¿Quién sale ganando?

Josep Lluis Trapero, mayor de los Mossos d´Esquadra vuelve a dirigir la policía autonómica catalana. No se trata de una operación menor. Trapero encabezaba los Mossos cuando se celebró el referéndum del 1-O o se aprobó la DUI en el Parlament. Su postura ante los atentados terroristas del 17-A había engrandecido su figura, que los círculos independentistas se apropiaron convirtiéndolo en un icono del procés, con su rostro y frases impresos en camisetas. Fue destituido tras la aplicación del 155, y ahora, tres años después vuelve a ocupar el mismo cargo que entonces ostentaba.

¿Qué lectura política debemos sacar de este hecho?

Circulos de la derecha política, especialmente por parte del PP de Casado, y mediática consideran que este es un nuevo paso adelante del procés. Difundiendo que mientras repiten que “ho tornarem a fer”, vuelven a colocar en primera línea a los ejecutores del 1-O y la DUI.

Pero los hechos nos dicen exactamente lo contrario. Si Trapero “ha vuelto”, es porque la Audiencia Nacional acaba de absolverlo de los delitos de rebelión y desobediencia. Junto a toda la cúpula de los Mossos, Trapero fue acusado de formar parte, como máximo responsable del cuerpo policial de la Generalitat, de la estrategia organizada por Puigdemont para imponer la independencia. Ahora tres jueces de la Audiencia Nacional, entre ellos uno adscrito al sector “conservador”, lo absuelven de todos los cargos al considerar que no queda acreditado que diera apoyo a la celebración del referéndum del 1 de octubre del 2017.

Es lo que Trapero siempre habia declarado. Ante la justicia española, lejos de defender el 1-O, como si hicieron los dirigentes independentistas que fueron condenados, el jefe de los Mososs afirmó que siempre colocó “de parte de la justicia y del resto del cuerpos policiales para intentar evitar el referéndum”. Desvelando que él mismo había elaborado un plan para que los Mossos detuvieran a Puigdemont y el resto del govern si proclamaban la DUI de forma efectiva, es decir si ejecutaban la independencia.

Como San Pedro, Trapero nego por tres veces el procés. Su retorno a la dirección de los Mossos no es un paso adelante de las élites del procés, no expresa una nueva ofensiva sino demuestra su retroceso.

Estos días hemos tenido otra prueba de esa realidad. Carles Puigdemont ha desvelado que no encabezará las listas de JxCat para las elecciones autonómica del 14 de febrero. La realidad, siempre tozuda, le ha obligado a abandonar la mística de “la restitución del president legitimo” por otros horizontes más modestos, expresados en la consigna,difundida por Puigdemont en un comunicado, de “acreditar que no desfallecemos”.