El Gobierno analiza la posibilidad de implantar un fondo de capitalización al modo de la «mochila austríaca», orientado a la jubilación más que al despido y pensado sobre todo para sectores con mayor capacidad económica, como la banca.
¿Qué es la «mochila austriaca»?
La «mochila austriaca» es parte de la reforma laboral de ese país en 2003, en la que se incluyó un fondo de capitalización laboral para cada trabajador, puesto que en Austria no existían indemnizaciones por despido.
La mochila austriaca es un fondo de ahorro personal para el despido, una suerte de hucha individual, que se financia con cotizaciones específicas, a la que el trabajador puede recurrir cuando es despedido en lugar de que la empresa indemnice al trabajador por el despido. La «mochila» permite a las empresas despedir a coste cero al trabajador.
Por el contrario, en España, cada trabajador aporta una cantidad, que va a una “hucha común”, si vas al paro, recibes el correspondiente subsidio por desempleo. La implantación de este modelo en España, significaría romper la “hucha común”.
En esta modalidad los trabajadores se llevan de un empleo a otro los derechos de indemnización por despido que van acumulando a lo largo de su vida. En Austria las empresas aportan un 1,53% del salario todos los meses, por lo que un trabajador que cobra 1.000 euros acumulará cada mes 15,3 euros. En las condiciones de temporalidad y precariedad laboral actuales gran parte de los trabajadores españoles no superaría, en el mejor de los casos, los 8 días por año trabajado frente a los 20 días actuales.
En sus recomendaciones sobre la reforma laboral el FMI exigía un contrato único de duración indefinida cuya indemnización por despido se incremente a lo largo de los años; de esa manera durante los primeros años, sería casi igual de barato despedir a un trabajador fijo que a uno temporal; y la instauración de la famosa “mochila austriaca”.
En Austria estas cuentas de ahorro son gestionadas por entidades privadas autorizadas por la Administración para esta función. Las cuantías acumuladas se invierten en el mercado de capitales y el Estado garantiza supuestamente el 100% del capital.
Y aquí viene lo interesante para el FMI y los grandes capitales; el empresario aporta cada mes un porcentaje del sueldo bruto del trabajador, que gestiona una entidad financiera “para conseguir mayor rentabilidad”. Es decir, que los fondos para cubrir despidos se ponen a jugar en bolsa: en eso consiste la austriaca mochila.
El gobierno ha orientado la «mochila austriaca» más que como una indemnización al despido como un complemento a la pensión. La «mochila austriaca» puede entenderse como un plan de ahorro para el futuro o como una suerte de plan de de pensiones dado que el trabajador puede hacer uso del capital como complemento a la pensión pública de jubilación.
En los hechos significa implantar un sistema de capitalización, frente al sistema actual de cotizaciones y reparto. Esta medida abre una nueva vía a la entrada de los capitales privados a los fondos de pensiones y alfombra indirectamente la reforma del sistema de pensiones al presentarse como un nuevo sistema de gestión autosostenible que fortalezca a la Seguridad Social
Dualización global dice:
Una medida que apoya a quienes pueden contribuir a la propia mochila, mientras castiga a los precarios y en tal medida priva a quien más necesita o necesitará de salario diferido, pues no puede ahorrar como individuo. Una medida clasista más del PSOE.