La Eléctricas advierte de que el fin de las tarifas reguladas no abaratará la luz, sino que ¡la subirá!

Preparada una nueva subida del precio de la luz

Con estas palabras, en una actitud de soberbia que les da la impunidad de la que gozan, el portavoz de la patronal eléctrica, Unesa, advierte de que el fin de las tarifas reguladas no abaratará la luz. Es más, la llamada tarifa refugio, a la que podrán acogerse los usuarios domésticos a partir del 1 de Julio, no sólo no bajará el recibo de la luz, sino que lo subirá. ¿Cuánto? Pedro Rivero no se atrevió a decirlo aún.

Para repararnos para este nuevo latrocinio, Unesa, presentó un estudio de la situación económico-financiera de la actividad eléctrica: 1998- 2008. Cuyo centro es el déficit tarifario, que según las eléctricas asciende a 14.575 millones de euros, de los cuales, 9.449 están pendientes de cobro efectivo. Según Unesa es ese “déficit” el que lastra las cuentas de las compañías y el que impide que las tarifas eléctricas puedan bajar en los próximos meses. Un inciso, ¿sabe usted que en el 2008 el beneficio neto de Iberdrola alcanza los 2.860 millones de euros, un 21,5% más que en el 2007? ¿O que, con la crisis, Endesa ha aumentado notablemente sus beneficios? Volviendo al asunto: ¿en qué consiste el famoso “déficit tarifario”? que ahora reclaman las eléctricas al gobierno y que pretenden cobrarnos a todos los ciudadanos. El “déficit tarifario”, un engaño sostenido de las Eléctricas desde hace años con la complacencia de un regulador que no regula, la Comisión Nacional de la Energía. En 1999 el gobierno de Aznar acordó “regalar” a las eléctricas 1´300.000.000.000 (un billón trescientos mil millones de pesetas a las compañías eléctricas) con la excusa de los “costes de transición a la competencia”. Un dinero del Estado para la supuesta modernización y, con ello, abaratamiento de los recursos; a cambio, las eléctricas no subirían el precio de la electricidad durante unos años y al acabar ese plazo, que se subiría con el IPC, no de golpe. Pero las eléctricas usaron esos fondos, no en modernización, sino como capitalización, por ejemplo, para absorver decenas de pequeñas empresas eléctricas que había en España, hasta que sólo quedaron tres en régimen de monopolio. En definitiva,con nuestro dinero el gobierno de Aznar financió la monopolización y la expansión exterior del sector eléctrico español. Cuando hay apagones, debido a sus obsoletas instalaciones, las eléctricas dicen que sufren porque las instalaciones son antiguas y deficitarias. No tienen vergüenza. La realidad es que las eléctricas se han capitalizado con los fondos de Estado, se están forrando a nuestra costa con el incremento –por la cara– de las tarifas, reclaman aún más dinero al estado y, ahora en plena crisis, nos preparan una nueva subida de las tarifas eléctricas.

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