El Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario – MOIR – es el partido marxista-leninista-pensamiento Mao-Tse-Tung de Colombia que en estos momentos encabeza la segunda fuerza política del país: El Polo Democrático Alternativo – PDA -. El Polo es una alianza de diferentes formaciones políticas unidas en torno a un programa patriótico y democrático por la defensa de la soberanía y la independencia nacional de Colombia, y el desarrollo de una Nueva Democracia. Jorge Gómez Gallego es miembro del Comité Ejecutivo y en esta entrevista para el De Verdad digital nos ofrece una visión completa de la situación política del país en la actual coyuntura de la crisis, y de las posibilidades de avance del Polo ante las próximas Elecciones Presidenciales en el marco del Frente Antihegemonista latinoamericano.
¿Qué erspectivas tienen de cara a las presidenciales? El Polo va a encontrar un aspecto muy positivo y es que nos vamos a encontrar en la ola de la crisis, lo que nos va a permitir denunciar quien es el responsable de la crisis, quien ha de pagarla, y cómo salir de ella. Y eso podría dispararnos electoralmente. Las elecciones son el año entrante, y a medida que se agudice la crisis y el Polo mantenga su posición y su rumbo, puede pegarse una disparada miedosa en los sectores populares. Por otra parte los medios de comunicación magnifican mucho la división del Polo, y tratan de minimizar las divisiones en la derecha, que son peores. La derecha va a ir fraccionada a las presidenciales, con Uribe o sin Uribe. Hay sectores de la oligarquía que van a buscar otras alternativas a Uribe. Si la encuentran, la explosión de expectativas va a ser enorme. Ellos tienen unas dificultades enormes, y nosotros unas dificultades menores pero con unas ventajas estratégicas mayores. El certamen electoral al que nos abocamos va a significar un crecimiento muy importante del Polo y una consolidación de su fuerza. Tenemos el interés de ganar las elecciones, pero no estamos obligados a ganarlas, ni a cambiar la plataforma política para hacerlo. Y hemos logrado que ese punto de vista prevalezca en el Polo. ¿Podría sintetizar brevemente los tres puntos fundamentales del programa del Polo para las presidenciales? El programa del Polo se llama el Ideario de Unidad. Después de un año de discusión entre todas las fuerzas de izquierdas logramos acordar un proyecto que en esencia tiene dos pilares: Primero la soberanía nacional. Colombia es una neocolonia del imperialismo norteamericano. El principal nudo que hay que desatar para avanzar en el progreso de Colombia es lograr la soberanía. Esa es una discusión vieja en Colombia. La soberanía ha sido tratada como un trapo sucio, un vejestorio o una antigualla. Pero ahora hemos logrado que amplios sectores de la sociedad comprendan que una nación con soberanía se puede equivocar en el rumbo, puede cometer errores. Pero sin soberanía nunca se va a avanzar porque siempre su política económica y social va a estar diseñada por algún competidor, por alguien con intereses diferentes a los de la nación. Y el programa está lleno de propósitos de conquista de la soberanía nacional en todos los sentidos, político, económico, social y hasta militar. En temas tan espinosos como la extradición o la legalización de la droga, el Polo tiene una posición muy avanzada. El Polo es partidario de la legalización de la droga como la bandera de combate contra el narcotráfico. El Polo es contrario a la extradición de colombianos a EEUU, que es uno de los temas más dolorosos. Hay cantidad de colombianos extraditados con penas mucho mayores y condiciones carcelarias mucho peores. Siendo un país tan atrasado y antidemocrático, hay condiciones carcelarias mucho mejores que en EEUU. Y el otro pilar es el de la democracia. Hemos conseguido establecer una gran diferencia entre la vieja y la nueva democracia; la vieja democracia de mentiras para guardar las apariencias, que es un taparrabos para la dictadura de la gran burguesía y el imperialismo; y la nueva democracia que son los derechos de la población con dientes, con garantía de que los derechos se cumplen. Si un ciudadano desprevenido lee la Constitución Política de la República de Colombia encuentra que hay una cantidad de derechos que dicen “¡oh, qué constitución tan avanzada!”