Los resultados del PP

Primer aviso

Por más que PP y PSOE traten de ocultarlo con valoraciones más o menos inverosí­miles, basta con mirar la secuencia de datos electorales para comprobar lo ocurrido este 25-M. En comparación con las elecciones autonómicas de 2008, el PSOE pierde la friolera de 654.831 votos. Por su parte, el PP pierde 162.447 votos respecto a las autonómica de hace 4 años. Y, lo que es más impresionante aún, han dejado de votarle 414.384 votantes que sí­ lo hicieron el pasado 20-N.

Cuando prácticamente todo el mundo daba por hecho –y corroboraban todas la encuestas sin excepción, incluidas las de la misma jornada electoral– que el PP iba a alcanzar una mayoría suficiente y cómoda para gobernar, sorprendentemente pierde 160.000 respecto a las anteriores autonómicas de 2008, 400.000 votos desde las generales del 20-N y 300.000 respecto a las municipales de mayo de 2011.

Por más que Dolores de Cospedal eche balones fuera, afirmando que el 25-M eran unas elecciones autonómicas y por lo tanto los recortes y reformas del gobierno de Rajoy no tienen nada que ver con sus resultados, la realidad es que le han cobrado una factura bastante cara. «Rajoy ha comprobado que la factura de los recortes puede salirle demasiado cara»

Y no principalmente por el hecho de que no vayan a gobernar Andalucía, sino por la celeridad y la amplitud con que una parte significativa de sus votantes han expresado su rechazo.

El 20-N, casi dos millones de andaluces mostraron su rechazo a la política de Zapatero, otorgando su confianza a la promesa de cambio de Rajoy. Sin embargo, cuando sólo lleva 100 días gobernando, casi medio millón de ellos (es decir, prácticamente 1 de cada 4) han comprobado que lo que se decía cambio, no está siendo en realidad sino continuación de lo peor de la política de Zapatero: ejecutar las reformas y recortes exigidos por el FMI y Bruselas.

Lo sorprendente del resultado del PP no es tanto que no haya conseguido la mayoría absoluta, ni siquiera lo lejos que ha quedado de ella, sino la celeridad con que se ha manifestado, a la primera oportunidad, el rechazo a esa política. Rajoy tendrá que tomar nota.

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