Corresponsalí­a Asturias

Revuelo en Gijón por el plan Zapatero

En Gijón, CCOO acusa al alcalde de que el Ayuntamiento “Chuan del ‘plan Zapatero’ y exigen un plan a Areces, pero se resisten a abrir marcos de concertación social” Las propuestas de este sindicato al problema son las de abrir mesas de trabajo y a comprometer ciertos recursos económicos en ayudas directas. Si bien es cierto que el plan de Zapatero soluciona bastante poco en la crisis, lo que su secretario general en Asturias, Antonio Pino, es un reparto de este dinero, sin señlar el centro en el que se bs el plan de Zapatero. Es decir, este plan basado en obras reproduce el modelo ladrillo que nos ha traído hasta el punto de crisis donde nos encontramos, e invertir en puestos de trabajo productivos debe ser el centro a reclamar. Exigir el ahorro y recorte drástico en gastos superfluos de las Administraciones debe ser el primer paso, ya que no puede ser de otro modo, de otra forma solo aumentaremos el endeudamiento que de una u otra forma pagaremos los ciudadanos. No tocar las cajas de gastos sociales y asegurar unas condiciones dignas de vida mientras se establece un salario máximo de 10.000 euros, que permita redistribuir la riqueza. La reclamación que el portavoz de Asamblea de Ciudadanos por la Izquierda (ASCIZ), Roberto Sánchez Ramos apunta sí que reclama transparencia en las cuentas y contrataciones, ya que desde la asamblea de vecinos sospechan que las empresas adjudicatarias no están cumpliendo con las promesas y exigencias sobre el número de contrataciones realizados para llevar adelante los proyectos de obras del plan que tanto trabajo iba a dar. Un plan que ya decíamos iba a dar más de un problema, y es que a perro flaco todo son pulgas como se suele decir. Y establecer un plan que se basa en adjudicación de obras cuando cada día la corrupción urbanística destapa casos en los ayuntamientos a lo largo y ancho del país, no es más que seguir echando leña a un puchero podrido, en el que las adjudicaciones a amigos y vecinos de viaje y las manos largas que vuelven a casa con presupuestos inflados no pueden ser los que nos saquen de la crisis con un plan que tan solo se reitera en asentar un tablero de juego previamente establecidos, en el que si el presupuesto engorda no hay que asustarse, si la ejecución de obras se retrasa se tiran balones fuera y que cuando se rasca solo un poco empieza a oler mal en casi todos los ayuntamientos. Por eso lo primero que hay que centrar es lo erróneo del plan y señalar quién lo hace. Establecer medidas que repongan el daño causado por los corruptos, y exigir una administración austera que comience por recortar los sueldos de las cúpulas políticas, que han demostrado en la campaña electoral que dinero si que hay, pero claro, para lo que a ellos les interesa.

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