Rumania ante la crisis Económica

Rumania Acude al FMI

Rumania es el sexto paí­s de Europa oriental, luego de Hungrí­a, Belarús, Ucrania, Letonia y Serbia, en pedir un préstamo al FMI para afrontar los efectos de la crisis financiera que se originó en Estados Unidos y Europa occidental.

Rumania idió prestados unos 20.000 millones de euros (casi 26.539 millones de dólares) a instituciones financieras internacionales para eludir la crisis mundial. Pero pocos parecen saber cómo usará ese dinero el gobierno y cómo se beneficiará el paí­s.El Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció el 25 de marzo un préstamo al Estado rumano de casi 13.000 millones de euros (más de 17.250 millones de dólares). El paí­s recibirá otros 7.000 millones de euros (9.289 millones de dólares) de otros prestamistas, como la Unión Europea (UE), el Banco Mundial y el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo. Esos montos se desembolsarán a lo largo de dos años, y su servicio, según pretenden las autoridades rumanas, se pagará hasta 2015, a un interés de 3,5 por ciento anual. Rumania es el sexto paí­s de Europa oriental, luego de Hungrí­a, Belarús, Ucrania, Letonia y Serbia, en pedir un préstamo al FMI para afrontar los efectos de la crisis financiera que se originó en Estados Unidos y Europa occidental. La crisis expandió hacia el este, en buena medida, impulsada por la liberalización económica intensamente promovida en la región desde 1989. La vecina Bulgaria, considerada tan vulnerable a la crisis financiera como Rumania, postergó la firma de ese acuerdo. Aunque más pobre, el Estado búlgaro ha manejado un déficit presupuestario mucho menor, y su moneda se mantiene estable gracias a los controles dispuestos tras un importante colapso financiero en 1997. El presidente rumano Traian Basescu dijo que el préstamo es «un acuerdo preventivo, tomando en cuenta lo que podrí­a ocurrir en el futuro». La crisis financiera mundial ha impactado en la economí­a rumana, que ha crecido, en buena medida, sobre la base del aumento del consumo en la década pasada. Cunde la amenaza de despidos, tanto en el sector público como en el privado. El mercado inmobiliario se enlenteció. Muchas construcciones de edificios y lujosos complejos residenciales quedaron abandonadas Los productores rumanos también se vieron perjudicados, dado que el mayor socio comercial del paí­s es el resto de la Unión Europea. El sector bancario, constituido mayoritariamente por instituciones de Europa occidental, se volvió reticente a extender préstamos. í‰ste es el principal propósito por el cual se usará el dinero del FMI, según declaraciones oficiales. La idea es que el dinero del FMI permita al Banco Nacional flexibilizar los requisitos sobre las reservas a ser depositadas por los bancos para los créditos concedidos, inclinándolos más hacia los préstamos públicos. Actualmente se requiere que los bancos comerciales depositen en las reservas del Banco Nacional 40 por ciento del valor de los préstamos en divisas extranjeras y 18 por ciento para los préstamos en moneda nacional.Tras el acuerdo con el FMI, Mugur Is?rescu, gobernador del Banco Nacional, declaró que los requisitos de la reserva se reducirí­an «muy gradualmente» y que comenzarí­an con los de moneda extranjera, «donde el mercado es menos activo». Los miles de millones que Rumania pidió prestados tienen por objetivo ayudar a estabilizar la divisa nacional. «Hoy Rumania está mucho más integrada en la economí­a europea y mundial que nunca antes», dijo a IPS el economista Constantin Colonescu, de la American University en Bulgaria. «Una depreciación del tipo de cambio en los paí­ses que todaví­a no han adoptado el euro (como Rumania) causarí­a una reacción en cadena, afectando negativamente el comercio entre estos paí­ses. La decisión del FMI de brindarle este dinero a Rumania toma en consideración el panorama más amplio, en vez de sólo la situación especí­fica de Rumania, y es así­ como podemos responsabilizarnos por la gran suma concedida», agregó. Aunque habitualmente, tanto en Rumania como en el ámbito de la UE, se considera que el acuerdo con el FMI es un impulso necesario para ayudar al paí­s a evitar una recesión profunda, algunos dudan de que el préstamo sea adecuado. Una de las crí­ticas contra el acuerdo del FMI es la escasa información sobre las condiciones acordadas por Rumania. «Las autoridades rumanas deberí­an publicitar en detalle las condiciones aceptadas por el paí­s», escribió el 31 de marzo el editor de economí­a del periódico nacional Cotidianul, Daniel Oanta. «Si queremos tener una solidaridad nacional a raí­z de la crisis, necesitamos transparencia», opinó. Una manzana de la discordia en las negociaciones con el FMI fue la demanda del Partido Social-Demócrata (PSD), que integra la coalición gobernante, de proteger a la población de los costos sociales inmediatos a consecuencia del acuerdo. El PSD insistió en que no deberí­a haber recortes salariales ni despidos en el sector público, de la clase que se produjeron como consecuencia inmediata de los préstamos del FMI a varios paí­ses. «El programa contiene disposiciones explí­citas para aumentar las asignaciones para programas sociales, así­ como protecciones bajo las reformas para los pensionistas y empleados públicos más vulnerables, que están en el extremo más bajo de la escala salarial», dijo el comunicado de prensa del FMI que anunció el acuerdo. Pero tal vez el panorama no sea tan color de rosa. «Probablemente una de las condiciones del acuerdo es no reducir los ingresos de los empleados del Estado, pero tampoco aumentarlos, a fin de contener el presupuesto», dijo Colonescu. Sindicatos, pensionistas y estudiantes ya han comenzado a negociar con las autoridades para impedir despidos y recortes de ingresos, que fueron pronosticados por analistas y polí­ticos a la luz de la crisis y del préstamo. El gobierno accedió a recortar solamente las primas y no los salarios, e incluso aumentar 15 por ciento las becas otorgadas a los buenos estudiantes. Sigue sin estar claro si el acuerdo con el FMI llevará a Rumania la protección que ésta necesita contra la crisis financiera mundial, especialmente si el gobierno no acomete una estrategia coherente contra la crisis. Los propios lí­deres polí­ticos parecen no estar seguros de las consecuencias del acuerdo con el Fondo. En una declaración pública, el presidente del Senado, Mircea Geoana, se mostró el 1 de este mes esperanzado sobre los efectos positivos del crédito, pero solamente «si el dinero se maneja adecuadamente».

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