SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Rajoy se juega la legislatura en cien dí­as

CIEN días. Ese es el plazo que se marcó ayer Mariano Rajoy en su discurso de investidura para materializar las principales reformas que deben sacar a España de la crisis. El líder del PP definió la hoja de ruta que va a seguir el nuevo Gobierno hasta finales de marzo, dejando entrever en su discurso que adoptará las medidas más importantes de su mandato desde hoy al final del primer trimestre del año. Por ello, no parece exagerado decir que se jugará buena parte del éxito de su legislatura en estos cien días (…)A la vista de las propuestas de Rajoy, no hay duda de que el candidato tiene un plan elaborado, que mide y sabe los pasos que debe dar y que es consciente de las limitaciones de tiempo (…)

En un discurso que duró casi hora y media, Rajoy esbozó las líneas generales de las reformas que va a acometer, pero no las concretó (…)

Casi todo su contenido pivotó sobre las medidas para luchar contra la crisis tras dejar claro que la gran prioridad de su nuevo Gobierno será la creación de empleo y el relanzamiento de la actividad económica. Rajoy subrayó que la primera iniciativa de su Gabinete será la aprobación de un decreto ley el próximo 30 de diciembre en el que prorrogará provisionalmente los Presupuestos de este ejercicio, congelará previsiblemente el sueldo a los funcionarios y aprobará la no disponibilidad de los 16.500 millones de euros en los que se va a recortar el gasto inicialmente. Rajoy matizó que este recorte es una mera estimación que tendrá que ser corregida cuando el Ministerio de Economía conozca los datos definitivos sobre el déficit antes de finalizar febrero.

Si ese déficit del conjunto de las administraciones públicas ascendiera a un 7% en lugar del 6% previsto por el Gobierno saliente, el recorte tendría que incrementarse en unos 10.000 millones. Por ello, Rajoy rehuyó precisar los ajustes, limitándose a subrayar que afectarán a «todas las partidas» (…)El líder del PP tampoco cuantificó cuál va a ser el coste de los incentivos fiscales que va a introducir para reactivar la economía, lo que suscita la incógnita de cómo le van a cuadrar las cuentas al Gobierno, máxime teniendo en cuenta que Rajoy se comprometió a actualizar las pensiones el año que viene. «Es el único compromiso de aumento de gasto que van a escuchar en el día de hoy», dijo.Tras el recorte del gasto público, otra de las prioridades del nuevo Gobierno será la reforma del sistema financiero, que debería estar concluida totalmente en junio próximo. El candidato pronosticó nuevas fusiones y aseguró que las entidades financieras tendrán que aflorar sus pérdidas en el sector inmobiliario, pero tampoco concretó más. No quiso decir si el Ejecutivo promoverá la creación de un banco malo o con qué criterios va a impulsar la nueva reordenación del sector. Tampoco entró en si el Estado tendrá que aportar nuevos fondos al sistema financiero.Otra prioridad del nuevo Gobierno serán las reformas estructurales, de las cuales la más urgente es la del mercado de trabajo. Rajoy se manifestó a favor de una reforma consensuada con la patronal y los sindicatos, pero fue claro al comprometerse en que, si no hay pacto en enero, el Ejecutivo presentará un proyecto de ley en el Congreso. La filosofía que explicó ayer va en la buena dirección porque, como él mismo recalcó, no se puede permanecer de brazos cruzados ante más de cinco millones de parados.El mayor nivel de concreción lo alcanzó Rajoy cuando se refirió a las medidas de tipo fiscal, entre las que enumeró la reforma del reglamento del IVA, estímulos a la reinversión de los beneficios y las plusvalías y la recuperación de la deducción por compra de vivienda. Todas esas iniciativas van orientadas a estimular la actividad económica, por lo que nos parecen correctas si su coste es soportable para las arcas públicas (…)Terminó su alocución con la optimista promesa de que «desaparecerán los nubarrones y levantaremos la cabeza», lo cual es posible si Rajoy acierta a desarrollar el guión que esbozó ayer en su investidura. Muy pronto tendrá que ir poniendo las cartas sobre la mesa.

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