Rajoy, Duran y Rubalcaba, paralelas que convergen en el bucle español

Sin tanta filigrana, comienzan a detectarse señales de convergencia paralela en el grave momento español. Deseos compartidos de evitar una catástrofe política y social de imprevisibles consecuencias si en los próximos meses se diese la coincidencia de una intervención formal de la economía española -con las consiguientes exigencia de ajuste draconiano- y una mayor desestructuración de la zona euro por la mala digestión de las inciertas elecciones griegas del próximo 17 de junio. La Europa que conocemos puede irse al garete, dando paso a un impetuoso regreso de las viejas histerias nacionales. El gran problema de fondo es la supervivencia del euro como moneda común de una Europa en la que se está abriendo un enorme foso entre el centro-norte y el sur. La batalla del euro se libra estos momentos en España y las fuerzas políticas sistémicas están tomando conciencia de ello. Las palabras del ex presidente Felipe González, anteanoche en Sevilla, invocando la unidad de todos ante una situación que él mismo definió de «emergencia total», no son fruto de la improvisación. La política española está muy lejos de la «unidad nacional», del gobierno de gran coalición o de una alianza estable entre las principales fuerzas. El Partido Popular dispone de una sólida mayoría parlamentaria. El PP es hoy el Partido Alfa, pero la acumulación de adversidades le ha colocado en perspectiva negativa: Partido Alfa menos uno. (Menos Rodrigo Rato, artífice de la prosperidad de finales de los noventa en el imaginario de la mayoría de los electores de centroderecha).