Internacional, crisis del gas acuerdo entre Rusia y Ucrania

Rusia consigue sus objetivos con la crisis del gas

Rusia ha pretendido dejar claro a Ucrania que no se puede tener lo mejor de dos «mundos»: ser parte del «mundo occidental», con una polí­tica hostil hacia Rusia, y conservar su competitividad económica basada principalmente en la energí­a de bajo coste que importa desde Rusia.

La Comisión Euroea (CE) celebró hoy el acuerdo anunciado por Rusia y Ucrania para poner fin al corte del suministro de gas a Europa, pero recordó que en este caso ya se han dado situaciones parecidas y se mantuvo a la espera de que el combustible fluya efectivamente hasta la UniónLos jefes de los Gobiernos ruso, Vladí­mir Putin, y ucraniano, Yulia Timoshenko, anunciaron hoy la pronta reanudación de los suministros de gas a Europa, tras llegar a un acuerdo de tarifas para el carburante ruso destinado a Ucrania.Pese a que el pasado lunes fue firmado un protocolo tripartito (Rusia, Ucrania y la Unión Europea) sobre el control internacional de los suministros de gas a Europa a través de Ucrania, el bombeo no ha sido reanudado.El acuerdo alcanzado incluye «un descuento del 20 por ciento para la compra de gas natural ruso, si se mantiene la tarifa preferencial de tránsito por Ucrania de 2008», anunció Putin en una comparecencia conjunta ante la prensa con su homóloga ucraniana.No obstante, «a partir del 1 de enero de 2010 adoptaremos í­ntegramente un establecimiento de precios y tarifas de bombeo de gas ruso en total conformidad con los estándares europeos, sin cortes ni descuentos», puntualizó, y enfatizó que la fórmula europea será aplicada «tanto al tránsito como al precio del carburante».De esta manera, este año Ucrania comprará gas a Rusia al precio europeo menos un 20 por ciento, es decir, a 360 dólares por mil metros cúbicos, mientras que a partir de 2010 lo hará a 450 dólares.Uno de los objetivos del conflicto del gas es no dejar que Yushenko sea reelegido. La Revolución naranja de 2004 (que le llevó al poder) fue una humillación para Moscú, al igual que todo lo que vino después: las intenciones de entrar en la OTAN, el acuerdo estratégico con Estados Unidos, el apoyo a Tiflis en la guerra ruso-georgiana. Rusia «intenta crear una atmósfera adecuada para lanzar la destitución» de YushenkoVladimir Putin no ha perdido ni una ocasión los últimos dí­as de criticar a los ex lí­deres de la Revolución naranja que, según él, «han abusado de la confianza de su gente»Rusia ha pretendido dejar claro a Ucrania que no se puede tener lo mejor de dos «mundos»: ser parte del «mundo occidental», con una polí­tica hostil hacia Rusia, y conservar su competitividad económica basada principalmente en la energí­a de bajo coste que importa desde Rusia. No cabe duda que, bajo la presión de las bají­simas temperaturas que trajo un frente ártico y la queja de los paí­ses europeos faltos de gas, Kiev firmó lo que no querí­a firmar: la cesión parcial a los rusos de la propiedad del gasoducto y, consecuentemente, la futura y permanente presencia de enviados del Gobierno Ruso en Ucrania. Así­, con la excusa del gas, Moscú dio el primer paso para reincorporar a este ex satélite de la URSS bajo su órbita y control.Ucrania tiene una importancia estratégica para Rusia. No sólo por su tamaño y sus cultivos de cereal (es el paí­s más grande de Europa, después de Rusia), sino por su ubicación geográfica. En la ucraniana pení­nsula de Crimea, sobre el Mar Negro, el puerto de Sebastopol es el único de aguas profundas que puede acoger a la flota rusa.Pero en estos diez dí­as de enero, aprovechando la distracción del mundo con los sucesos de Gaza, y con la meteorologí­a a favor, Putin concretó su plan para controlar a Ucrania. Contó con varios aliados. En Kiev, con la primera ministra Yulia Timoshenko, la figura polí­tica a la que Moscú le apuesta ahora sus fichas. En Alemania, con la canciller Angela Merkel.Merkel habrí­a conseguido convencer tanto a Ucrania como a sus pares de la UE de la conveniencia de firmar el acuerdo de gas con Moscú y Kiev.Por tanto podrí­amos decir que los perdedores de el conflicto por una parte a han sido Europa y Ucrania. Para los Europeos con Alemania a la cabeza les ha dejado claro que deben seguir apostando por su dependencia energética con Rusia, el movimiento de los últimos dí­as así­ lo deja claro los dos proyectos rusos de gasoductos salen reforzados mientras que la alternativa europea el llamado Nabuco queda en entredicho.El desgaste polí­tico de la llamada «revolución naranja» es evidente, el problema social y económico generado decantaran las nuevas elecciones hacia intereses Rusos. Y a la vez Rusia consigue lo que querí­a tener el control de los gasoductos Ucranios por parte de Gazprom.Les ha demostrado a todos los paí­ses del este Europeo, recién incorporados a la UE, que en momentos de crisis la UE no es tan beneficiosa y que tendrán que seguir contando con su influencia. Precisamente son los paí­ses más pobres de EuropaPero el gran perdedor como siempre de estos conflictos intermonopolistas son siempre los Trabajadores y el pueblo de todos los paí­ses que se han encontrado sin gas, ciudades enteras sin calefacción a temperaturas bajo cero. Hospitales cerrados, industrias paralizadas, y muertes por falta de calefacción.

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