Calentamiento global

¿Quién llorará por los gorriones?

Es difícil pensar en un pajarito más familiar que el gorrión común o pardal (Passer domesticus). Este discreto paseriforme viene acompañando al ser humano tanto tiempo que se ha convertido en lo que en biología se denomina comensal: el gorrión se ha adaptado a las poblaciones humanas y depende estrechamente de nuestras actividades para sobrevivir; de manera que cuando un pueblo es abandonado por sus habitantes, los gorriones comunes no tardan en irse de allí.

Los gorriones llevan toda la vida entre nosotros, pero esto podría dejar de ser así, porque algo está diezmando gravemente sus poblaciones en todo el mundo, en especial en Europa y norteamérica. “Podríamos encontrarnos muy pronto con unas ciudades sin gorriones”, asegura Beatriz Sánchez, coordinadora de la campaña Aves de Barrio de SEO/BirdLife, basándose en el último informe del Plan Paneuropeo para Monitorear las Aves Comunes (PCBMS) y en los últimos datos publicados en Science.

En España, la especie ha retrocedido hasta en un 21% en los últimos diez años. O, lo que es lo mismo, su población se ha reducido en treinta millones de ejemplares. 

Y nuestro país no es el peor escenario. En las últimas décadas del siglo XX, las poblaciones de gorriones han caído drásticamente en las grandes ciudades europeas, como Berlín, París y Praga. En algunas urbes, como en Amberes, Gante, Hamburgo o Londres, prácticamente han desaparecido. Como si de un crimen de Jack el Destripador se tratara, la extinción de los gorriones en la capital inglesa fue tan misteriosa que hasta un conocido medio de comunicación ofreció una importante recompensa para quien resolviera el enigma.

La explicación de su declive ha ido despejándose. Aunque confluyen diversos factores -que van desde las dificultades para anidar que les ofrecen los edificios modernos; la reducción de zonas verdes; el incremento de la contaminación urbana (letal para este pequeño pájaro); el menor acceso a alimentos y el incremento de pesticidas y herbicidas, etc…- los estudios van apuntando, cada vez con más fuerza, a un sospechoso ya conocido: la malaria aviar. Una enfermedad que solo afecta a las aves, causada por el Plasmodium relictum, un protozoo distinto de los Plasmodium que causan la malaria en humanos.

Así lo evidencia un trabajo de varias instituciones científicas inglesas, que han estudiado durante tres años 11 colonias de cría de la especie ubicadas en Londres. Se eligieron muestras de población lo suficientemente alejadas entre sí para minimizar el flujo de individuos entre ellas, analizando la evolución de la población de cada colonia de forma independiente.

Al analizar muestras de sangre y heces de los ejemplares, encontraron que el 74% de los gorriones eran portadores de malaria aviar, siendo la única infección entre las detectadas que mostró relación con la disminución del número de gorriones. En aquellas colonias que mostraban declive poblacional, la infección mostraba tasas de incidencia superiores al promedio.

Calentamiento, mosquitos y malaria

Esta enfermedad no es nueva en aves. El P. relictum utiliza como vector al mosquito común (Culex pipiens), un insecto que se alimenta frecuentemente picando a aves como el gorrión, transmitiendo al hacerlo la enfermedad. El mosquito común, advierte Rafael Gutiérrez-López -investigador del CSIC en la Estación Biológica de Doñana y uno de los autores del informe de la PCBMS- es capaz de desarrollarse en cualquier resquicio de agua, desde la que se filtra al regar una maceta a la que se queda estancada en cualquier objeto, por lo que su distribución es amplia.

El problema es que el calentamiento global está haciendo más abundantes a los mosquitos portadores de malaria aviar. «El aumento de las temperaturas en el planeta ha originado que haya mosquitos todo el año y que se facilite la transmisión de parásitos”, dice Gutiérrez-López. 

Las temperaturas más cálidas aumentan el número de mosquitos, y aumenta el número de meses del año con presencia del C.pipiens. Esto no solo afecta a los gorriones comunes, sino a un gran número de aves, algunas de ellas en peligro de extinción como nuestro Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus). Ya son cinco quebrantahuesos los que han muerto en el Pirineo aragonés a causa de la malaria aviar, detectándose mosquitos transmisores donde antes no eran habituales.

En otras zonas del mundo, la llegada de la malaria aviar a lomos de sus mosquitos vectores ha sido demoledor para muchas aves endémicas carentes de mecanismos de defensa adquiridos evolutivamente para hacer frente a la infección. Tal es el caso de la irrupción de mosquitos transmisores de P.relictum en archipiélagos del Pacífico como las islas Hawai o las Galápagos.

Aunque aún no hay estudios concluyentes, se piensa que la malaria aviar puede estar también detrás del descenso de otras aves urbanas con problemas similares al gorrión, como carboneros, herrerillos, verdecillos, aviones, golondrinas o petirrojos, entre otros. 

Pero es necesario señalar  el impacto que otros factores (como contaminación, ruidos, alimentos de mala calidad o falta de refugios) tienen sobre la salud de las aves urbanas. La malaria aviar es más devastadora porque actúa sobre pájaros con una salud ya comprometida, sobre unas poblaciones ya muy estresadas por otros determinantes.

Alternativas

La malaria aviar «causa una importante disminución de la vida silvestre y representa una amenaza directa para una serie de especies en peligro de extinción y para animales domésticos. Solo mediante la comprensión de los mecanismos de infección y el efecto que tienen estas enfermedades podemos poner en marcha estrategias para mitigarlas”, insiste Rafael Gutiérrez-López.

Como forma de combatir al mosquito, algunos expertos han sugerido la estrategia de introducir ejemplares modificados genéticamente para reducir la fertilidad de la población de mosquitos o para que nazcan sin capacidad de picar, pero otros científicos dudan de la efectividad de esta medida en una especie tan ubicua como el mosquito común, o de qué efectos acabaría teniendo esta estrategia en un eslabón de la cadena trófica (los mosquitos forman una importante parte de la dieta de muchos insectívoros).

Gutiérrez-López apuesta por una estrategia más prudente. “Acabar con la malaria aviar va a ser difícil, pero se puede evitar que haya una mayor transmisión eliminando las posibles zonas de crianza de mosquitos. No dejar aguas estancadas en piscinas o en macetas o mantener en estado óptimo los sistemas de alcantarillado son gestos que pueden ayudar”.

El gorrión es demasiado abundante por todo el planeta como para desaparecer. Pero su alarmante declive en nuestras ciudades es un indicativo de que el calentamiento global y la contaminación han puesto en marcha una crisis ecológica, que de no ser detenida, podría producir la desaparición de más de un millón de especies.

2 comentarios sobre “¿Quién llorará por los gorriones?”

  • Carlos y sus 4 pdfs van a Hollywood dice:

    Es que los gorriones son muy inteligentes. Piensan :»chavales, aqui hay humanos, tenemos pa amb tomaquet gratis».Por eso nos sigue a todas partes

  • Pobres gorriones, con lo majos que son. Hay que proteger a los pajaros, que ademas son los ultimos descendientes de los dinosaurios. Me voy del tema, pero es que pido a los cientificos que me clonen un velociraptor de mascota, como el prota de «cadillacs and dinosaurs» de la EC comics, los mejores comics de la historia, censurados en la caza de brujas por criticar la guerra de Corea

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