Selección prensa nacional

Recesión duradera

Como era previsible, todas las editoriales de la prensa nacional y autonómica de hoy se centran en el mazazo que las previsiones sobre la intensidad y la duración de la crisis hechas públicas ayer por la Comisión Europea han supuesto para las cifras que el gobierno habí­a rectificado sólo unos dí­as atrás.

Para la Comisión Euroea, la dimensión del ajuste en el sector inmobiliario requiere un período de tiempo más largo que el necesario para empresas industriales y de servicio, por lo que dentro de dos años, la crisis en España estará en su momento de máxima expansión. En coherencia también con ello, los datos que se manejan sobre el aumento del paro empiezan a ser espectaculares, entre 4,5 y 5 millones de parados para el 2010.Mención especial merece la editorial sobre el asunto de el diario bilbaíno El Correo, que centra también su atención sobre las cifras de la crisis en Euskadi. Sacando a la luz un dato hasta ahora no conocido. En el último trimestre, cada día se han destruido en Euskadi 170 puestos de trabajo. 1.190 al día, 5.100 al mes, más de 62.000 al año si se mantiene esta progresión. Y lo más preocupante, añade el diario, es que los dos tercios de estos empleos pertenecen, a diferencia del resto de España, a la industria.RECESIÓN DURADERALas previsiones económicas de la Comisión Europea (CE) difundidas ayer dibujan un perfil todavía más oscuro para la economía española que las proyecciones revisadas del Gobierno español. Dice Bruselas que la economía española caerá el 2% este año y 0,2% en 2010; que la tasa de paro llegará al 16,1% durante este ejercicio y al 18,7% el siguiente, y que el déficit público se desbordará al 6,2% del PIB y el 5,7% en 2009 y 2010 respectivamente.(…) La Comisión ha dibujado para España un perfil de depresión con al menos dos años de vigencia, mientras que para el conjunto de la Unión Monetaria profetiza vientos de recuperación ya en 2010. Estas diferencias bastan para deducir que la recesión económica será más duradera y profunda en España que en el resto de los países del euro. El comisario Joaquín Almunia explicó el motivo: España tiene que ajustar una enorme burbuja inmobiliaria, y esto requiere más tiempo que las recomposiciones de otros sectores, como el industrial o el de serviciosPero también sugieren que el Ministerio de Economía prefiere no mirar con detalle a medio plazo (…)En cuanto a las previsiones de Bruselas, se podrá discutir si la tasa de paro llegará o no al 18%, o se quedará en el 16% si los salarios caen y tienen éxito las inversiones municipalizadas del Gobierno. Pero tiene poca discusión su alarma y el Gobierno no puede desoírla, pues arrastra la responsabilidad de haber ignorado públicamente la gravedad de la crisis financiera y minusvalorado los indicios de recesión. Desde el momento en que reconoció la crisis, a mediados de 2008, le corresponde la tarea de activar la recuperación del crédito y urgir la aplicación de los programas de inversión asignados a los ayuntamientos, claramente retrasados (…)EL PAÍS.20-1-2009LA CRISIS, EN TAMAÑO REALSólo tres días ha tardado la Comisión Europea en corregir las previsiones que, tras el último Consejo de Ministros, el Gobierno socialista había presentado para revisar a la baja sus anteriores perspectivas. Según Bruselas, la economía española se contraerá un 2 por ciento en 2009, cifra que supera de largo la anunciada por Solbes (-1,6 por ciento), y el paro llegará en 2010 al 18,7 por ciento, lo que representa una quinta parte de la población activa, también muy por encima de la última previsión del Ejecutivo, que situó el techo del desempleo en 2009 (15,9) y anunció una ligera recuperación a partir de 2010. El déficit, que según Bruselas se disparará este año hasta el 6,2 por ciento, también se sitúa por encima de la estimación del Gobierno (5,8), cuyos problemas para financiar la enorme deuda pública se complicarán tras la decisión de la agencia Standard & Poor’s de rebajar la nota que certifica la solvencia de España. El Ejecutivo de Zapatero, quien no comparecerá en el Congreso hasta mediados de febrero para explicar la gravedad de la crisis, trató de amortiguar el impacto de las catastróficas previsiones de Bruselas con unas perspectivas que en sólo tres días parecen haber caducado. Quizá sea la Comisión Europea la que no acierte en sus pronósticos y, como dice Solbes, exagere, pero la serie de medias verdades y correcciones interesadas del Gobierno es tan larga que sus planes sólo sirven ya para documentar la desastrosa gestión de una crisis que merece, aunque sólo sea por generar cierta confianza, mayor responsabilidad.ABC. 20-1-2009 PANORAMA AMENAZANTELas discrepancias entre las predicciones económicas del Gobierno y las expresadas ayer por la Comisión Europea para España no deben distraer la atención sobre el fondo del problema. Nos encontramos ante una crisis cuyo calado y duración se perfilan más graves de lo que el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero ha tratado de presentar. Aunque el paro se acabe situando más cerca del 16% apuntado por Solbes que del 18,7% señalado por Almunia para 2010, el PIB caiga más próximo al 1,6% que al 2% y el déficit termine por debajo del 6%, el panorama resulta más que inquietante. La fecha prevista para iniciar la recuperación ha ido retrasándose desde las referencias al primer semestre de este año a bien entrado el ejercicio que viene. Y los índices de crecimiento vaticinados para ese momento son demasiado