Cine

Rodando en Marruecos

¿Cómo refleja el cine español la inmigración? ¿Cómo retrata al otro? ¿Cuáles son los puntos fuertes y los débiles del modelo de representación? Este tipo de preguntas van a ser más fáciles de responder a partir de la semana próxima. Chus Gutierrez estrenará la plécula «Retorno a Hansala», ciudad de procedencia de muchos de los marroquí­es que fallecen en las costas intentando llegar a nuestro paí­s. Por su parte, el pucelano Daniel Hernández hizo coincidir el estreno de su cinta «Chicos Normales» con el aniversario del 11-M. La pelí­cula esta ambientada en Jaama Mezwak, barrio de Tetuán del que procedí­an cinco de los terroristas implicados.

Jóvenes cineastas esañoles convertidos en reporteros de denuncia, que pretenden romper la corriente dominante, y retratar a la inmigración en su país de origen, huyendo de los prejuicios que genera el observarlos únicamente desde el punto de vista occidental. Ambos han cruzado el estrecho para documentar lo cotidiano de estos lugares, la vida de estas personas a las que tenemos cerca, pero que se nos antojan en ocasiones demasiado lejanas e incomprensibles.El director Daniel Hernández afirma que lo que encontró en Tetuán fue un importante clima de desconfianza, provocado por documentales como “El nido de los terroristas”, que no reflejan la realidad del conjunto de la sociedad, y cuyos protagonistas han quedado indignados.Estas dos producciones son sólo un ejemplo más de la inquietud de los jóvenes cineastas y realizadores de televisión por ampliar la visión del fenómeno migratorio, adentrándose en los motivos que llevan a las personas a lanzarse a estos viajes sin retorno. En ese sentido Chema Castiello publicó en 2005 el ensayo “Los parias de la tierra: inmigrantes en el cine español”, donde denunciaba la mirada simplista del cine español hacia el inmigrante. "Los filmes no acaban de reflejar bien la realidad de la integración, de la experiencia de participación asociativa de los inmigrantes. La visión del cine se centra en la urgencia, la llegada, la dificultad de asentarse. Muchas veces, la mirada refleja los tópicos sociales sobre las diferencias culturales. Los cineastas reproducen parte de la visión simplificadora de la sociedad española", explicaba el ensayista.Entre la tenaz resistencia a edulcorar la realidad, pero también a excederse en el dramatismo de la muerte se colocan ambas cintas, que pretenden hablar más de los vivos que de los muertos, de los que sobreviven a la miseria a base de persistencia y riesgo. Dos películas tan recomendables como dignas de celebración, que nos acercana través de la cámara inconformista a una realidad que no aparece en los noticiarios, pero que se encuentra tan solo a 14 kilómetros de nuestras costas.

Deja una respuesta