. Pero si la leen bien se dan cuenta que son derechos de papel: “todo ciudadano tendrá derecho a sindicarse”… pero cuando se mira la reglamentación del ejercicio, es que no se puede. En Colombia es más fácil montar una banda de secuestradores que montar un sindicato. Si el patrono se entera de que estás montando un sindicato te puedes despedir. Contemplamos la democracia como un pilar, pero no formal sino con dientes, de verdad. Volviendo a Uribe, ¿hay una figura política como él capaz de aglutinar los distintos intereses y limar las contradicciones del bloque de fuerzas de las clases dirigentes colombianas? La teoría con la que ha jugado es que él es el único capaz de unificar a la derecha. Los candidatos opuestos a Uribe dentro de la derecha dicen que la sucesión presidencial rompe con los principios fundamentales de la democracia burguesa: el peso y el contrapeso, la separación de poderes. Hay una serie de poderes que se eligen para que ejerzan durante el periodo de un presidente hasta la mitad del periodo del que sigue. Las pandillas que se disputan el poder en Colombia se controlan unas a otras porque se tienen mucha desconfianza. Han tenido cuidado de eso con la separación de poderes. Uribe en un tercer periodo rompería con eso. Sería dueño de la Procuradoría, de la Fiscalía, del Parlamento… no tendría control. Ese es el debate dentro de la oligarquía. Hay muchos que se sienten con el derecho a ser sucesores de Uribe. El escenario con Uribe de candidato es perverso para la oligarquía, pero sin él es todavía peor porque se van a matar entre ellos. Hay una pequeña anécdota que cuenta que había un cacique en una región que se enfermó, y le preguntamos a uno de sus tenientes: “¿si el Senador de muere quién lo va a reemplazar?”. Y el tipo nos contesto: “si el Senador se muere, yo me voy. Y cuando se acabe la balacera vuelvo”. Si Uribe no va, que se vayan y vuelvan cuando se acabe la balacera, porque eso va a ser de sacarse los ojos. Algo que sería muy bueno para un proyecto revolucionario y popular como el nuestro. Ellos tienen un problema gravísimo, porque si Uribe se presenta también la tienen muy difícil. Eso es como la tragedia del que tiene una cobija muy pequeña. Si se tapa los pies se descubre la cabeza, y si se tapa la cabeza se descubre los pies. Pero hay como 20 candidatos dispuestos a sustituir a Uribe que abarca hasta una franja de una supuesta izquierda colombiana. Las FARC viven el momento posiblemente más decadente de su historia. ¿Es pensable que en esta situación de debilidad pudiera llegarse a algún tipo de acuerdo que ponga fin a su actividad violenta? Eso es una pregunta más para ellos que para mi. Pero yo veo muy lunáticas a las FARC, muy esperando a jugar con que a Uribe se le acabe el tiempo. Pero también han sido los principales promotores del uribismo, porque toda la locura de las FARC, su atropello a la gente, a la población, su función de iluminados y vanguardistas, le ha servido de pretexto a la oligarquía para cometer todo tipo de tropelías contra el pueblo colombiano. Han sido tremendamente nocivos para la revolución. Si uno mira el panorama político latinoamericano, uno encuentra un factor que no ha existido en otras naciones donde ha habido un auge de los sectores populares y de la izquierda, incluso un amplio número de países en los que sectores de izquierdas han llegado al gobierno, o en la ola de una especie de andanada anti-imperialista. Colombia y Perú son la excepción, donde han habido mayor número de grupos armados en nombre de la izquierda y la revolución. Esa es la expresión del daño que han hecho a la revolución. Yo los veo muy acorralados y en condiciones muy deplorables, principalmente por la falta de apoyo de las masas que por la acción del Estado. El apoyo popular a las FARC es cero. Hoy en día es una rareza encontrar una persona que esté de acuerdo con el camino de las FARC. Creo que la única organización que podría llegar a un acuerdo con las FARC en Colombia sería el Polo.Para acceder a la continuación de la entrevista, pulse en el enlace a pie de página