Privatización de Red Eléctrica (REE): repartiendo la herencia de los abuelos

El aprovechamiento que hacen las empresa privadas, en este caso Endesa e Iberdrola de los recursos de la SEPI en REE, asi como de su privatización sigue el camino del creciente protagonismo de Telefónica a través de otras filiales en las infraestructuras de telecomunicaciones italianas. En ambos casos, redes públicas en otro tiempo son privatizadas a precio de saldo y ocupadas por empresas privadas en la actualidad que obtienen gigantescos beneficios y que encima piden más subvenciones al gobierno. Sin embargo, cuando las maquinarias no estan lo suficientemente engrasadas tienden a atascarse…

Por ejemlo, recientemente, el Tribunal de Cuentas cuestiona el papel de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) en su último informe, en concreto, el tribunal pone en duda la actuación del holding público a la hora de liquidar los contratos que firmó con Endesa e Iberdrola en 1998 para la compra del grueso de las participaciones que las eléctricas mantenían en REE. Según el informe, en contra de lo que figuraba en los contratos, la SEPI renunció a cobrar los dividendos que le correspondían por su participación en REE en favor de Endesa e Iberdrola. En concreto, la SEPI tendría que haberse quedado con 25,5 millones de los 628,05 millones de euros que abonó a las compañías por una participación del 59% en Red Eléctrica.Según denuncia el órgano fiscalizador, en la práctica la SEPI actuó como un "puro gestor" e intermediario en la operación. Esto contradice la propia finalidad del holding público, centrada en la búsqueda "de la mayor rentabilidad de sus acciones y participaciones". El presidente de la SEPI en el momento en que se llevó a cabo esta operación era Pedro Ferreras. También se informa por parte del Tribunal de situaciones en las que el SEPI es utilizado financieramente para cubrir intereses de empresas privadas. El tribunal denuncia las cláusukas de regulación explícitas para estos temas y las malas prácticas acontecidas. Aunque la REE pueda privatizarse para cumplir mejor con los objetivos de los operadores privados, éstos siempre optimizarán la red para obtener mayores beneficios en vez de optimizarla para un mejor rendimiento o disponibilidad. Las zonas rurales, la población dispersa, aislada y las zonas más deprimidas económicamente son los perdedores en este particular reparto de quesitos.

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