mientras en nuestro país la tensión política sigue alimentándose.

El gobierno de coalición ha salvado un “match point” -si el PP hubiera arrasado en las europeas arreciaría la exigencia de elecciones anticipadas- pero a cambio de una mayor debilidad. Tiene más dificultades para aprobar leyes. Presumiblemente no podrá aprobar nuevos presupuestos, y deberá prorrogar por segunda vez consecutiva los del año anterior.

Mientras los movimientos que apuntan al presidente avanzan. El juez Peinado anuncia nuevas diligencias en su intento de implicar a la mujer de Sánchez en un caso de corrupción.

Los sectores más reaccionarios agitan un discurso contra la inmigración, extendiendo un peligroso clima xenófobo.

Y la promesa de una “financiación singular” para Cataluña, con privilegios para una de las comunidades más ricas, es rechazada también por relevantes sectores socialistas.

Tal y como titula uno de los principales periódicos nacionales, “el nuevo curso político llega sembrado de minas para el Gobierno”. Pero en ese puzzle diabólico falta una pieza, la más importante y decisiva.

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Choque de trenes

Casi todos los medios nos presentan una economía “boyante”, amparándose en un crecimiento español que supera la media europea. Pero esa fachada esconde la realidad. Mientras bancos y monopolios suman récords de beneficios, la mayoría seguimos sufriendo un recorte de nuestro poder adquisitivo. Y cuando se pronuncian los centros de poder internacionales o nacionales lo hacen siempre para exigir más recortes.

Pero esta ofensiva enfrenta un problema: la resistencia de una mayoría social que se niega a acatar nuevos recortes, y que a pesar de los intentos por minimizarla sigue siendo un protagonista decisivo.


Cuando se pronuncian los centros de poder internacionales o nacionales lo hacen siempre para exigir más recortes.

Este choque de trenes, y no los enfrentamientos entre gobierno y oposición, o entre la izquierda y la ultraderecha, es lo que va a determinar el rumbo del país.

El capital extranjero, principalmente el norteamericano, o el Ibex-35 han ganado mucho a nuestra costa. Pero no tienen suficiente. Quieren más. Y lo quieren ya. Su “hoja de ruta” para el nuevo curso es más agresiva.

2025 es el año señalado para el ataque final a las pensiones, aprovechando que Bruselas impuso una revisión trianual. Arrecian las presiones para recortarlas y privatizarlas. Pero se enfrentan a una masiva oposición popular, que les obligó a suspender la reforma de Rajoy y a posponer los recortes más duros.

El próximo año deberán entrar en vigor las nuevas reglas fiscales en la UE, que bajo la bandera de reducir la deuda y el déficit nos obligan a recortes que pueden alcanzar los 13.000 millones anuales.

Y desde EEUU se nos impone un aumento de los gastos militares, que sería sufragado con recortes sociales.

Quieren más recortes y los quieren ya. Esto es lo que genera tensión política

El FMI o la OCDE señalan el camino. Exigen la retirada de las ayudas, “un ritmo más fuerte de consolidación fiscal” (más recortes de gasto), o el aumento de los impuestos indirectos.

Y asistimos a una ofensiva donde grandes fondos estadounidenses buscan un mayor control de la sanidad, degradando o privatizando la sanidad pública, o ampliar su dominio sobre la vivienda, enriqueciéndose a golpe de aumentar alquileres o hipotecas.

Pero aquí vuelven a tener enfrente a una mayoría social que no solo lucha sino que también obtiene victorias. Ha puesto sobre la mesa el tope a los alquileres como una alternativa real. O ha impuesto que se esté tramitando una ley para revertir las privatizaciones de servicios públicos en sanidad.

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Necesitan mover el tablero

La tensión política en España no está generada por la actuación de jueces franquistas, de la ultraderecha o de las “cloacas del Estado”. Estos actores existen, y son tóxicos. Pero son arietes de quienes verdaderamente tienen la capacidad para mover el tablero político.




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Detrás de la crispación política está la disputa por imponer una nueva vuelta de tuerca en el saqueo.

Los centros de poder internacionales y nacionales no han podido llevar hasta donde querían el saqueo a la población por la oposición de una mayoría social cuya resistencia no han podido quebrar.

Ahora que quieren más y lo quieren ya, necesitan sacudir la política española para vencer esas resistencias.

Y esto afecta al actual gobierno de coalición. Con él tanto el capital extranjero como la oligarquía española se “han forrado”. Pero su mayor agresividad genera la paradoja de que ese mismo ejecutivo, que ha defendido sus intereses hasta ahora, pueda ser también un problema.

Uno de los pronunciamientos más agresivos contra el actual gobierno proviene del Círculo de Empresarios, donde conviven representantes del capital extranjero y de los principales bancos y monopolios españoles. Han llegado a afirmar que con el gobierno de coalición vivimos una “degradación moral, social y económica”.

Su programa económico incluye la jubilación a los 72 años, el abaratamiento del despido, un salto en la privatización sanitaria, o una rebaja de impuestos para bancos y monopolios.

Y su programa social lanza virulentos ataques contra los trabajadores inmigrantes o los movimientos de lucha popular, y propone un severo retroceso en derechos y libertades.

Es improbable que un gobierno donde esté presente una fuerza a la izquierda de la socialdemocracia cumpla con estas exigencias. Y los servicios de estudios de fondos norteamericanos han declarado que “la fragmentación política dificulta la aprobación de las reformas necesarias”. Señalando que un gobierno que se apoya en una mayoría parlamentaria donde hay diversas fuerzas de izquierdas, no podría llevar los recortes tan lejos como pretenden.

Esto es lo que explica que los ataques contra el gobierno, incluyendo al presidente, hayan llegado tan lejos.

Buscan “sacudir” al actual ejecutivo, debilitarlo, para que sea un vehículo más acorde a sus intereses… o preparar el terreno para sustituirlo por otro que puede llevar una política más agresiva.

One thought on “¿Sacudir para saquear?”

  • Os escribo esto para avisaros de que tenéis la peor web de ka izquierda !!!
    La navegación y consulta de temas es imposible !
    Por ejemplo: Buscas en el menú y te salen entradas de hace años, o actividades mezcladas …..
    Lo vais a arreglar u os da igual ?

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