Cargando...El fuerte viento popular por la unidad que recorre el conjunto del país ha barrido también en Galicia. Las elecciones gallegas las ha perdido el Partido Socialista: la supeditación del PSGa a sus propias «amistades peligrosas», sus socios del nacionalismo independentista del BNG, y el precio pagado por los costes de la crisis económica, que en Galicia, como en Euskadi, ha adquirido ya una mayor velocidad (el crecimiento del paro) que en el resto de España, han pesado más que la crisis interna del PP provocada por el caso de los «espías» en Madrid y la corrupción investigada por Garzón.
El PP ha ganado los dos diutados que han perdido, uno cada uno, PSGa y BNG, por encima de todas sus debilidades, un PP sometido a las investigaciones por corrupción y un liderazgo, el de Rajoy, hasta ahora cuestionado.El vuelco electoral viene determinado fundamentalmente por la derrota, no de un regionalismo o nacionalismo moderado (que al fin y al cabo se incardina también dentro del PP y el PSOE), sino del nacionalismo radicalmente independentista y excluyente que ha encabezado Anxo Quintana en el BNG y ante el que se ha plegado el oportunismo del presidente Pérez TouriñoLos escándalos de corrupción en Galicia (el lujo de Touriño o la foto del yate de Anxo Quintana) no deben ocultar la realidad de fondo: el malestar generado por los excesos del nacionalismo independentista/radical que ha protagonizado conflictos “exóticos”-como la pretensión de cambiar la hora en Galicia diferente del resto de España o los muñecos gallegoparlantes- pero sobre todo un conflicto como el de la lengua que ha servido como alerta al conjunto de la población.El rechazo al fundamentalismo nacionalista ha quedado expresamente manifestado no ya por los resultados en los “feudos” tradicionales del PP, sino por los resultados en las grandes ciudades donde ha retrocedido el apoyo al nacionalismo de manera espectacular. Como lo atestiguan las bajadas del BNG en las siete grandes ciudades gallegas: un 7,4% en Coruña, 6,9% en Ourense, 6,2 en Ferrol, 4,7 en Santiago, 2,3 en Vigo, un 2,2 en Pontevedra y un 1,3 en Lugo.Los gallegos, más que un voto de confianza al PP, han dado un voto de rechazo a lo que ha representado el PSGa, como una fuerza que se ha sometido al programa del nacionalismo excluyente y de colusión con los proyectos de disgregación de España.