Desde mediados de junio se aplica la bautizada como «excepción ibérica» por la que Europa acepta que España y Portugal puedan poner un precio límite al gas que se destina a generar electricidad.
El ministerio calcula que supondrá una rebaja importante en el precio de la luz para todos aquellos que no tienen contratada una tarifa fija.
De momento ha pasado lo contrario: han subido todos los recibos, los de tarifa fija y los de variable…
La norma tiene varios límites y un gran truco.
La «excepción ibérica» viene a reconocer que España y Portugal son los países de Europa más adelantados en la implantación de energías renovables. Y por tanto no necesitan penalizar el uso de gas natural y petróleo como generadores de electricidad.
Toda la electricidad producida con paneles solares, por el viento, o generada quemando gas, petróleo, o de origen nuclear, toda, los monopolios están autorizados a venderla al precio más caro resultante con uno solo de los sistemas utilizados. Como el método más caro ahora es el gas quemado en estaciones de ciclos combinado para generar electicidad, entonces el precio del gas determina para el consumidor el precio final de toda la electricidad. Es por ello que la parte de la energía eléctrica generada con métodos más baratos se ve también elevada para el consumidor hasta el precio de la generada con gas.
La diferencia es un evidente superbeneficio para los grandes monopolios de la energía.
La justificación para esto es que así se incentiva que los gobiernos promuevan la inversión en renovables porque abaratará costes y precios.
Ahora bien, esta norma a los monopolios ni les obliga ni les incentiva a cambiar nada pues tienen las manos libres para imputar todos sus costes y además obtener un beneficio extraordinario con el sistema actual.
Libertad vigilada
Así que se supone que deberán ser los gobiernos los que impulsen la inversión en energía alternativa… pero para eso tienen que atreverse a perjudicar los intereses de los monopolios eléctricos, a reducir sus ganancias, a ponerle el cascabel al gato… ¿Serán capaces?
Dándole la vuelta a este argumento. España y Portugal han aducido que en tanto que ambos ya están muy desarrollados en energías alternativas no tendrían que someterse a la norma.
Atendiendo a esto Europa nos ha concedido un año durante el que ambos países podrán limitar por decreto el precio del gas.
El permiso otorgado a Lisboa y Madrid por la Comisión Europea es temporal, restringido y además va reduciendo su potencial. Es temporal porque sólo se podrá aplicar durante un año; la rebaja del precio no puede ser la que quiera cada gobierno sino que está fijada en 40 euros/MWh durante los seis meses iniciales; y después irá subiendo mensualmente cinco euros/MWh para terminar en 70 €/Mwh a la finalización de la medida.
Así desde mediados de junio ha entrado en vigor la limitación oficial del precio del gas.
Hecha la Ley, hecho el trampón
El resultado incial es que el precio de la luz ha subido aún más. ¿Cómo es posible? ¿Es que la medida es inútil o contraproducente?
Porque hay una claúsula que deja establecido que las compañías eléctricas serán compensadas con un «bono», un recargo en el recibo de la luz de la mitad de los consumidores…
Hay dos tipos de clientes de los monopolios eléctricos en España:
- Casi 11 millones de hogares acogidos a la tarifa regulada con un precio fijo para un periodo de un año
- Otros 17 millones tienen su suministro contratado en el mercado libre y el precio les varía diariamente.
Cuando el gas sube por encima de los 40 euros, la medida del Gobierno beneficia a estos últimos al limitar la subida del precio diario de la luz para ellos. Pero los monopolios de la electricidad se quejaron de que entonces la diferencia entre los 40 euros/límite y el precio al que ellos deben pagar el gas (hasta 87 euros les costó la segunda semana de junio) supondrían pérdidas. Solución del Gobierno: los clientes de tarifa fija pagarán esa diferencia en un recargo en su recibo. Así que 11 millones soportarán un «bono» de ayuda a las eléctricas…. y este bono es variable, es decir cuanto mayor sea la diferencia entre el precio real del gas y el límite de 40€ fijado por ley, mayor será el dinero con el que los consumidores de tarifa regulada deberán compensar a los monopolios.
Por eso al subir el gas en el mercado internacional aunque el gobierno limite por ley su coste, el precio se puede elevar por encima del precio anterior, al menos para los 11 millones que ven recargado su recibo. Especialmente perjudicadas saldrán las empresas que tengan un contrato a precio fijo y lo hayan renovado desde finales de abril, que sufrirán un recargo de media de casi 60 euros al mes.
No, no es un recargo de céntimos… La Comisión Europea (CE) estima que los consumidores españoles pagarán al final alrededor de 5.500 millones de euros para compensar a las compañías eléctricas por el ajuste al gas en el mercado eléctrico.
Efectivamente el gobierno no ha sido capaz de perjudicar los intereses de los monopolios eléctricos.
Además el problema de fondo: la enorme subida del precio de la energía en el último año tampoco se resuelve. La estimación del gobierno es que las familias y empresas con tarifa variable pueden ver reducido su recibo hasta un 20%. Ahora bien, no exlican lo que tendrán que subvencionar de sus bolsillos el resto de clientes, y además no reconocen que es un parche totalmente insuficiente, porque la realidad es que el precio medio de la electricidad el 15 de junio de 2022, cuando entró en aplicación esta medida, era un 82% más caro que los 90,95 euros/MWh de la misma fecha del año anterior.
Conseguir rebajar para una parte un 20%, cuando la subida ha sido del 82% no deja de ser un parche.
Quitarle el dogal a la luz
Es absolutamente demoledor conocer que la antigua empresa nacional ENDESA está en manos de otra empresa estatal extranjera (ENEL de Italia) y que merced a eso, el estado italiano se embolsó hasta 950 millones de euros el pasado año, sin ningún acuerdo de beneficio mutuo, reinversión… O saber que el resto de eléctricas están también dominadas por inversores financieros de otros países (norteamericanos pricipalmente)…
No hay solución sin atreverse a abordar la recuperación de una empresa nacional de electicidad, que fije un precio suficiente para su mantenimiento, más un margen para destinar a investigación y desarrollo en los procesos científicos y técnicos para abaratar el coste de generar electricidad. Una empresa Nacional pública, que así obligue al resto, por competencia, a abaratar sus servicios.
Por concentración del sector, porque no perjudicaría al capital industrial nacional que ya no controla este sector, y por el interés de la inmensa mayoría (la subida de la luz es la responsable directa del 70% de la subida general de precios, la disparada inflación actual que ahoga empresas y familias), por todo ello, incluso la medida de una expropiación, tiene condiciones de aplicarse y contaría sin duda con un amplísimo respaldo popular.
Los contratos con precios fijos pactados, pagarán aproximadamente el 87,4% de la compensación a las plantas que produzcan electricidad con gas a través de sus facturas (5.500 millones), mientras que las rentas de cogestión (obtenidas por el gestor de la red de transporte como resultado del comercio transfronterizo de electricidad entre Francia y España) completarán el 12,6 % restante (unos 800 millones). |