SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

PSOE y PP han perdido 489.000 votos, con gran sangrí­a socialista

Las vigas maestras han aguantado en Galicia y el País Vasco. Han ganado, sin discusión, los tradicionales partidos de gobierno en ambas nacionalidades. Han ganado el Partido Popular que Manuel Fraga Iribarne ubicó en el particularismo galleguista y el Partido Nacionalista Vasco, fundado en 1895 y ahora entregado a dos causas que suscitan un amplio acuerdo en su país: acelerar el final de ETA y blindar el concierto foral (y el cupo con saldo positivo) de los inciertos avatares de los próximos años en España y en la Unión Europea. Ha ganado el instinto de conservación de las clases medias y populares que siguen confiando en el orden político de 1977-78. El sistema, sin embargo, pierde aceite. El sistema pierde consensos. Un dato de la jornada electoral del domingo no debería pasar por alto: PP y PSOE han perdido un total de 489.000 votos en Galicia y Euskadi (337.000, el PSOE; 152.000, el PP). En Galicia, el Partido Popular ha perdido votos en relación con las últimas elecciones autonómicas y ha ganado tres escaños gracias a la eficaz personalidad de su líder (Alberto Núñez Feijóo) y por incomparecencia del adversario. Su triunfo se ha visto propulsado por la ausencia de una alternativa creíble y por el temor a que el poder regional pasase a manos de una amalgama de tres partidos peleados entre sí y dominados por el volcánico Xosé Manuel Beiras y el grito de protesta de los irmandiños. Los tripartitos y bipartitos hoy tienen mala fama en España. La gente no se fía de los partidos. Núñez Feijóo, ayer saludado como el gran valor en alza en el PP, acertó tácticamente al señalar a Beiras como su principal adversario. En el País Vasco ha pesado -y mucho- el temor a Bildu, en el plano moral (ETA todavía no ha pedido perdón por sus crímenes), en el plano ideológico y en el de la gestión. Un tema de conversación recurrente en Euskadi, en la actual Euskadi en paz, es el delirante sistema de recogida de basuras que los abertzales han implantado en la provincia de Gipuzkoa (horarios de recogida muy rígidos, identificación del propietario de las bolsas…). Tanto es así, que el propio Arnaldo Otegi, desde la cárcel, ha recomendado a los suyos que vayan buscando la manera de salir del jardín ecológico en el que se han metido. España es así: dramática y cotidiana. Por ahora, lo único que se rompe es la confianza en el futuro y en las bolsas de la basura de Azpeitia. Y se quiebra la confianza interna en el Partido Socialista Obrero Español. Si los inesperados resultados en Andalucía dieron un pálpito de esperanza al secretario general Alfredo Pérez Rubalcaba, los de Galicia y Euskadi contribuyen a poner en cuestión su liderazgo y pueden alejar a Patxi López del delfinario. El PSOE ha perdido 337.000 votos, siete escaños en Galicia y nueve en Euskadi (dato que debe ser valorado teniendo en cuenta el nuevo reparto que impone la legalización de Bildu). La sangría es mucho mayor en Galicia (-230.817) que en el País Vasco (-103.954). La operación Pachi Vázquez ha sido un desastre. La crisis inclemente golpea al Gobierno de Mariano Rajoy, pero quien pierde más votos es el Partido Socialista. El PSOE no para de perder gas. Se deshincha. Declina. Se desvanece.Il potere logora a chi non c’è la, dijo en una ocasión el político italiano Giulio Andreotti, esculpiendo una frase para la historia. «El poder desgasta al que no lo tiene». Esa es hoy la situación del primer partido de la oposición. Rubalcaba evitó comparecer durante la desastrosa noche electoral. Hay un gran malestar, hay ruido de fondo y, una vez más, el primer pronunciamiento crítico ha sido el de Tomás Gómez, líder de los socialistas madrileños, enemistado con Rubalcaba y explícito defensor de un giro a la izquierda. Gómez, sin embargo, no es el adversario principal de la actual dirección socialista. La principal figura alternativa sigue siendo Carme Chacón y detrás de ella vuelve a aparecer, con nitidez la figura de José Antonio Griñán, presidente de la Junta de Andalucía. ¿Para apoyar a Carme/n, o para acabar perfilándose él mismo como la alternativa a Rubalcaba? Aún es pronto para saberlo. En estos momentos, Griñán quiere ser la voz del Sur, inquieta ante los movimientos que se van perfilando en Barcelona y Bilbao. Recordemos que en 1980, el PSOE trastocó desde Andalucía el original planteamiento asimétrico de las autonomías y propició la derrota de UCD. Todo vuelve a su principio. Un ciclo histórico se está cerrando. Pero no corramos tanto. Aún falta un mes para las elecciones en Catalunya y al Partido Socialista le espera otro episodio difícil.En Madrid, malhumor entre los francotiradores de la derecha, a los que no les gusta ver a Rajoy reforzado. Lo quieren débil. Quieren dictarle la política. Los dardos se dirigen ahora hacia Antonio Basagoiti, líder de los populares vascos. El ala dura quiere su cabeza. Rajoy le defenderá. El PP ha perdido peso en el Parlamento de Vitoria, pero en Euskadi se decidirá parte de la cuestión que se plantea desde Catalunya. Hay catalanes que aún no lo saben y no conviene correr tanto. Sólo un dato: los vascos son imbatibles en el juego a tres bandas.

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