Roche desabastece a Grecia, amenaza a España

Rehenes de las farmacéuticas

Cualquiera de nosotros nos horrorizarí­amos de presenciar un secuestro en que van cayendo uno a uno los rehenes porque no se cumplen las condiciones del secuestrador. Horrorí­cense, la multinacional suiza Roche, el principal suministrador farmacéutico en Grecia, la tercera empresa mundial por ingresos del sector, no sirve fármacos contra el cáncer (entre otros) a los hospitales públicos griegos y amenaza con hacer lo mismo con España. Hartos, dicen, de acumular facturas impagadas de uno, dos, tres o hasta cuatro años,

No somos Grecia, pero somos rehenes de sus mismos verdugos. Los griegos ya tienen que comprar el tratamiento antitumoral de Roche en la farmacia y pagarlo de su bolsillo. En España, los médicos del hospital de Bellvitge en Barcelona han levantado ya la alarma sobre las vidas que se pierden en la lista de espera de cirugía oncológica y cardiaca.No saqueo, no pastilla

El saqueo al que nos somete el gran capital bancario obliga a recortar gastos sanitarios. Mientras los pagos de la deuda bancaria con sus intereses se priorizan constitucionalmente, los gobiernos autonómicos recortan precios a los medicamentos y demoran el pago de facturas farmacéuticas a 14 meses de media (900 días en algunos hospitales deCastilla y León). Ante la perspectiva de que las farmacéuticas tengan que renunciar a su ritmo de beneficios (siempre ligados al saqueo de las arcas públicas) han desplegado un abanico de amenazas y extorsiones que van desde la amenaza de despidos y cierres de plantas (Roche Barcelona por ejemplo) hasta el eslabón final, el desabastecimiento: «miren lo que va a pasar si no cobro».«No somos Grecia, pero somos rehenes de sus mismos verdugos» Las farmacéuticas han desplegado un abanico de amenazas y extorsiones. El año pasado Roche ya amenazó con cortar el suministro a hospitales públicos de Cantabria. El gobierno autónomo cedió ante Roche, lo mismo que ocurrió en Grecia, cuando la farmacéutica danesa Novo Nordisk cortó el suministro de ciertos tipos de insulina y Leo Pharma hizo lo mismo con un fármaco anticoagulante y otro para la soriasis, quejándose de que se les había reducidolos precios más de un 25%. el Gobierno de Papandreu finalmente cedió y abortó la rebaja.SecuestradosEl pueblo español, desde que se puso en pie la Seguridad Social en los 70, somos rehenes de la estrategia de las farmacéuticas de multiplicar sus beneficios más allá de las necesidades reales de salud (abuso de antibióticos) o la eficacia real de los medicamentos (p.ej. antiinflamatorios), por no hablar de la permisividad en usarnos de conejillos de indias. La casta política se ha prestado, a cambio de sustanciosas prebendas, a servirles en bandeja las arcas públicas: el gasto farmacéutico se come una cuarta parte del gasto sanitario total (el porcentaje más elevado de la UE). El índice de crecimiento de gasto en medicamentos es de los más altos del mundo desarrollado. En el ámbito hospitalario, donde tienen la parte mayor de sus beneficios, el gasto ha crecido a un ritmo que va del 12 al 23% anual desde hace décadas. Es por eso que han permitido que la deuda farmacéutica de los hospitales haya pasado de 720 millones de euros en 2001 a los 54.000 millones actuales. Los sucesivos gobiernos les han garantizado la parte principal del pastel, poniendo trabas a la introducción de genéricos o de tratamientos alternativos naturales y garantizando su monopolio absoluto en áreas clave como la oncología o el SIDA que suman la mitad del presupuesto farmacéutico de un gran hospital. Hay que amenazarlas a ellasSólo con fuerza política podemos cambiar la situación. En 2001 Roche se las vio con el gobierno brasileño a cuentas del precio de su antiretroviral Nelfinavir, distribuido gratuitamente por el gobierno y cuyo precio la multinacional se negaba a bajar. Sólo el Nelfinavir se comía casi un tercio del presupuesto de la lucha contra el SIDA a pesar de que el gobierno había conseguido una rebaja del 34% del precio en 1997. La rebaja de un 40% más pretendía redistribuir recursos al programa Farmacia Popular, que distribuye medicamentos básicos contra la diabetes o la hipertensión de forma gratuita.Al negarse la multinacional el gobierno amenazó con anular la patente y fabricarlo como genérico por el tejido productivo brasileño, extremo contemplado en su legislación ante emergencias y motivos de interés público. Roche cedió, como cedieron Abbott, Merck y otras en diferentes terrenos en los que los precios han bajado un 80% o más. Sólo en 2010 el Gobierno brasileño ahorró en un 14% del presupuesto farmacéutico promoviendo la producción de hasta 22 medicamentos diferentes de patente expirada y asociaciones como la del laboratorio Fiocruz con el ucraniano Indar para el trasvase tecnológico que permitió producir por primera vez medicamentos con insulina en Brasil y cubrir más del 25% de sus necesidades. Claro que hay otro camino: producir, asociarse y comprar a los países emergentes. Algo a lo que la actual casta política española (y griega) no están dispuestos.Roche: de Vietnam a GreciaLa auténtica catadura criminal de las multinacionales farmacéuticas occidentales se puede medir no sólo en que anteponen el lucro empresarial a la salud de la población en general, sino también su participación en los planes de saqueo y dominio de EEUU sobre los demás países, que es lo que realmente les impregna de una impunidad escalofriante. La relación de Roche con el complejo militar-industrial de EEUU viene de lejos aunque se puso de manifiesto con los recientes escándalos de la gripe. Tras su rotundo fracaso como tratamiento para el SIDA o la Gripe común, el Tamiflú de Roche se convirtió en la primera mitad de la pasada década en un superventas contra la gripe aviar. El secreto no residía precisamente en su eficacia puesto que acorta la duración de la enfermedad como mucho 12 horas. Tuvo más que ver el hecho de que Ronald Rumsfeld, antiguo presidente del Consejo de Gilead, la empresa que cedió a Roche la patente a cambio de compartir beneficios, era entonces Secretario de Defensa del gobierno Bush.

