Sociedad

«Prou» de disparates

La plataforma Prou – basta, en catalán – ha recogido más de 180.000 firmas para impulsar una iniciativa legislativa popular con el objetivo de prohibir las corridas de toros en Cataluña. La plataforma, integrada por diversas entidades animalistas, tení­a que recoger un mí­nimo de 60.000 rúbricas en 120 dí­as hábiles y ha triplicado la cifra. La presentación de las firmas en el Parlamento, la próxima semana, activará el proceso legislativo.

Leonardo Anselmi, miembro de Prou, afirma que las 180.000 firmas reflejan la oosición mayoritaria de la sociedad catalana contra las corridas. Además la campaña cuenta con el respaldo de 68 municipios declarados antitaurinos además de diferentes personalidades del mundo de la cultura y del espectáculo como los actores Silvia Marsó y Bruno Oro; los filósofos Jesús Mosterín y Salvador Paniker; la periodista Pilar Rahola; la abogada Magda Oranich y Forges.Leonardo Anselmi también declaró que "la mayoría de la gente firmaba y decía que las corridas eran como una suerte de circo romano que debía de desaparecer” y que “la plaza de toros de Barcelona apenas recibe público, salvo turistas”. A parte de que la última corrida de toros de José Tomás tuvo lleno hasta la bandera y se agotaron las entradas, según una encuesta realizada en el 2002 por Gallup, el 33% de los españoles son aficionados a los toros. El porcentaje es menor en Galicia y Cataluña, con un 25% y, en términos generales, ha disminuido un 20% en los últimos 25 años. Estos datos significan que existen en España 15 millones de aficionados, 1,5 millones en Cataluña y 700.000 en Galicia. Además según una encuesta del 2004 del diario El Mundo el 58% de los españoles no estaban de acuerdo con prohibir las corridas, mientras un 33% si lo estaba.No parece que “la mayoría de la gente” prefiera que desaparezcan las corridas. Ciertamente no siempre una cosa es justa aunque la respalde una mayoría, pero el disparate de llamar a las corridas “circo romano” no deja de ser… eso, un disparate.“En España (como en los pueblos de Oriente, donde la danza es expresión religiosa) tiene el duende un campo sin límites sobre los cuerpos de las bailarinas de Cádiz, elogiadas por Marcial, sobre los pechos de los que cantan, elogiados por Juvenal, y en toda la liturgia de los toros, auténtico drama religioso donde, de la misma manera que en la misa, se adore y se sacrifica a un Dios.Parece como si todo el duende del mundo clásico se agolpara en esta fiesta perfecta, exponente de la cultura y de la gran sensibilidad de un pueblo que descubre en el hombre sus mejores iras, sus mejores bilis y su mejor llanto. Ni en el baile español ni en los toros se divierte nadie; el duende se encarga de hacer sufrir por medio del drama, sobre formas vivas, y prepara las escaleras para una evasión de la realidad que circunda”. Teoría y juego del duende, Federico García Lorca.Que se inicie el debate en el parlamento, bien. Que se denuncie el sufrimiento y el maltrato de animales, bien. Que se digan disparates que entierran la riquísima esencia de nuestra historia, mal.

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