Cargando...Informó el Ministerio de Defensa que el más grave de los dos incidentes fue el de una emboscada en el centro del pueblo de Siahvashan, que obligó a los soldados españoles a combatir y resguardarse durante más de cuatro horas y media antes de poder abandonar el pueblo bajo cobertura de helicópteros italianos. Este hecho pone de manifiesto la progresiva pérdida de control de la zona a favor de los talibanes y la cada vez mayor proximidad de los talibanes a las zonas ocupadas por los españoles.
Recientemente el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha confirmado el envío de un gruo de 220 militares españoles que ampliará nuestra presencia en Afganistán, con la que nuestra presencia en esta zona llegaría a los 1000 efectivos. La pregunta es doble: ¿Qué hacemos en Afganistán? Y ¿Por qué a pesar de la inminente peligrosidad de esta misión se amplían, no se reducen, los efectivos? Este nuevo envío de tropas coincide con el cambio de estrategia de Obama. Trasladar gran parte des sus fuerzas de Irak para concentrarlas en Afganistán y así ganar “la primera parte de la guerra”. Para conseguirlo, Washington ha exigido el aumento de la participación europea, tanto en número de efectivos como en su implicación en labores militares. Zapatero, tras la “chapuza” de la retirada de tropas en Kosovo, rápidamente se ha sumado el primero a esta estrategia de EEUU. Pero lo que van a apoyar las tropas españolas no es ninguna labor de “pacificación”. Es una invasión imperialista que llega a su séptimo año cobrándose miles de víctimas y hundiendo a Afganistán en una situación caótica. Antes, en el tandem Aznar-Bush y, ahora, con Zapatero-Obama, hay que exigir que ningún soldado español participe y colabore en las invasiones de EEUU. Exigir una política exterior propia, a favor de nuestra soberanía y la de los países y pueblos del mundo.