El Observatorio

¿Racismo? ¡Venga, hombre!

Casi una semana de dudas y vacilaciones han necesitado la policí­a y los jueces de Barcelona para proceder a la detención y presumible procesamiento de cinco de los integrantes del equipo de fútbol de tercera, Bada Bing, que el pasado 11 de enero agredieron a los integrantes de un equipo rival, que acabó con siete de sus miembros ingresados en un hospital de Barcelona. Las detenciones se han producido después de que el hecho adquiriese un relieve nacional y que se pergueñara bien la base de la acusación: el motor de la agresión fue el «racismo».

Todo cuadra. Un gruo de exaltados hooligans futbolísticos, descerebrados, violentos y racistas, agrede a un grupo de inmigrantes. Nada nuevo. Ocurre en todas partes casi todas las semanas. Estamos hartos de leerlo.Sin embargo, hay algo que no me cuadra. Sobre todo desde el día en que me entero que el equipo agredido no era el "Tetuán", de marroquíes, ni el "N´dongo", de cameruneses, sino el "Rosario Central de Catalunya", integrado exclusivamente por jugadores argentinos.Jamás he oído hablar de gritos racistas contra Messi, como los emitidos contra Eto´o. El conflicto con los argentinos no es "racial", es de otro tipo: y eso es lo que se quiere ocultar en este caso.Los términos verdaderos del caso son estos. Los agresores son "boixos nois", hooligans futbolísticos, sí, violentos como todos, también, pero con un perfil ideológico propio: están en la onda del independentismo, integran en muchos casos las bandas de "camisas pardas" del soberanismo catalán.Los agredidos son inmigrantes, sí, pero inmigrantes hispanos, es decir, gente que tiene, en el fondo y comparte con los catalanes un rasgo común: su hispanidad.Y ahí justo está el problema. Un problema que dos de los máximos exponentes del nacionalismo catalán actual (Heribert Barrera, de ERC y Jordi Pujol) formulaban con toda claridad hace sólo unos días en un acto conjunto: el mayor peligro que tiene hoy Cataluña (es decir, "su" Cataluña, la Cataluña de los nacionalistas) es la inmigración hispana. Su "resistencia" a integrarse constituye, para esos dos exponentes de un nacionalismo que ya se quitado la careta y muestra abiertamente su rostro excluyente y xenófobo, un peligro mortal para "Cataluña". De todos los gritos e insultos soeces que los "boixos nois" lanzaron sobre los jugadores del Rosario Central mientras los agredían con palos y puñetazos, el que más me llama la atención no es el de "sudacas de mierda", sino la forma reiterada en que se les decía: "¡volveros a vuestro país!" y "¡largaros de aquí!". Porque ese parece que va a ser, dicho con el lenguaje zafio y barriobajero de unos simples mamporreros, el "programa" del nacionalismo catalán con los hispanos: ¡si no se integran, váyanse! Ni Bush se había atrevido a decirlo más claro.

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