Puerto Rico en pie de lucha

A veces se nos olvida que la hermosa isla del Caribe oriental cuyos habitantes originarios llamaban Borinquen es sangre y carne de América Latina. Patria de Antonio Marí­a de Hostos, Ramón Emeterio Betances, Pedro Albizu Campos y Filiberto Ojeda Rí­os, que hizo escribir a José Martí­ en los Estatutos del Partido Revolucionario Cubano: Se funda… para luchar por la independencia de Cuba y coadyuvar a la de Puerto Rico.

Ese día, desde la ceremonia de los remios MTV latinos el Residente del dúo Calle 13, René González, exhibía una camiseta con la consigna ¡Viva Puerto Rico Libre!, solidarizaba con la marcha y en español castizo (grosero dicen las buenas conciencias) le recordaba la autora de sus días al impopular gobernador Fortuño. Luego escribía en su blog : “América Latina no está completa sin Puerto Rico y Puerto Rico no es libre” LA JORNADA.- Obama se enfrenta al riesgo de que Afganistán se convierta en una trampa similar a la que su antecesor, George W. Bush, enfrentó en Irak, con las consecuentes derrotas en los terrenos militar, diplomático y económico. Es deseable y necesario, en suma, que el mandatario estadounidense renuncie a su pretensión de perpetuar e intensificar la presencia de sus tropas en territorio afgano, que inste a sus aliados occidentales a hacer lo propio y abandone así una aventura bélica insostenible, dañina para su gobierno y que ha causado un sufrimiento injustificable en el país centroasiático. Ecuador. Alai Puerto Rico en pie de lucha Ángel Guerra Cabrera El paro fue un éxito total… un estado de insurrección civil pacífica del pueblo de Puerto Rico” afirmó el obispo metodista Juan Vera en referencia al paro nacional efectuado en la isla el 15 de octubre. Mientras, su homólogo católico de Caguas, Rubén González, subrayaba la indignación expresada debido a decisiones tomadas por el gobierno “sin contar con el pueblo” A veces se nos olvida que la hermosa isla del Caribe oriental cuyos habitantes originarios llamaban Borinquen es sangre y carne de América Latina. Patria de Antonio María de Hostos, Ramón Emeterio Betances, Pedro Albizu Campos y Filiberto Ojeda Ríos, que hizo escribir a José Martí en los Estatutos del Partido Revolucionario Cubano: Se funda… para luchar por la independencia de Cuba y coadyuvar a la de Puerto Rico. Borinquen no ha dejado de luchar un día por su libertad, primero del coloniaje español y luego del estadounidense ni ha estado al margen de las batallas latinoamericanas contra las políticas neoliberales. De hecho, una gran coalición de fuerzas sociales de la isla libra hoy un combate frontal contra las feroces medidas de ese corte del gobernador anexionista/bushista Luis Fortuño, quien ha echado a la calle a más de 20 000 empleados públicos. Los planes de Fortuño –doblemente repudiado pues en la campaña electoral se comprometió a no despedir a ningún servidor público- desmantelarían numerosas agencias del gobierno, en especial aquellas que tienen que ver con la educación, la cultura, la salud, la asistencia social y los servicios públicos para convertirlas en un negocio del capital privado. Frente a la arremetida del gobierno y de los grandes grupos económicos, una gran coalición, integrada por la multisectorial Todo Puerto Rico por Puerto Rico, la Coordinadora Sindical y el Frente Amplio de Solidaridad y Lucha llevó a cabo el paro nacional, que paralizó a San Juan y virtualmente todo el país. En San Juan dos grandes marchas que reunieron alrededor de 200 000 personas confluyeron en dos puntos cercanos para fundirse en una después de que contingentes muy diversos por su origen social o profesional recorrieran la ciudad desde distintas direcciones con gran despliegue de ingenio popular. Sindicatos, comunidades, estudiantes, colegios profesionales, desempleados, grupos feministas, líderes religiosos cristianos, intelectuales y artistas, entre ellos Danny Rivera y Andy Montañés. Ese día, desde la ceremonia de los premios MTV latinos el Residente del dúo Calle 13, René González, exhibía una camiseta con la consigna ¡Viva Puerto Rico Libre!, solidarizaba con la marcha y en español castizo (grosero dicen las buenas conciencias) le recordaba la autora de sus días al impopular gobernador Fortuño. Luego escribía en su blog : “América Latina no está completa sin Puerto Rico y Puerto Rico no es libre”. El paro fue convocado por una marcha/ Asamblea del Pueblo reunida el 5 de junio frente al Capitolio de San Juan, en lo que parece haber sido una expresión precursora de parlamentarismo de calle, y según la opinión de sus organizadores es el preámbulo de una serie de acciones de protesta y resistencia civil