La fiesa naciona torea la crisis

¿Quién dijo que no gustan los toros en Euskadi?

Aunque los nacionalismos se empeñen, en Cataluña principalmente con la campaña antitaurina que lanzaron hace unos años pero también aquí­ en Euskadi, la llamada fiesta nacional goza de una afición fiel y diversa.

Pese a los climas de oinión, un espectáculo tan noble donde hombre y toro se enfrentan cara a cara sin artificios sigue llegando a las entrañas de los espectadores. De ahí su carácter popular.Hablan de espectáculo inhumano, pero en el toreo lo que se realiza es un homenaje a la muerte y a la vida al mismo tiempo. Dos aspectos antagónicos indisolublemente unidos, que aparecen en vivo y en directo convertidos en arte. Tradición ancestral que ha tenido como aficionados desde Carlomagno, Alfonso X o El Cid. Más recientemente Lorca y la Generación del 27, con proyección internacional como por ejemplo Hemingway, hasta Tierno Galván, Joan Manuel Serrat o Joaquín Sabina.“Los toros son el acontecimiento que más ha educado social, e incluso políticamente, al pueblo español (…) El espectador de los toros se está continuamente ejercitando en al apreciación de los bueno y de lo malo, de lo justo y de lo injusto, de lo bello y de lo feo (…) El espectador de los toros, (…) es un amante del conjunto del cual, en cuanto acontecimiento es parte necesaria”Tierno Galván De esta manera, por su arte mismo junto a varias iniciativas nuevas adecuadas a la situación, el coso bilbaíno está sorteando la crisis sin problemas.Combinando por un lado la venta de localidades en propiedad, que te asegura su uso para veinte años, con precios que oscilan desde los 600 euros que cuestan los derechos de la privilegiada barrera en la sombra hasta los 80 para una grada en el sol. Este movimiento les asegura la ocupación de la mitad del aforo por anticipo.Hasta las medidas para rejuvenecer el coso, con descuentos de hasta el 50% a lo menores de 30 años y usuarios de la Gazte Txartela (tarjeta de la BBK) con el objetivo de llenar las gradas de sol, habitualmente plagadas de claros.Así como congelar los precios.El último reto está en obtener finalmente el contrato para la Semana Grande con el mediático Jose Tomás. Que ultimadas sus exigencias que van desde la elección de ganadería, de terna y por supuesto el veto a las cámaras de televisión, que acrecientan su leyenda, todavía está pendiente el acuerdo en la cantidad monetaria.Un privilegio ver torear a “ese talante imperturbable que torea como si acabasen de decir por la radio que el mundo se acaba en unas horas”

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