Don Santiago Ramón y Cajal recibió el premio Nóbel por sus revolucionarias teorías sobre las células nerviosas. Sus teorías se conocían como «doctrina de la neurona». Cuando la potencia de los microscopios todavía no permitía mostrar la estructura del sistema nervioso la teoría postulaba que las neuronas son células discretas, no conectadas para formar un tejido, antes se daba por hecho que el sistema nervioso era una retícula. La doctrina de la neurona sigue siendo hoy el principio central de la neurociencia moderna.
Frente a las dificultades técnicas Ramón y Cajal alicó una técnica para visualizar neuronas desarrolladas antes por Camillo Golgi. Sólo tintaba una célula de cada cien con una solución de plata, logrando visualizarla y demostrando que las neuronas estan separadas y no forman una red.Fue entonces una Edad de Plata para las letras y artes españolas, Lorca, Dalí, Buñuel ,Miguel Hernández Falla, Albeniz, Turina… Destacamos en campos que antes nos estaban negados como la medicina con el Nóbel Don Santiago Ramón y Cajal y la filosofía con Ortega y Gasset España tiene una tradición científica, recursos y una cantera de primera fila y sin embargo somos unos enanos. Las políticas de investigación y ciencia aprobadas por los diferentes gobiernos no han tenido la voluntad de explotar ese capital y ponerlo en función del desarrollo del país. Dependemos de las patentes farmacéuticas y científicas extranjeras . Figuras importantes como Ramón y Cajal y Faustino Cordón desarrollaron sus investigaciones siempre ligadas a proyectos de desarrollo económico nacionales. Hoy los trabajos del equipo de Atapuerca chocan con los antropólogos americanos, y destacamos en campos como biología molecular con figuras como Ginés Morata, Santiago Grisolía, Joan Masague, Margarita Salas… pero seguimos siendo unos enanos científicos.