exiguos como para reducir en un corto plazo la tasa de desempleo y para revertir al erario público el déficit acumulado. La pérdida de solvencia financiera de España, el lastre de la debacle inmobiliaria y el hecho de que presentemos el doble de paro que la media europea constituyen, por último, factores que bien podrían situarnos a la cola de los países europeos en cuanto la UE comience a recuperarse. En lo que atañe a Euskadi, el realismo a la hora de revisar las estimaciones económicas viene impuesto por datos como el conocido ayer: 170 empleos destruidos cada día en el último trimestre. La industria, el gran pilar de una economía como la vasca, sensiblemente menos lastrada por los problemas en la construcción, perdió dos terceras partes de estas ocupaciones (…)(…) no se puede pedir clarividencia a las instituciones ante la incierta evolución de una crisis global en todos los sentidos. Pero sí les es exigible que sus apreciaciones vayan a la par de los acontecimientos, y no unos pasos por detrás. Como cabe reclamarles mayor claridad y precisión respecto a algunas intervenciones que con el paso del tiempo parecen hechas demasiado a bulto. No es de recibo mostrar sorpresa ante las restricciones crediticias de los bancos, y que el presidente anuncie públicamente que les pedirá mayor compromiso después de que Solbes baraje la posibilidad de otra inyección pública. Como resulta preocupante que a cinco días de que expire el plazo sólo algo más de la mitad de los ayuntamientos haya presentado proyectos para acceder al fondo especial de 8.000 millones destinado a infraestructuras locales.EL CORREO. 20-1-2009 EN CABEZA DEL PAROComo un mazazo cabe interpretar los últimos datos de la Comisión Europea sobre la economía española, y de una manera muy concreta las previsiones que señala sobre el aumento del paro en el 2009 y el 2010, que deja en una tasa del 18,7% al finalizar el último año. En tan sólo 23 meses, prácticamente uno de cada cinco trabajadores puede encontrarse en paro. De paso, a España le corresponderá, de una manera muy abultada, el triste liderazgo en el ranking de la tasa de paro, más de ocho puntos por encima de los países siguientes: Eslovaquia, Francia e Irlanda. Si los pronósticos del comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, el español Joaquín Almunia, son desoladores, no deja de sorprender la respuesta del ministro de Economía, Pedro Solbes: "Es una cifra que impresiona". Parece lógico esperar del vicepresidente económico una frase menos fría, más propia de un analista que de un político con responsabilidades de gobierno. Empieza a ser hora de que el Ejecutivo trate a los ciudadanos como personas adultas, transmita la gravedad de la situación a la opinión pública y se deje de enviar como mensaje unívoco un discurso tranquilizador sobre la fortaleza de la economía a la hora de garantizar el seguro de desempleo. Las medidas para reactivar la economía española, o bien no se han implementado, en un asombroso juego de manos consistente en anunciar muchas iniciativas y aplicar más bien pocas, o bien no han servido para casi nada, como aquel magnífico plan de ayudas a las medianas empresas que ninguna de ellas ha podido llegar a disfrutar. Confiar toda la suerte a la llegada de Obama y la reactivación norteamericana es simplemente soñar. Y los tiempos están para tener los pies en el suelo.LA VANGUARDIA. 20-1-2009 BRUSELAS CORRIGE AL GOBIERNOEl mayor realismo en las nuevas previsiones económicas del Gobierno constituye un ejercicio de optimismo si se compara con las muy negativas estimaciones de la Comisión Europea. Las diferencias para 2009 son apreciables en el PIB –contracción del 1,6% frente al 2%– y en el déficit público –agujero del 5,8% frente al 6,2%–.En ambos casos, la brecha es de cuatro décimas, aunque podría entrar dentro del razonable margen de error. Pero lo que llama poderosamente la atención es el escenario diametralmente opuesto que ambos pronostican para 2010. Mientras Solbes confía en haber iniciado para entonces la senda de la recuperación, con un crecimiento anual del 1,2%, Bruselas advierte de que España será uno de los pocos países europeos que seguirá en números rojos, con una contracción del 0,2%. Más preocupante aún es la percepción de Bruselas de que España cerrará 2010 con una alarmante tasa de paro de casi el 19%. Solbes se ha apresurado a ratificar que la recesión tocará fondo este año y que no se alcanzará una tasa de paro del 19%. Aunque emocionalmente suena mejor el mensaje de Solbes, desgraciadamente hace ya mucho tiempo que el Gobierno ha perdido el crédito en sus diagnósticos económicos con sus infructuosos esfuerzos por edulcorar la realidad. Si como asegura Solbes ya se ha agotado el margen de gasto público –lamentablemente se ha hecho en gastos populistas sin más efectos visibles que el aumento del déficit– y Zapatero no quiere ni oír hablar de las necesarias reformas competitivas que necesita el país para corregir las debilidades estructurales a las que alude Standard & Poors, cuesta creer que sólo las supuestas mayores exportaciones por la recuperación internacional, o la liberación de renta por las bajadas de tipos o la moderación de la inflación constituyan suficiente impulso para pasar de caer un 1,6% a crecer un 1,2%, y lo que es más representativo, cortar la hemorragia del mercado laboral. Es muy probable que el Gobierno haya vuelto a caer en el optimismo inverosímilEXPANSIÓN. 20-1-2009

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