A debate

Privatización del agua (II)

Ayer introdujimos la contradicción de cómo con la privatización del agua, allá donde la inversión es rentable, el afán de abaratar costes ha empeorado su calidad y va envenenando lentamente a la población. Y, por otro lado, como en los paí­ses donde la inversión no es rentable, 6.000 personas -en su mayorí­a niños- mueren al dí­a por enfermedades relacionadas con la falta de las más mí­nimas condiciones de saneamiento.

Queda fuera de duda que el agua del grifo es otable, pero también que envenena lentamente a un porcentaje de la población. Según el portavoz del Instituto Municipal de Investigaciónes Médicas (IMIM) de Barcelona un 8% de la población de Barcelona (128.500 vecinos) consume una agua de grifo con exceso de elementos que, de ser ingeridos durante 20 años, podrían derivar en un cáncer. Este problema no es nuevo ni local. Entre otros, un estudio del IMIM y del CSIC ya en 2001 detectó altas concentraciones de trihalometanos (THM) en Barcelona, Alicante, Tenerife y Asturias. Los THM se producen cuando el cloro reacciona con materia orgánica. La exposición durante años a dosis elevadas se relacionan con el cáncer de vejiga. De las 253 muertes de varones en España por cáncer de vejiga, el estudio atribuía a la cloración entre 95 y 98 anuales. Mientras los directivos de Agbar (Aguas de Barcelona) trataron de quitarle hierro al asunto, los autores del informe alertaron del riesgo. Así mismo advirtieron que la solución no es beber agua embotellada, puesto que, entre otras razones, los THM son compuestos volátiles que no sólo entran en el cuerpo humano por vía digestiva, sino también por la respiración o a través de la piel: con agua embotellada, podemos reducir nuestra exposición a los THM en un 30% o 40%, pero no más, puesto que es inevitable el uso de agua corriente para todo tipo de actividades, a parte de beber. Según ellos, para optimizar el agua en cuanto al consumo humano hay que actuar en dos frentes. El más importante es la materia orgánica que se vierte a los ríos en los vertidos agrícolas, industriales y urbanos puesto que es con dicha materia con la que reacciona el cloro para formar los THM. El segundo frente son las plantas de potabilización para sustituir o evitar el uso de cloro. Sustituirlo por ozono o evitarlo colocando filtros de carbón activo que retienen la materia orgánica. Soluciones cuya única traba es económica. Quizás una traba que supone tan sólo una pequeña parte de los beneficios de las empresas que nos suministran el agua. De acuerdo a los intereses de éstas, ni la UE ni la Organización Mundial de la Salud (OMS) evalúan los THM como cancerígenos. Sin embargo, en Alemania, donde no se cloran las aguas de consumo las tasas en el año 2000 de cáncer de vejiga en hombres por cada 100.000 habitantes fue de 27 casos. En España, sin embargo, la tasa fue de 44 casos. Por cierto, el presidente de Aguas de Barcelona, Jordi Mercader, lo es también de Miquel y Costas & Miquel, la única empresa que suministra el papel de fumar en España. Como presidente de ésta ha sido encausado por elaborar el papel de fumar con productos cancerígenos para abaratar costes y aumentar beneficios. Como presidente de la otra podría perfectamente serlo también. Más claro, agua.

Deja una respuesta