SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Pujol, una bomba de relojerí­a para CiU

El anuncio por parte del presidente de la Generalitat, Artur Mas, sobre la decisión del ex presidente Jordi Pujol de renunciar a todas sus atribuciones y honores, incluido sueldo y despacho, tras el escándalo de su evasión al fisco, no desactiva la “bomba de relojería” que las trifulcas del clan Pujol-Ferrusola al fisco suponen para el futuro de Convergència i Unió (CiU). Y, todo ello, en vísperas del encuentro en La Moncloa, entre el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, y el president de la Generalitat, Artur Mas.

El es­cán­dalo cau­sado por la re­ve­la­ción de Jordi Pujol de que “durante 35 años” no había ha­llado el mo­mento opor­tuno para de­clarar la he­rencia de su padre a Hacienda, ci­frado en el equi­va­lente a unos 4 mi­llones de eu­ros, ha de­jado es­tu­pe­factos a se­gui­dores e, in­cluso, a los ad­ver­sa­rios de quien go­bernó du­rante 23 años inin­te­rrum­pidos en la po­lí­tica ca­ta­lana.

Entre los sor­pren­didos están sus pro­pios se­gui­dores por­que, de al­guna ma­nera, in­ter­pretan de que «ha muerto el pa­dre», como dijo el propio pre­si­dent Artur Mas al con­fesar su “dolor, pena y com­pa­sión” por quien fue su “padrino po­lí­ti­co”. Entre los opo­si­tores tam­bién, porque abun­daban quienes siempre va­lo­raron su con­di­ción de es­ta­dista, de hombre con sen­tido de Estado, para en­ca­minar el fu­turo de Cataluña.

Lo malo es que se va com­pro­bando lo que mu­chos te­mían: es de­cir, que Jordi Pujol, junto a su es­posa Marta Ferrusola, aca­baron for­mando un clan fa­mi­liar donde el en­tra­mado de in­tereses po­lí­ticos y en­ri­que­ci­miento per­sonal fueron de la mano en mu­chas oca­sio­nes. Con pro­lon­ga­ción, ade­más, en parte de sus seis hi­jos, tres de los cua­les, Jordi. Olaguer y Oriol, están impu­tados, o en vías de serlo, por po­sible blan­queo de ca­pi­tales o trá­fico de in­fluen­cias.

Incierto fu­tur­to

Quedan en el aire de­ma­siadas pre­gun­tas. ¿Cómo afec­tará el fu­turo del par­tido creado por Jordi Pujol, Convergencia Democràtica de Cataluña? ¿Resistirá la coa­li­ción de Convergència con Unió Democràtica de Catalunya, cuando su líder Josep Antoni Duran Lleida ya ha sal­tado del barco y pre­para una nueva for­ma­ción cen­trista, con ca­pa­cidad para plantar cara al pro in­de­pen­den­tismo ca­ta­lán? ¿Quedará sal­pi­cado el pre­si­dent Artur Mas, de con­fir­marse las su­puestas re­la­ciones entre Pujol y el padre del ac­tual pre­si­dente?

Todo queda ahora abierto en el pa­no­rama po­lí­tico ca­ta­lán, ante el even­tual nau­fragio de CiU, al es­ta­llar la bomba de re­lo­jería que, en su día, apuntó el ex­pre­si­dent Pasqual Maragall, al des­velar el “problema del 3%”. Es de­cir, el por­cen­taje de su­puestas co­mi­siones que ha­bría co­brado du­rante años el go­bierno di­ri­gido por el pre­si­dent Jordi Pujol, en la con­ce­sión de obra pú­blica en Cataluña –sin ol­vidar que tan cul­pa­bles de­be­rían ser los em­pre­sa­rios que en­traron en el juego, como quienes se be­ne­fi­cia­ron– y que, en al­guna me­dida, ha­brían ido para fi­nan­ciar al par­tido po­lí­tico y, po­si­ble­mente, al clan de la fa­milia Pujol.

Ya se ha anun­ciado la crea­ción de una Comisión de Investigación en el Parlament de Catalunya, a la que su­pues­ta­mente de­berá com­pa­recer el auto de­fe­nes­trado ex pre­si­dente Jordi Pujol, mien­tras que su hijo Jordi Pujol Ferrusola, ha sido ci­tado a de­clarar por el juez Rutz para el pró­ximo día 15 de sep­tiem­bre. El es­cán­dalo, en reali­dad, no ha hecho más que em­pezar y se suma, ade­más, al fu­turo juicio de la trama Gurtel, en un mo­mento que un ex pre­si­dente au­to­nó­mico, Jaume Matas, de Baleares, acaba de in­gresar en pri­sión por co­rrup­ción po­lí­tica.

La in­cóg­nita, en el caso ca­ta­lán, es si CiU re­sis­tirá la em­bes­tida y cómo afec­tará en el fu­turo de Catalunya, donde los proin­de­pen­den­tis­tas, CiU en ca­beza, si­guen em­pe­ñados en man­tener la con­sulta del pró­ximo 9 de no­viem­bre. En cual­quier caso, con o sin con­sulta, se abre unas pers­pec­tivas de año elec­to­ral, en 2015, con mu­ni­ci­pa­les, ge­ne­rales y, pro­ba­bles au­to­nó­micas ca­ta­lanas an­ti­ci­pa­das, donde Esquerra Republicana de Catalunya es la fuerza en claro as­censo y, al menos por el mo­mento, libre de co­rrup­te­las.

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