«Roche fue uno de los fabricantes del Agente Naranja que EEUU utilizó en Vietnam» EEUU consiguió que en agosto de 2005, la OMS avalara la dudosa eficacia del Tamiflú no sin antes comunicar que Roche donaba generosamente 3 millones de tratamientos de Tamiflu para su uso en la lucha contra la gripe aviar de los países pobres. Todos los países debían almacenar reservas ante la posibilidad de que una pandemia provocara millones de muertes. Las ventas del Tamiflú pasaron de 254 millones en el 2004 a más de 1000 millones en el 2005.

España gastó un millón trescientos mil € en Tamiflu para nada. La supuesta cepa letal de gripe aviar sólo ha infectado a 421 personas en todo el mundo y matado a 250. Y a pesar de ello, la historia se repite en 2009 con la gripe A, o gripe porcina. España elevó su stock a 10 millones de dosis. Grecia hizo otro tanto. Hoffman-La Roche estaba siendo premiada por sus contribuciones al imperio. Por ejemplo, fue una de las multinacionales responsables en los años 70 de la fabricación de dioxinas (a través de sus filiales italianas «Givaudan» e «Icmesa») para el agente naranja usado en la guerra de Vietnam y que hoy sigue envenenando impunemente a los vietnamitas. El accidente de una de sus plantas químicas en Sevesno (Milán, 1976), tratado como auténtico secreto de Estado, permitió destapar la vinculación de la multinacional suiza con la OTAN. Ahora, sus servicios son requeridos en Grecia y España o Italia.

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