La Fiscalía de Santiago de Compostela atribuye a dos altos cargos de la Consellería de Sanidade de la Xunta de Galicia un delito de homicidio imprudente por retrasar los fármacos de la hepatitis C por «razones presupuestarias». La Xunta negó o retrasó los tratamientos, pese a que sus médicos lo solicitaron repetidamente -advirtiendo de la urgencia- y pese a que todos cumplían los requisitos del protocolo que el propio Gobierno gallego había establecido para dispensar esta medicación. Hasta 6 pacientes de hepatitis C no lograron ser tratados a tiempo y murieron. Entrevistamos a Mario Cortés, fundador de la Plataforma de Afectados por la Hepatitis C (PlAHC), organización que ha encabezado -y ganado- la lucha por que las administraciones sanitarias incorporen la medicación de última generación -de la que depende la vida de cientos de miles de pacientes- a los tratamientos.
De Verdad.-La Fiscalía acusa a dos altos cargos de la sanidad gallega por un delito de «homicidio por imprudencia grave profesional». ¿Estamos ante una muerte por imprudencia o ante “muerte por recortes”?Mario Cortés: Efectivamente se trata de muertes por recortes, porque los médicos prescibieron los tratamientos a tiempo, y no fueron administrados a los enfermos por su coste. Los han matado los recortes.
DV.- Han puesto en una balanza la vida de los pacientes, en un plato, y el coste de un tratamiento que podía haberles salvado la vida, en el otro plato. ¿De cuantos enfermos de Hepatitis C -en toda Galiciaestamos hablando?MC: En Galicia hay en torno a 46.000 enfermos de Hepatitis C. Desde luego lo que es una vergüenza es poner una vida en una balanza, compararla con el precio que pueda costar un tratamiento. «En 2014 hubo 4.000 muertes por Hepatitis C, cuando en enero de ese año la Agencia Española del Medicamento ya había aprobado las terapias que les habrían salvado la vida»
Es indignante, inmoral. Ya hemos visto al ministro Montoro mintiendo al decir que los costes que habían tenido los tratamientos para las comunidades autónomas, cuando en su día, cuando se aprobó el Plan Estratégico contra la Hepatitis C, dijo que ese coste no iba a computar. Ahí vemos la catadura moral de este ministro.
Según él, para no tener déficit, habría que dejar morir a los enfermos. Es indignante.
DV.- ¿Teneis constancia de casos similares en el resto de España, y del coste en vidas que esto supone?MC: La constancia que tenemos es que en el año 2014 hubo 4000 muertes por Hepatitis C, cuando en enero de ese año la Agencia Española del Medicamento ya había aprobado las terapias que les habrían salvado la vida. En el 2015 hubo áun más muertes, pero a partir del 1 de abril se empezaron a aplicar los tratamientos, y esto ha rebajado sustancialmente la mortalidad, aunque por supuesto, ha habido muchos casos de compañeros a los que les ha llegado tarde el tratamiento y han fallecido.
DV.- El caso podría haber sido aún más grave, y haber muerto más personas, si no fuera por la actuación del equipo de 3 médicos que -saltándose protocolos y burocratismoslograron que un paciente fuera tratados a tiempo. ¿No hay que unir en casos como este -y en otros muchos- la lucha de los pacientes y afectados, con la de los profesionales, que quieren una sanidad de calidad, con todos los recursos necesarios y disponibles para salvar vidas?MC: Desde luego que la unión entre pacientes y médicos es indispensable y fundamental para lograr que en casos como este, los tratamientos lleguen y se salven vidas. A veces hay que romper el corporativismo de algunos facultativos, pero nos llegan casos de muchos médicos que están amenazados por las instituciones -con despidos y sanciones- y temen por su puesto de trabajo. Pero quitando estas excepciones, nosotros desde la Plataforma de Afectados por la Hepatitis C, siempre hemos llamado a que se unan los pacientes, medicos, enfermeros, para defender la Sanidad Pública, para denunciar que los recortes en sanidad matan, como la Plataforma Asamblearia de Trabajadores y Usuarios de la Sanidad.
De hecho, en esta denuncia hay que felicitar al colectivo ‘Batas Blancas’ (una asociación de profesionales) y a la Plataforma Galega de Afectados por la Hepatitis C -dos organizaciones independientes de la PlAHC- que han estado colaborando y buscando a las familias de los afectados.
Han hecho un magnifico trabajo, una gran labor. Ellos son los que han hecho que el caso llegue a los medios.