Ni Mariano Rajoy debería seguir al frente del Partido Popular ni debería ser su candidato en caso de convocatoria de unas nuevas elecciones. í‰sta es la conclusión de la segunda entrega de la encuesta de Sigma Dos que publicamos hoy.
Ni Mariano Rajoy debería seguir al frente del Partido Popular ni debería ser su candidato en caso de convocatoria de unas nuevas elecciones. Ésta es la conclusión de la segunda entrega de la encuesta de Sigma Dos que publicamos hoy. El sondeo arroja que el 72% de los ciudadanos considera que Rajoy debe dimitir por los casos de corrupción que salpican a su partido, mientras que más del 74% declara que tampoco debe repetir como candidato. Como es lógico, estos porcentajes son más altos entre los votantes de PSOE y Podemos. Pero resulta muy significativo que el 38% de los simpatizantes del PP responda que Rajoy tiene que asumir sus responsabilidades políticas y, por tanto, dimitir como líder del partido; y que el 48% diga que tampoco debe ser candidato, lo que revela que los militantes están absolutamente divididos sobre esta cuestión.
Ello corrobora que Rajoy no ha acertado en su estrategia tras la noche electoral. En la entrega del sondeo de ayer, el 61% declaraba que debería haber aceptado el encargo del Rey de presentarse a la investidura. Pues bien, en su partido, este porcentaje asciende al 45%, lo que corrobora la percepción tan extendida de que Rajoy se equivocó. Es verdad que tampoco le ha ayudado nada el rechazo de Sánchez a negociar con el PP, lo que ha generado una corriente de que la formación está aislada y con escaso margen de maniobra para formar una alianza para gobernar. Pero la causa de este estado de la opinión pública tiene mucho que ver con la incapacidad de Rajoy de combatir los reiterados y constantes casos de corrupción, lo que ha provocado un grave quebranto a su imagen. Difícilmente se pueden entender actitudes como la de proteger a Rita Barberá, que sigue encastillada en su sillón del Senado, o su falta de autocrítica por escándalos como el del PP de Madrid.
Estos resultados vuelven a suscitar la cuestión de si Rajoy debería dejar paso a otro aspirante de su formación, porque no se debe menospreciar que los datos de intención de voto siguen colocando al partido de Génova en cabeza, muy por delante del PSOE, aunque éste acorta distancias. Recordemos que, según Sigma Dos, el PP perdería casi un punto de apoyo y cuatro diputados.
En este contexto, los encuestados valoran a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría como la mejor opción para sustituir a Rajoy como candidato. El 33,6% responde que sería su preferida, porcentaje que se eleva al 52% entre votantes del PP. En segundo lugar, a bastante distancia, aparece Cristina Cifuentes, que obtiene un 14,6% de respaldo para optar a la sucesión. Sorprendentemente, Núñez-Feijóo sólo es el preferido para un 8%, lo que puede interpretarse como que tal vez no es demasiado conocido a nivel nacional pese a su experiencia y buena gestión en Galicia.
Hay un significativo consenso en que la falta de acuerdo entre los partidos está perjudicando a la economía. Casi el 72% lo considera así. Y un 73% valora la situación política como «mala» o «muy mala». Los cuatro partidos que aspiran a gobernar deberían tomar nota de los resultados de esta encuesta, que reflejan un claro descontento de la ciudadanía sobre cómo están gestionado los resultados del 20 de diciembre.
Pedro Sánchez tampoco sale bien librado en cuanto a valoración de líderes ni suscita consenso sobre si debe ser el candidato del PSOE en unos nuevos comicios. El 43,6% piensa que sí, pero el 46,7% responde que no. Ello demuestra que el PSOE está dividido, aunque la mejora en intención de voto consolida las aspiraciones del líder socialista, cuestionado por algunos barones. Sánchez inicia hoy una semana decisiva para conformar las alianzas con las que va a concurrir a la sesión de investidura del 2 de marzo. No le queda otra opción que elegir entre Ciudadanos o Podemos, ya que ambos partidos son incompatibles. Y el tiempo se le acaba porque sólo le restan nueve días para acudir al Congreso.
Más allá de lo que suceda en los próximos días, esta encuesta demuestra que la actual incapacidad de los partidos para alcanzar pactos de gobierno está provocando importantes cambios en la opinión pública. Aunque sus expectativas de voto no hayan cambiado demasiado, la imagen de Rajoy aparece muy tocada y es cada vez más dudoso que pueda ser el candidato en unas nuevas elecciones y encabezar el proceso de regeneración ética que necesita España. La única posibilidad de Rajoy puede ser un intento de que el PSOE se abstenga en el último momento si Sánchez fracasa y poder formar así un Ejecutivo con Ciudadanos. Es una hipótesis poco probable, pero que no se debe descartar.
A pesar de la falta de sintonía, por no decir animadversión, entre Rajoy y Sánchez, la opción de Gobierno que suscita más consenso, como veíamos ayer, es una alianza de PP, PSOE y Ciudadanos, que conformaría una mayoría parlamentaria muy amplia para acometer las reformas que necesita el país y consolidar la complicada situación de la economía. Nuestro periódico ha defendido esta alternativa desde el primer día y seguiremos trabajando para que se pueda hacer realidad, puesto que es la preferida por los españoles y porque es la mejor en términos de cohesión y prosperidad.
La celebración de unas nuevas elecciones provocaría un grave daño al país y a la imagen de los políticos, con el riesgo además de que todo siguiera igual. Por tanto, los partidos tienen que ser consecuentes con los resultados y avenirse a pactar para que España tenga un Gobierno a la altura de los grandes retos que se presentan.