Ecuador

Primeras medidas de Lenín Moreno

Las políticas redistributivas van a seguir en el centro de la política de Alianza País, pero Lenín Moreno propone un estilo más dialogante, capaz de atraer a más sectores a la Revolución Ciudadana.

Tras renovar su mandato en una disputada segunda vuelta, el gobierno de Alianza País presidido por Lenín Moreno comienza su andadura. Aunque representa la continuidad de las políticas redistributivas de la riqueza y de defensa de la soberanía nacional de su predecesor Rafael Correa, el nuevo gobierno de la Revolución Ciudadana se plantea rectificaciones significativas respecto a errores del pasado.

Redistribución de la riqueza, aumento de las rentas y mejora de las condiciones de vida de las clases trabajadoras; defensa de los intereses de Ecuador frente a los ataques e injerencias de las potencias extranjeras, en particular de Washington; apoyo decidido a la integración del continente hispano y a los gobiernos y fuerzas progresistas del frente antihegemonista latinoamericano. Todas estas señas de identidad de los gobiernos de Rafael Correa -del que Lenín Moreno fue vicepresidente y más estrecho colaborador- serán mantenidos como ejes rectores. Pero Moreno también trae bajo el brazo rectificaciones autocríticas. La economía ha sufrido reveses, y la sociedad ecuatoriana está abiertamente polarizada. Lenín Moreno cree que el gobierno de la Revolución Ciudadana debe encarar su parte de responsabilidad en esto, y reponer los errores.

Las políticas redistributivas van a seguir en el puesto de mando en el terreno económico y social para el periodo 2017-2021. El acceso a la vivienda representa una parte importante del plan de Moreno, quien ha prometido construir 325.000 viviendas, lo que a su vez generará -asegura el gobierno- unos 136.000 empleos al año. De estas nuevas viviendas, 191.000 serán proporcionadas gratuitamente a las familias de bajos ingresos, mientras que el resto se hipotecaría con préstamos al 0% donde los propietarios pagarían de 20 a 60 dólares por mes.

Ecuador se enfrenta a un alto nivel de paro juvenil, por lo que el nuevo gobierno de Alianza País ha anunciado una inversión de 241 millones de dólares para crear empleo entre los jóvenes, incluyendo créditos de hasta 15.000 dólares para nuevas empresas. Moreno estima que esto creará 200.000 nuevos empleos para los jóvenes.

Los planes de Lenín Moreno incluyen otras medidas para atender las necesidades de las clases populares, en especial las de más bajos ingresos. Medidas como triplicar el Bono de Desarrollo Humano -proporcionado a las familias más pobres- además de proporcionar un Crédito de Desarrollo Humano a estas mismas familias para que puedan emprender negocios. En el terreno de la sanidad infantil, la llamada ‘La Misión Ternura’ proporcionará chequeos mensuales durante el embarazo, exámenes neonatales y cuidados en los centros infantiles durante los primeros mil días de vida. Para atender a la tercera edad, el gobierno duplicará la cuantía del bono que reciben las personas mayores, y extenderá la cobertura sanitaria a 560.000 ancianos que viven en la pobreza o en la vulnerabilidad, con atención médica, servicios gerontológicos y actividades educativas y recreativas.

Estas medidas se complementan con una política fiscal progresiva basada en «los que más tienen, pagan más y los que menos tienen, pagan menos» que busca que «el crecimiento económico sea parajo a la redistribución de la riqueza nacional y a la reducción de la pobreza».

Errores y rectificaciones

La década de gestión de Rafael Correa acaba con una valoración positiva por parte del 62% de los ecuatorianos, según las encuestas. Aunque este sea un índice envidiable para la mayor parte de los mandatarios, y una herencia de apoyo popular considerable para Lenín Moreno, la estrategia de desgaste, ataques y antagonización social -en la línea de los «golpes blandos» instigada desde Washington a los gobiernos antihegemonistas de América Latina- llevada por la oposicón proyanqui ha pasado factura. Si bien en la primera vuelta Alianza País superó con 11 puntos al candidato de la derecha, el banquero Guillermo Lasso, en la segunda vuelta la diferencia fue de 2,32 puntos. Y una serie de errores -reconocidos autocríticamente por el propio Lenín Moreno- contribuyeron a que la derecha pudiera polarizar a la sociedad ecuatoriana.

No pocas voces de la izquierda ecuatoriana han reconocido que en la etapa de Correa se produjeron fisuras y roces notables con los movimientos y los sectores sociales que en algún momento apoyaron al gobierno. Luchas como las de las feministas y de igualdad de género, los movimientos ecologistas, y muy especialmente el movimiento indígena. Uno de los principales retos de Moreno es un gobierno más dialogante e inclusivo, capaz de volverlos a atraer e integrar plenamente en la Revolución Ciudadana. Así lo ha declarado el nuevo presidente «en toda ocasión hay que acudir al diálogo y buscar el consenso. Ese es mi estilo: dialogar, no debatir. Para concretar el diálogo se requiere de liderazgo. El mío tiene su propio estilo”.

Así pues, los primeros movimientos del nuevo gobierno han sido para ampliar el frente de los aliados. Al conformar el nuevo gobierno, ha ofrecido carteras a otras fuerzas de la izquierda y el centro. El Ministerio de Trabajo ha sido para el Movimiento Centro Democrático, que en la segunda vuelta pidió el voto para Lenín Moreno. El Ministerio de Inclusión Económica y Social será ocupado por el Movimiento Fuerza Compromiso Social, una fuerza que obtuvo el 18% de los votos en la primera vuelta. La secretaría del Agua es para un destacado dirigente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE).

Con los indígenas hay una especial voluntad de retomar la buena sintonía. La CONAIE reclama políticas como restablecimiento de la educación bilingüe, la gestión comunitaria del agua, el transporte comunitario, la distribución de las frecuencias para medios comunitarios y la construcción del Estado Plurinacional con las circunscripciones territoriales indígenas. El gobierno ha anunciado un Plan para la Amazonia que contempla buena parte de estas demandas.

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