Garzón desvela el sumario

Rondando el corazón del PP

Según los autos de Baltasar Garzón, existen indicios de delitos por cohecho, tráfico de influencias y facturas falsas en los que estarí­an implicados dirigentes del PP en Madrid (el ex consejero de Deportes Alberto López Viejo y varios alcaldes) y del PP de la Comunidad Valenciana, incluido nada menos que el presidente de la Generalitat, Francisco Camps y el diputado regional y secretario general del PP en la CV, Ricardo Costa. No hay, por ahora, implicados dirigentes nacionales, como el tesorero del partido, Luí­s Bárcenas, como se filtró hace unos dí­as.

Aarte de las implicaciones personales, dirigentes y cargos del PP que habrían aceptado sobornos para ofrecer contratos a la red de Correa (como los 30.000 euros en trajes supuestamente para Camps y otros dirigentes regionales del PP en la CV), lo más sustancial del problema es si realmente estamos ante una trama corrupta que habría servido, aparte de para provecho personal, para la financiación ilegal del PP valenciano y madrileño a través de la trama corrupta de la red de empresas liderada por Francisco Correa, vinculada con la organización de los eventos –congresos, actos de promoción y electorales, etc.- del partido.Así, en la “cuentas B” de Special Events SL. aparece relacionado un pago a “PP VLC” por 420.000 euros. Otros apuntes “B” de otra empresa, Orange Market, hacen referencia a otros pagos al PP o a la tienda de ropa Milano, incluso al pago con dinero negro de los gastos del X Congreso del PP facturados por Orange Market en septiembre de 2002.En el caso de Madrid, según el auto del juez, habría hasta cuatro alcaldes implicados (los de Majadahonda, Boadilla del Monte, Pozuelo de Alarcón y Arganda del Rey), varios cargos municipales y tres diputados autonómicos, uno de ellos Alberto López Viejo que habría cobrado 563.000 euros de la trama corrupta a cambio de adjudicarles la inmensa mayoría de los actos institucionales autonómicos. La investigación acredita además otros pagos de entre 250.000 y 1,5 millones de euros.Las repercusiones políticas del caso son imprevisibles, ya que toca directamente dos de los pilares que conforman el corazón del PP, dos de sus bastiones electorales, hasta ahora inexpugnables.Las irregularidades de la investigación (cena y cacería del juez, el ex ministro Bermejo y el jefe de la policía judicial; además de las filtraciones interesadas en periodo electoral), por muchas sombras que arrojen sobre el caso, no pueden enterrar ni las implicaciones personales corruptas ni, sobre todo, el problema de fondo: la degeneración del modelo partidista que corroe la vida democrática del país.Y que exige tanto el llevar las investigaciones de corrupción entorno a los partidos políticos y las instituciones hasta el final, como una radical regeneración democrática de todo el modelo político, tal y como pide UPyD.

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