pacífica que desembocarán en la huelga general del pueblo, aunque no sólo. En palabras de Luis Peraza, vocero de la Coordinadora Sindical y del Frente Amplio de Solidaridad y Lucha: “Más allá del paro está la creación de conciencia para que el pueblo reconozca el poder que tiene para cambiar las cosas.” El antecedente más importante de esta nueva etapa de lucha en Puerto Rico es la ejemplar brega por sacar a la marina yanqui de Vieques, un referente para América Latina ahora que Estados Unidos está instalando bases militares en países con gobiernos serviles como Colombia y Panamá, que entre otros objetivos persiguen cercar a la revolución Bolivariana. El rechazo a las bárbaras medidas de Fortuño –como entonces la lucha por Vieques- ha tenido la virtud de unir un concierto de voluntades muy diverso y plural de sectores que usualmente han permanecido alejados entre sí o ajenos a la batalla social En opinión del periodista y académico independentista Carlos Rivera “La insurgencia civil es … sobre todo… construcción en torno a valores, experiencias… e instituciones comunes que representan ese otro Puerto Rico que va naciendo… a partir de sus diversas articulaciones … ya se asoma potencialmente ese pueblo que soberana y democráticamente decida tomar control de su destino…” AGENCIA LATINOAMERICANA DE INFORMACIÓN. 22-10-2009 México. La Jornada Afganistán: fracaso electoral, ocupación insostenible A dos meses de que se realizaron los comicios presidenciales en Afganistán, el todavía mandatario de ese país, Hamid Karzai, accedió a someterse a una segunda ronda –el próximo 7 de noviembre–, luego de que la Comisión Electoral Independiente decidió reducir la proporción de votos en su favor –de 54.6 a 49.7 por ciento– a consecuencia de pruebas claras y convincentes de fraude en los sufragios. Dichos comicios se vieron marcados por el recrudecimiento de la violencia de las milicias talibanas –circunstancia que impactó en el nivel de participación electoral, que fue de apenas 33 por ciento– y se desarrollaron en medio de múltiples acusaciones de fraude formuladas por los candidatos opositores, encabezados por el ex ministro del Exterior, Abdullah Abdullah. Pese a ello las potencias occidentales, con Washington a la cabeza, los calificaron inicialmente de un éxito y un avance en el proceso democrático de ese país. Hoy, sin embargo, ante la confirmación de las conductas fraudulentas de las autoridades de Kabul, y ante la manifiesta incapacidad de éstas y de los observadores internacionales para dar certeza y transparencia a los resultados electorales, queda de manifiesto que dichos comicios constituyeron un rotundo fracaso, que da cuenta de la inviabilidad de los empeños de Occidente de imponer un proceso de democratización por la vía de la ocupación militar en la nación centroasiática. Más bien, la realización de los comicios en dichas condiciones terminó por mermar la participación ciudadana y extendió en gran parte de los habitantes el sentir de que su voluntad no sería tomada en cuenta, por tratarse de un montaje de Washington. Es de suponer que, al contrario de lo esperado por la Casa Blanca y sus aliados, realizar nuevas elecciones en Afganistán bajo el signo de la ocupación extranjera pudiera derivar en más violencia, menos votantes y, en consecuencia, menor legitimidad para el gobierno que surja de ese proceso. Por añadidura, la posibilidad de que Hamid Karzai logre la reelección pese a todo plantea una problemática adicional para los gobiernos occidentales, empezando por el de Barack Obama, pues estarían respaldando la continuidad en el poder de un personaje severamente cuestionado por sus vínculos con los llamados señores de la guerra y por mantener intactas algunas de las legislaciones bárbaras heredadas del régimen talibán, y que además ha mostrado desprecio por la voluntad popular, como quedó de manifiesto durante la primera ronda de los comicios. Dicha perspectiva resulta por demás indeseable para el gobierno de Obama, quien se enfrenta al riesgo de que Afganistán se convierta en una trampa similar a la que su antecesor, George W. Bush, enfrentó en Irak, con las consecuentes derrotas en los terrenos militar, diplomático y económico. Es deseable y necesario, en suma, que el mandatario estadunidense renuncie a su pretensión de perpetuar e intensificar la presencia de sus tropas en territorio afgano, que inste a sus aliados occidentales a hacer lo propio y abandone así una aventura bélica insostenible, dañina para su gobierno y que ha causado un sufrimiento injustificable en el país centroasiático. LA JORNADA. 21-10-2009

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