Resultados del PSOE

PSOE: los hechos se comen las promesas

Los resultados del PSOE -que pierde 400.000 votos y sufre una pérdida histórica de poder territorial- se explican por el rechazo de una mayoría progresista que ha contemplado como el gobierno encabezado por Sánchez no ha hecho los deberes

Pedro Sánchez ha reivindicado durante la campaña una labor de gobierno que “ha protegido a los más débiles”, y ha dosificado “promesas sociales”, como el anuncio de 180.000 nuevas viviendas con alquileres limitados.

Pero la realidad ha triturado esta puesta en escena. Se han impuesto los hechos de unos trabajadores, pensionistas o autónomos que ven su nivel de vida recortado por el atraco de la inflación o la subida de las hipotecas, mientras bancos o eléctricas presentan beneficios récords.

Esta es la principal razón que explica el vuelco electoral.

En las municipales de 2019 el PSOE fue la fuerza más votada, con 1,5 millones de votos más que el PP. Ahora en 2023, tras cuatro años de un “gobierno de coalición de izquierdas” durante cuyo mandato ha seguido avanzando el saqueo contra la población, ha quedado 700.000 votos por debajo del PP.

El PSOE ha sido la fuerza más votada en Cataluña, pero perdiendo 50.000 votos y fallando en su gran apuesta, la de ser el primer partido en Barcelona. Ha resistido en autonomías como Valencia, ganando incluso unos pocos votos, pero a costa del hundimiento de Podemos. Y en el cómputo general del voto en las municipales se ha dejado 400.000 votos respecto a los obtenidos hace cuatro años.

Esta pérdida de apoyo social, por parte de una mayoría progresista que ha contemplado como el gobierno encabezado por Sánchez no ha hecho los deberes, se traduce en una pérdida histórica de poder territorial para el PSOE, tanto en el ámbito municipal como en el autonómico.

El PSOE profundiza su debacle en Madrid, donde ha vuelto a quedar por detrás de Mas Madrid, y agudiza su debilidad en Andalucía, donde ha perdido la alcaldía de Sevilla. Y ha dejado de ser la fuerza más votada en 14 capitales de provincia donde ganó hace cuatro años.

Y el poder autonómico del PSOE alcanza un mínimo histórico. Pierde la Comunidad Valenciana, Aragón, Baleares, La Rioja, e incluso Extremadura. Conserva Asturias y -por la mínima- el gobierno de Castilla La Mancha, está por ver si mantiene Canarias, y necesitará el apoyo de Bildu para gobernar Navarra.

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