Renovable y asequible

El secretario de Estado de Energía, José Domínguez, ha hecho público recientemente su compromiso de que el mix eléctrico sea 100% renovable en el año 2050. Sin duda, una buena noticia para el medio ambiente (y para nuestros bolsillos), pero ¿por qué esperar 30 años?

En el acto de clausura del III Foro Energético El Plan Nacional de Energía y Clima, el secretario de Estado de Energía ha manifestado el objetivo de reducir un 20% las emisiones de gases invernadero para 2020, así como de conseguir una participación de las renovables en el mix superior al 32% en el 2030 y del 100% en el 2050. Sobre esta base, antes de que termine el año, el Ministerio presentará la Ley de Cambio Climático y Transición Energética y el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, que debe entregar a la Unión Europea.

España se suma así a la estela de lugares como el Estado de California -comprometido en ser renovable en el 2045- con el objetivo de dejar de estar a la cola de Europa en política ambiental, como ha venido pasando en los últimos años. El país ha empezado a virar su trayectoria, con pequeños avances que debemos apoyar y valorar, como la eliminación el odioso “impuesto al sol” o la misma creación de un Ministerio para la Transición Ecológica. Sin embargo, no podemos dejar de preguntarnos: ¿por qué debemos esperar?

Poco antes del nombramiento del actual Gobierno, entrevistamos en la revista Chispas a Manola Brunet, la nueva presidenta de la Comisión de Climatología (CCl) de la ONU. En ella, nos explicaba cómo, a pesar de que el cambio climático afecta de manera especialmente aguda a la Península Ibérica, “en España no se cumplen los deberes”. Decía que el nuestro “había sido un país ejemplar en los años ochenta respecto a la innovación y a la investigación en energías renovables, especialmente en energía eólica, Navarra se convirtió en un referente mundial y copiaban nuestros modelos los alemanes y norteamericanos, pero ahora la política energética es nula”.

Ahora tenemos una oportunidad para volver a ser ejemplares, y las potencialidades de nuestra tierra lo permiten, ¿por qué no aprovecharlas?

Una manera de frenar el atraco de las eléctricas

El atraco de las eléctricas no ha hecho sino acrecentarse en los últimos años. Desde 2012 el precio de la luz ha subido un 72%, y solo desde 2017, un 11%. De hecho, el pasado mes de agosto se ha convertido en el periodo estival con el precio de la electricidad más caro en los últimos diez años. Y la factura media de los hogares ha batido el récord anual y se sitúa en los 61’8 €, 6€ más cara de lo habitual.

Que el precio del recibo de la luz no pare de ascender es conocido (y sufrido) por la inmensa mayoría, pero las estrategias de las eléctricas para conseguirlo no lo son tanto… Y tienen bastante que ver con las energías renovables.

Las tecnologías hidráulica y eólica son las más baratas del mix de generación. Además, fruto de las abundantes lluvias de este año, los embalses han crecido notablemente respecto al año pasado, alcanzando el 55% de su capacidad. En consecuencia – según Red Eléctrica – la producción hidráulica y eólica ha aumentado en un 74% y un 10’4%, respectivamente, en comparación con el 2017.

Sin embargo, el grueso del precio de los pool de electricidad del mercado mayorista lo marca la energía más cara, el gas y el carbón. La producción de esta energía, precisamente por ser la más contaminante, está sometida a la compra de los derechos de emisión de CO2 concedidos por la Comisión Europea. El precio de estos, para más inri, no para de subir, y si en mayo de 2017 costaba 4,38€ cada tonelada, en el pasado agosto el coste era de 21,30€ (5 veces más).

¿Y por qué pagamos toda la energía en función de la más cara? La respuesta es simple: la arbitrariedad de las eléctricas (basada, claro está, en sacar el máximo beneficio) así lo ha decidido. Desde esta lógica, claro está, poco interés tiene el respeto a la naturaleza ni mucho menos, acabar con la pobreza energética.

Precio en función de las renovables YA

Fijar el precio del pool de electricidad en función de las energías renovables, las más baratas, ya se puede hacer, solo depende de una decisión política, y tendría un doble efecto. Por un lado, permitiría rebajar notablemente el precio de la factura de la luz. Y, al mismo tiempo, supondría un incentivo para fomentar y potenciar las renovables.

España puede y debe ser puntera en la producción de energías limpias. Tenemos la capacidad y potencialidades necesarias para hacerlo. Y sería un motor de desarrollo, capaz de crear numerosos puestos de trabajo, ligados a la investigación, cualificados y productivos.

Deja una respuesta