Entrevista a la activista Kim Pérez

Premio Nobel de la Paz para las Trans de América Latina

La icónica activista trans Kim Pérez encabeza una propuesta revolucionaria para defender la ampliación de las libertades en nuestras sociedades

A este lado del charco, Kim Pérez, recientemente galardonada por el ayuntamiento de Granada por su trayectoria en defensa de las libertades, lanza una propuesta rompedora que ha tardado dos años en empezar a andar, cuando ha encontrado quien la apoyase. Al otro lado, la monja argentina de clausura Mónica Astorga, del monasterio de las carmelitas descalzas de Neuquén, que se ha convertido en un símbolo de la defensa de los derechos de las transexuales en América Latina. Tuvo que pedir apoyo al Papa Francisco para su causa. Y la recibió.

En el centro de Granada se celebra un acto, promovido por la coalición que encabeza Recortes Cero en las Elecciones de Andalucía, en el que se presenta la propuesta y al que, Mónica Astorga, amiga de Kim, envía un vídeo de apoyo. Todos los ingredientes están encima de la mesa. Libertad, democracia, identidad, lucha, justicia, solidaridad y un puente hispanoamericano. Empezamos.

¿Cómo nace la propuesta del Premio Nobel de la Paz para las trans de América Latina?

Empecé hace dos años y lo que sí puedo recordar es que en ese momento nadie respondió a esa proposición. Me día cuenta de que no tenía el menor eco. Es sorprendente la acogida que le ha dado Recortes Cero. Ha sido la primer entidad que se ha interesado y ha visto las posibilidades que había dentro de ella. Se trata de aprovechar el efecto sorpresa y rechazo que pueda provocar en ciertas personas, que puedan incluso burlarse. Es la única manera de pasar a que se hable de esto, aunque sea mal, como suele decirse, para que poco a poco la reflexión seria vaya ocupando el primer lugar.

¿Cuándo entras en contacto con esa realidad en América Latina?

Conocí una activista hetera en Ecuador que me contó una referencia impresionante. Cuando ella trabajaba con las trans de Quito, al bajar a la calle para hacer la noche tenían la costumbre de hacerse una cruz al bajar la acera, y le explicaban que lo hacían para no tener miedo. Es decir, daban por supuesto que existía el peligro de que murieses. No se hacían la cruz para no morir sino para no tener miedo a la muerte. Me pareció extremo.

Llevaba tiempo en contacto con otra activistas latinas, tanto mujeres biológicas como trans, y me enteré de una sorpresa que me descubrió una compañera en Nueva York, que es que la edad media de vida de las trans latinoamericanas era de 30 años.“«Ven la muerte como algo con lo que hay que contar»

Cuando yo empecé mi trayectoria como activista hace 30 años, en España pasaban ya cosas espeluznantes. Cuatro amigas murieron muy jóvenes, otras dos que espero que hayan sobrevivido porque cuando las conocí estaban a punto de caer… en aquella época España estaba llena de muertes de trans. Pero en América Latina era mucho más exagerado y me hizo pensar que era preciso volcarse en ello.

En Argentina en un año han muerto casi 100 personas. En un colectivo tan pequeño… y gente tan joven… no tiene explicación ninguna. Si consideramos que eso es el 10% de América Latina, hay que multiplicar por 10, es decir, 1000 personas al año. Son las dimensiones de un genocidio. Las mujeres trans viven suponiendo que pueden morir cada día, como te comentaba al principio. Ven la muerte como algo con lo que hay que contar.

Es como condenar a un colectivo entero

Es tremendo vivir así. Imagínate que una prostituta transexual lee el periódico de vez en cuando, y cada tres o cuatro días recibe la noticia de que ha aparecido una muchacha como ella muerta. Eso es casi una guerra. Es un genocidio pero lento, que no encuentra eco en nadie. Nadie se escandaliza de esto. Al ver una noticia así relegada a un espacio pequeño se pensará que se lo han buscado por su forma de vida, como suponen que su forma de vida se debe al placer, se han encontrado con eso.

