Ibarretxe aumenta la financiación de la escuela concertada en perjuicio de la pública

Privada, étnica y religiosa: la escuela de Ibarretxe

La consejera vasca de Educación, Tontxu Camos, ya prevé que al tripartito de Ibarretxe le queda muy poco tiempo de gobierno, a la vista de las perspectivas para los comisiones del 1 de marzo. Y se ha lanzado apresuradamente a dictar decretos que dejen “atada y bien atada” la educación en Euskadi. Primero fue la regulación de la enseñanza infantil y el bachillerato, imponiendo el euskera como única lengua vehicular, un ataque a la pluralidad que pretende relegar a un lugar marginal al castellano en las aulas. Ahora, la consejería de educación ha presentado un polémico decreto donde otorga 14 millones de euros más a las escuelas concertadas, anunciando que se deberá llegar a su completa financiación con fondos públicos. Esta decisión ha generado la oposición de los defensores de la enseñanza pública, que contemplan como la red educativa que utilizan los hijos de los trabajadores cada vez recibe menos fondos y se degrada más. Pero las subvenciones de Ibarretxe no llegarán a todas las escuelas concertadas. Sólo van a recibirlas las patronales Partaide –de las ikastolas privadas- y Kirstau –de los colegios religiosos-. Así se cierra el círculo de la santísima trinidad de la escuela de Ibarretxe: privada, étnica y religiosa. Tal y como deseaba Sabino Arana. Cada día que pasa tenemos un motivo más para desalojar a Ibarretxe del gobierno vasco.

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