Rusia pugna por un papel en afganistan

Rusia Irán e India proponen colaboración a la OTAN

Rusia considera innecesaria la obstinación de EE.UU. por mantener el Hindu Kush como su terreno polí­tico exclusivo, directamente en medio de Asia, este se ha convertido en un tema contencioso. A pesar de la fina retórica, el gobierno de Obama puede encontrar dificultades para mantener el mito de que la guerra afgana tiene que ver sólo con la lucha hasta el fin contra al-Qaeda y los talibanes.

Irán, Rusia y la India desemolvan un viejo mecanismo a fin de enfrentar el movimiento insurgente islámico conocido en Occidente como Talibán, en Afganistán, revela hoy el diario The Times of India.La publicación señala que los tres paí­ses se encuentran en una fase exploratoria, «pero algunas realidades y posibilidades articuladas ya afloran en discusiones», asegura.Primero, enumera, el creciente detrimento de la situación en Afganistán le brinda un mayor espacio al movimiento talibán allí­ y a otros grupos insurgentes en Paquistán.Segundo, agrega, existe el temor de que Estados Unidos y la Alianza Atlántica (OTAN) en su premura por articular una estrategia de salida de Afganistán puedan aceptar el esquema propuesto por Islamabad de colocar «algunos talibanes moderados a cargo del gobierno de Afganistán».The Times of India informa que el asunto fue discutido por primera vez ayer en el encuentro ministerial de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), en Moscú.Previo a esa cita, el funcionario iraní­ de alto nivel Sabed Jalili visitó Nueva Delhi, al tiempo que el canciller de Irán, Manouchehr Mottaki, estuvo en Mazar-e-Sharif el pasado fin de semana para reunirse con representantes de Afganistán y Tayikistán, indica el diario.La India asume una postura más discreta, pero Rusia en su capacidad de presidente de la (OCS) tiene una posición más activa, afirma.El periódico añade que el presidente afgano, Hamid Karzai, ha venido solicitando a Moscú asistencia en varias esferas, y el ministro del Exterior de Kabul, Rangún Dagdar Spanta, estuvo en la capital rusa para el encuentro de la OCS.A juicio de Rusia, Irán está en mejor posición de trabajar con Moscú y Nueva Delhi bajo la rúbrica de la OCS que los esfuerzos que hagan Estados Unidos y la OTAN, que prevén una reunión sobre Afganistán en La Haya el 31 de marzo, acota el diario.Irán tiene -concluye- mayor influencia dentro de Afganistán por su conexión étnica y religiosa con los tayikos, uzbecos y hazaras. Por su parte, la India se ha granjeado confianza por su continua asistencia y compromiso con el desarrollo en ese convulso paí­s.La OCS, que integra a tres paí­ses fronterizos con Afganistán -China, Uzbekistán y Tayikistán-, insistió hoy en la importancia de que la ONU juegue un papel central en la coordinación de la estrategia de estabilización y que sus principios se cimenten en la Carta de las Naciones Unidas. Para ello, instan a «conjugar los métodos de fuerza con los administrativos» con el objetivo de poner en práctica programas de desarrollo socioeconómico. Tras el anunciado cierre de la última base militar de EU en Asia Central (Manas, en Kirguizistán), Washington ha tenido que pedir permiso a Rusia, Kazajistán, Uzbekistán y Tayikistán para tender un corredor a través de sus territorios con el fin de hacer llegar los suministros a sus tropas desplegadas en Afganistán. El foro de Moscú tiene lugar en ví­speras de la reunión internacional sobre Afganistán organizada por la ONU, que se celebrará el próximo martes en La Haya y a la que asistirán los jefes de la diplomacia norteamericana, Hillary Clinton, y rusa, Serguéi Lavrov.Rusia considera innecesaria la obstinación de EE.UU. por mantener el Hindu Kush como su terreno polí­tico exclusivo, directamente en medio de Asia, este se ha convertido en un tema contencioso. A pesar de la fina retórica, el gobierno de Obama puede encontrar dificultades para mantener el mito de que la guerra afgana tiene que ver sólo con la lucha hasta el fin contra al-Qaeda y los talibanes.Moscu verí­a con buenos ojos si Karzai aprovechará esas tendencias regionales y respondiera al acercamiento de la OCS, lo que capacitarí­a a Kabul a salirse del control total de Washington. Sin duda, Washington corre contra el tiempo en la gestación de un «cambio de régimen» en Kabul.Es bastante obvio que Moscú ha desafiado el poder secreto de veto de EE.UU. sobre las relaciones exteriores de Afganistán. El mes pasado, diplomáticos rusos y afganos se reunieron en Moscú y «se comprometieron a seguir desarrollando la cooperación ruso-afgana en polí­tica, comercio y economí­a así­ como en la esfera humanitaria.» Significativamente, también «señalaron la importancia de la Organización de Cooperación de Shanghái (SCO)» que es dominada por Rusia y China.Una declaración del Kremlin dijo que Rusia está «lista para proveer amplia ayuda a un paí­s independiente y democrático [Afganistán] que vive en una atmósfera pací­fica con sus vecinos. La cooperación en el sector de la defensa… será efectiva para el establecimiento de la paz en la región.» Tiene sentido que Kabul haga adquisiciones militares de Rusia ya que las fuerzas armadas afganas utilizan armamento soviético. Pero Washington no quiere una «presencia» rusa en Kabul.Medvedev habí­a escrito a Karzai ofreciendo ayuda militar. Karzai aparentemente aceptó la oferta rusa, ignorando la objeción de EE.UU. de que en términos de acuerdos secretos entre EE.UU. y Afganistán, Kabul necesitaba el consentimiento previo de Washington para semejantes tratos con terceros paí­ses.Washington podrí­a dejar a la deriva al presidente afgano Hamid Karzai y planificar la instalación de un nuevo gobierno en Kabul.Moscú ve con inquietud las recientes aperturas de EE.UU. hacia paí­ses centroasiáticos respecto a tratados bilaterales de tránsito con ellos que excluyen a Rusia. Se ha llegado a acuerdos con Georgia, Azerbaiyán y Kazajstán. Rusia considera que EE.UU. sigue adelante con una nueva ruta de tránsito por el Caspio que involucra el despacho de embarques a través de Georgia a Azerbaiyán y de allí­ al puerto kazajo de Aktau, pasando por territorio uzbeko a Amu Darya y al norte de Afganistán.La ruta de tránsito por el Caspio podrí­a convertirse en una presencia militar de EE UU permanente y eventualmente en una ruta de transporte de energí­a en la dirección contraria, lo que significarí­a un revés estratégico para Rusia en la lucha decenal por las reservas de hidrocarburos de la región.

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