¿Cuál es la realidad?, lo obvio. Estas prostitutas lo son porque son pobres y se tienen que encontrar con que, por ejemplo, las echen de su casa. Suelo acordarme de una amiga que me contó que era de una familia muy humilde, estudiante de Formación Profesional. Y al llegar a los 15 años decidió que quería cambiar de sexo. Y se encontró que su padre dijo una frase casi ritual en estos casos “yo no quiero maricones en mi casa”. Y se vio obligada a dejar su casa y dejar los estudios. Y se refugió en la calle y en lo que las otras trans le podían ayudar, que es en facilitarle entrar en la prostitución.» He conseguido el objetivo central de mi vida, ser mujer”

La conocí con 22 años, y con lo que me contaba yo me tenía que callar para no abrumarla. Pero cuando me contó su historia acabó con una frase que es de las grandes de la humanidad: “soy mujer, soy reconocida como mujer, visto como mujer, y he conseguido el objetivo central de mi vida”. Una vida recorrida por la noche, el miedo, los insultos, la ayuda inesperada… conocían a un señor mayor que todas las noches bajaba donde estaban ellas para llevarles un termo con café… esa era la única mirada cordial que podían encontrar en su vida. Esta experiencia española de la prostitución trans me permite figurarme lo que será la prostitución y la vida trans en países donde la misma policía es sospechosa de abusos, unidos a la sensación de ser las últimas de las últimas. Es decir, ser las ultimas después de las prostitutas que son mujeres biológicas. No olvidemos que son niñas que empezaron siendo buenas estudiantes de Formación Profesional y se les arranca de su vida, y si eres débil de espíritu la droga es la tentación más normal en la que puedes caer

Esta es una batalla estructural por la libertad de todos

La libertad de identidad es la libertad de expresión. La identidad puede ser de género pero también ideológica o la inconformidad con las ideas dominantes, o la identidad que marcan tus sentimientos artísticos, morales… la identidad es la correspondencia entre el ser interior y la expresión de ese ser, y la identidad de género es solo una de sus partes. Y si la identidad en general se ve marcada por la intolerancia contra la identidad de género, la identidad general está en peligro grave. Si nos acostumbramos a machacar a a algunas personas por lo que son, de pronto se puede extender a muchas categorías de personas. Somo la expresión más visible de la identidad personal. Esto tiene una ventaja, porque me visto y gesticulo de acuerdo a mi identidad interior, que queda muchas veces oculta. Pasa una persona por la calle y no sabes quién es, lo que piensa o lo que siente. Nosotras hacemos que se vea y se siente, por eso es transcendental defendernos, porque defendernos significa defendernos todos.

¿Cómo estableciste contacto con Mónica Astorga y qué significado tiene su lucha en América Latina?

Una persona transexual llegó a ella en una ocasión pidiéndole algo que le estremeció. Quería tener una cama limpia para morir. Mónica era una monja normal que se sintió tan conmovida se comprometió a ayudarla, junto a otras peticiones que le hicieron otras transexuales que acompañaban a la muchacha. No solo le consiguió la cama sino que pudo recuperarse y salir adelante. Pero esto le hizo ver que somos las últimas de las últimas, lo que le llevó a dedicarse a ayudar a todas las transexuales con las que se pudiese encontrar. Imagínate que en

Argentina, una sociedad que permite matar a 100 personas al año por ser transexuales está enferma. Allí la Iglesia, tanto católica, como protestante, como evangélica ha cogido como enemigo al movimiento LGTB y especialmente a las transexuales, es una campaña de odio latente que llega a una parte importante de la población. El efecto de esto a llevado a Mónica a ser zarandeada con tanto odio que ha tenido que pasar casi a la clandestinidad. «Si se puede atacare la identidad de género, se puede atacar cualquier identidad»

Hay razones para pensar que todo este odio está creciendo. Si la Iglesia evangélica recibe fondos de EEUU y su líder, Trump ya ha anunciado su propósito de acabar con el movimiento transexual. Y por otra parte sigue creciendo la extrema derecha, en Rusia, en Francia… esto va a suponer una enorme lucha de resistencia de todas las personas que se sientan agredidas por esta tendencia. En esto las transexuales aparecen como síntesis de la lucha contra estos enemigos. De esta manera la lucha por defender a las trans se convierte en una lucha simbólica de toda la izquierda.

2 comentarios sobre “Premio Nobel de la Paz para las Trans de América Latina”

  • DEGENERACIÓN NOBEL dice:

    Me refiero sencillamente a que esta atribución solamente demuestra lo provinciano y patético de quienes creen estar revolucionando nada por dar un Premio -Y EL NOBEL encima- a un fenómeno que simplemente debería ser naturalizado sin darle una importancia que sólo le dan los «aldeanos».

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