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“Todo el esfuerzo no puede recaer sobre los hijos de los ‘baby boomers’”. Nunca unas palabras han sido tan claras. Esto que dijo Escrivá no solo lo dijo él, sino que hace poco salió la noticia: “Por qué los ‘baby boomers’ que han sostenido 40 años las pensiones las llevarán al colapso sin reformas”.
Cada poco tiempo vuelven con estas noticias. Nos bombardean con esta información de forma constante, pero ¿cómo lo vemos muchos jóvenes?
Imaginaos ser un chaval de 25 años. Llegas a casa de tus padres después de currar y te despiden diciendo que no has pasado la fase de prueba. No es la primera vez que te lo dicen y en ese lugar ya te lo han hecho unas cuentas veces.
Con esa inestabilidad y viendo en la web de “Idealista” los precios del alquiler te das cuenta de que no puedes permitirte un piso. Se te va mucho del sueldo y tienes que seguir viviendo con tus padres. Has sufrido dos crisis y en la primera viste cómo se resquebrajaba esa estabilidad de la que tanto te decían. En la segunda, la de la COVID-19, te echaron del trabajo alegando lo mismo de la fase de pruebas y no tienes acceso al ERTE. Solo cuando eliminaron las restricciones tuviste la suerte de reincorporarte al mercado laboral, pero las condiciones eran peores.
Sin contar que durante este proceso has soportado los comentarios que decían: “la expansión de la COVID es por culpa de los jóvenes”, mientras te quitaban el poco ocio al que tenías acceso.
Intentas evadirte de la catástrofe mirando las redes sociales y te encuentras con la propuesta de aumentar los años de jubilación. Si ya ves tu futuro muy negro, imagínate con eso. Te asaltan las primeras dudas como: “¿de verdad podré llegar a tanto cotizando?”. Y asumes que no tendrás una pensión digna. ¿Y cuáles son las alternativas? ¿Un seguro privado de pensiones? No puedes permitírtelo. Y asumes que no vivirás con dignidad los últimos años de tu vida si esto no cambia.
Esta es la situación de miles de jóvenes en nuestro país. En este caso de alguien que trabaja y que, mayoritariamente, es en precario. Pero no nos olvidemos del otro perfil de la juventud: el joven parado que representa al 35%.
Todo ataque y degradación del sistema público de pensiones no se centra únicamente en los mayores, sino que es un mensaje a toda la sociedad. Especialmente a los futuros pensionistas.
Son jóvenes y los llaman “ninis”. Expulsados de la educación superior o/y la incapacidad económica de acceder a ésta y que no encuentran trabajo. Ven cómo se les pide mil requisitos para trabajar con un único objetivo: que acepten salarios de miseria.
Con esto te dicen que las pensiones serán las mínimas porque no paran de aumentar los años necesarios para tener pensión, sumado a que los salarios son cada vez más bajos.
Si podemos vivir al día a día es porque están nuestros padres y nuestros abuelos como un soporte. Con la crisis de 2008 las pensiones fueron el soporte de muchas familias para subsistir. Congelar las pensiones de nuestros abuelos o subirlas por debajo del IPC; decir que recortarán la de nuestros padres, es privarnos de ese pequeño resguardo para no caer en la más absoluta miseria. Cuando repiten que hay que aumentar la edad de jubilación es decirnos claramente que no tendremos pensiones dignas.
¿Y la cura? El candado de las pensiones
Todo ataque y degradación del sistema público de pensiones no se centra únicamente en los mayores, sino que es un mensaje a toda la sociedad. Especialmente a los futuros pensionistas.
Las pensiones públicas mueven mucho dinero y redundan en beneficio de todos. No se busca conseguir ganancias y son sostenibles por su carácter intergeneracional. Como la riqueza que produce un trabajador ahora no es la misma que hace cincuenta años, ayuda a su sostenibilidad, mientras que las pensiones privadas son más insostenibles. ¿Hay problemas en su existencia? No, ninguna, pero el problema es que hay un interés en privatizar total o parcialmente el sistema público de pensiones y convertirlo en un negocio privado. Y por eso buscan relanzar las pensiones privadas de forma artificial.
Pero se enfrentan a un gran rechazo en todos los sectores y clases sociales, desde la izquierda a la derecha… Por ello deben mentir y financiar informes que hablen de la falsa insostenibilidad. Quieren desarmar a toda la sociedad, en especial a los más jóvenes, y que asumamos cuanto antes la necesidad de un plan de pensiones privado para el beneficio de los bancos y grandes fondos. ¿Y qué pasa si no puedes permitírtelo? Pues estás abandonado y condenado.
La lucha por el blindaje constitucional de las pensiones es algo que recorre toda la sociedad. Hace retroceder el proceso de degradar las pensiones en el presente y permite que los futuros pensionistas no veamos la capacidad adquisitiva recortada. Interesa a todas las generaciones porque a todos nos afecta en mayor o menor medida y en especial a nosotros. Aquí radica la unidad y fuerza de este movimiento. Y también por esta razón, debemos ser los jóvenes quienes participemos activamente en esta campaña.
Por eso es importante lo siguiente: que nos sumemos a las actividadesm y las concentraciones de los lunes en las principales plazas de todas las ciudades; y acudir el 13 de noviembre a la manifestación en Madrid.
En esta lucha nos jugamos el presente y el futuro. Pero a su vez, es donde más nos podemos unir y golpear tal y como muestra la MERP, al unir a más de 360 organizaciones de todas las sensibilidades posibles.
Jóvenes de toda España nos veremos en Madrid… y en el movimiento social por el blindaje de las pensiones en cada rincón de España.
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(*) Jesús Ramírez Rodríguez es responsable de comunicación de las Juventudes de Unificación Comunista de España – JUCE