Educación

¿Quién Costea el Fracaso Escolar?: «Cornudos y Apaleaos»

Según Sebastián Trivií¨re-Casanovas, director de Educa-System, este año se espera un aumento del 30% de la demanda, pese al agravamiento de la crisis. No cabe duda de que vale la pena «apretarse el cinturón» por el futuro educativo de los hijos. El caso es que según el Programa de Acompañamiento para la Educación (PROA) del Ministerio, «[…] la educación es cada vez más una responsabilidad colectiva.»; dime quien lo dice… Si el 35% de los alumnos no pasa de 2º de la ESO, el 48% no termina el Bachiller, sólo el 10% va a la Universidad, el 50% de éstos abandona, y de los que acaban el 50% van a parar al sector Servicios, no parece que la responsabilidad, de entrada, pueda ser compartida.

Por otra arte Fernando Martín, vicepresidente de la Confederación Española de Padres de Alumnos (CEAPA), denunciaba que “las clases particulares generan desigualdades sociales pues sólo pueden acceder a ellas las familias que disponen de un mayor nivel económico”. Tiene razón. Pero las que si pueden acceder, aunque sea con respiración asistida a final de mes, ¿por qué han de pagarlo?, y, sobre todo, ¿no debería solucionarse dentro de la escuela y en el tiempo programado?. Pero de nada sirve evidenciarlo sino sabemos qué está haciendo el Gobierno y por qué.Dentro del PROA, está el Programa de Acompañamiento Escolar (PAE) que consiste en organizar grupos de “atención individualizada” con horas docentes extras y 100€ asignados para cada uno; y el Programa de Apoyo y Refuerzo (PAR) en el que los alumnos deben dedicar hasta 15 horas semanales, a parte de las obligatorias, para prevenir el fracaso escolar y el absentismo. Hay que añadir que estas clases particulares – porque eso es lo que son –, en ocasiones, deben ser impartidas por voluntarios y monitores de los ayuntamientos. ¿Por qué? Porque, según parece, la culpa de todo la tienen las familias, los alumnos, el entorno social… pero nunca el sistema educativo y la administración.Aunque se trata más extensamente en otras páginas del Digital, no podemos obviar la raíz del problema. El tejido productivo español, y por tanto su desarrollo y la formación de sus ciudadanos, tiene rasgos – que están aflorando con virulencia en esta crisis – más propios de una semicolonia que de la octava potencia económica del mundo. Rasgos que impiden que se desarrolle ningún proyecto de desarrollo autónomo, competitivo y de progreso al servicio de la sociedad. ¿Qué profesionales necesita la Florida europea?, fuerza de trabajo barata. Este es el destino para la mayoría.Como decía Ricardo Moreno en su Panfleto Anti-pedagógico “han convertido el sistema educativo en un aparcamiento para pobres”. Pero resulta que el aparcamiento, además, nos cobra 800€ al año. Si la orientación educativa es “carne de mercado laboral”, los contenidos educativos pobres y la solución más horas lectivas, más clases privadas y más gasto para las familias… como se dice popularmente: “encima de carnudos, apaleaos”.

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