Buteflika, ha demostrado la voluntad de humillar al pueblo argelino.

Propone a su hermano como sucesor en el poder.

Desde diciembre de 2008, en que la reforma de la Constitución, que rompió el lí­mite de dos mandatos, se aprobó en el parlamento, a mano alzada, sin referéndum ni discusión. Los resultados del pasado 9 de abril, ya habí­an sido preconizados desde varios meses de antelación, no evitaron que observadores y analistas pusieran el «grito en el cielo» afirmando que las elecciones argelinas supusieron «un retroceso de más de 20 años», que el «régimen inventaba la realidad».

 El «éxito» de la estrategia olí­tica que Mohamed VI a aplicado en las últimas elecciones marroquí­es, con el «parto» del Partido de Autenticidad y Modernidad  dirigido por el Himma, amigo y consejero personal del rey, se ha visto inmediatamente plagiado por el paí­s vecino Argelia. Said Buteflika ha iniciado contactos para la creación de un partido polí­tico, bautizado Generación Libre,.el diario El Watan  citan a diputados, caciques locales o personalidades de otras formaciones que fueron sondeados sobre su disposición a apuntarse a la nueva formación, cuyo congreso constitutivo se celebrarí­a en otoño.Buteflika se ha valentonado en imitar al rey alauita, sobretodo por el respaldo de los aparatos de los partidos que le respaldaron en las elecciones generales de abril, que pusieron el acento en la consecuencia de arrastrar el voto popular en favor del candidato. Centenares de asociaciones de todo tipo, culturales, sociales, deportivas, folklóricas, o simples grupos de ciudadanos, recibieron promesas de apoyo material por parte de la Administración si movilizan sus simpatizantes en favor del candidato único. La no creación, por desacuerdo evidente sobre su ocupante, del puesto de vicepresidente de la república, un trampolí­n para la jefatura del Estado. Sin duda, el futuro ocupante no será ninguno de los rivales de las presidenciales de 2009, sino un personaje del propio sistema. Se barajaban los nombres de Uyahia, el actual primer ministro y el preferido por la cúpula militar, Hamruch, Benflis, Zerual e incluso del propio hermano del presidente, Said Buteflika, para quien seria el nuevo partido polí­tico, este último ha cobrado protagonismo al calor de la campaña y la enfermedad de Buteflika.  Pero las resistencias a dejar que Buteflika se salga con la suya son fuertes, y los cí­rculos de poder, cí­rculos de poder que no son exclusivamente castrenses, ya han demostrado otras veces que pueden torcer el brazo a cualquier presidente.

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