Juan Perro

Rí­o Negro

Juan Perro, el alterego de Santiago Auserón, presenta nuevo disco… muy recomendable. Tras 30 años en el mundo de la música, el antiguo cantante de Radio Futura dispara su prestigio con una obra de pura delicatessen musical. Como un juglar de raza, eleva la esquizofrenia a lo sublime.

Desués de invertir sudor, esfuerzos y éxito en la experimentación con el son cubano, el jazz, el blues… con sello propio, Juan Perro nos ofrece un viaje a Nueva Orleans bañado por las aguas del Ebro. Tema a tema, el disco enamora y gusta cada vez más. Pese a las dificultades que conlleva trabajar con música anglosajona haciendo que no lo parezca, Santiago Auserón rompe moldes. Como toda su carrera, este disco emprende un viaje artístico de auténtica juglaría, tal y como él mismo siempre se ha considerado. Apoyado, además, en ese desdoblamiento de personalidad que le permite jugar sin aspavientos a ofrecer los diferentes aspectos creativos que bajo una misma cara recrea. “Esta esquizofrenia responde a una necesidad interior. Todos tenemos un doble dentro. La máscara del trovador y vagabundo es útil, y, además, necesito despistarme o saltar de un personaje a otro dependiendo de la actividad” Juglar de vocación El nombre de Juan Perro proviene precisamente de un juglar de la tradición galaico-portuguesa del siglo XIII. “A veces la vida se puede ver oscura, como un río negro, pero en este caso el título es de un cartel que vi en un viaje a León. Después estuve viajando por Nueva Orleans, en el Mississippi, y decidí unir geografía musicales.” Pese a que su carrera parece interrumpirse, Santiago no duerme: “La continuidad es en el terreno privado, soy un viejo estudiante permanentemente. Ahí hay continuidad aunque luego tenga una identidad más vagabunda. Necesito encontrar esa sensación adolescente de descubrir sonidos nuevos. […] Todos llevamos un filosofo dentro… uno siempre se hace preguntas y deben ser adecuadas, aunque solo a veces se encuentran respuestas y tampoco es necesario encontrarlas. El lenguaje es nuestra herramienta sonora, la más antigua y profunda. El lenguaje no sería lo que es si no tuviera música. Fue el vehículo de las tradiciones del lenguaje. Era el registro popular, aunque hoy sea lo digital. Pero cuando no se utilizaba ni la escritura, la tribu aprendía poesía cantada, como aprender la tabla de multiplicar cantando. En la formación de las palabras hay esa sonoridad. Soy un juglar de vocación, buscado.” Forastero en su tierra Un juglar que ha apostado por buscar la verdad sin miedo en nuestra tradición musical: “La musica encuentra su razón en los cruces de caminos, que es lo que le da sentido. Redescubrir lo propio, tu propia lengua enriquecida por influjos que están latente en nuestra cultura. Luego resulta que el tiempo nos ha devuelto África despertando elementos que ya estaban allí. Siempre me he sentido extraño en mi tierra y eso me une más a ella, porque me siento como un extranjero ilusionado por lo propio. Lo natal se alimenta de un aire de forastero. Todo lo que se identifica con lo local, en cuanto escarbas un poco… detrás hay un forastero que pasaba por allí. Lo natal se alimenta de lluvias extrañas.” Además “la musica ayuda a reinterpretar conflictos largos y aburridos que necesitan otras claves. La independencia tiene el problema de que tardas mucho más en sacar un producto pero te deja poner en practica experimentos de lujo. Por otra parte mi público es gente activa en lo cultural y les gustan las novedades. En mis conciertos la gente viene a descubrir canciones. Es como pasaba en la calle antes, sonoridades que te permitían descubrir mundos.“ Rock al desnudo Sin duda el mejor disco de Juan Perro. Una cadena musical en la que cada eslabón parece preñado del son cubano, del blues, pero tonteando esta vez con el primo bastardo de la familia, el rock. El resultado es un disco de colección, memorable, artesanal y de cátedra, allá donde exista. Un manual excelente para todo el que quiera saborear la esencia del viejo oficio de hacer canciones. Juan Perro hace lo que le da la realísima gana. Esa es la fuerza que tiene su independencia. Además de la huella de la tradición oral que recorre su trabajo, escuchar a Juan Perro hoy es deleitarse con el mejor trabajo de uno de los mejores músicos que ha parido España. Es recomendable escuchar también los dos discos anteriores: “Las malas lenguas” y “Canciones de Santiago Auserón con la Original Jazz Orquestra del Taller de Músics”. Fuentes negras y rock clásico, con menciones jazzísticas en el segundo. Desde aquí puede comprenderse el trabajo iniciado en “Cantares de vela”, llevándose lo mejor del Caribe y buscando un estilo propio en las aguas del rock, despojándose de las estructuras superficiales, sumergiéndose en los rincones más oscuros de la tradición negra, pero fluyendo hacia una coherencia impecable. Muy, muy recomendable.

Deja una respuesta