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PP y PSOE perderí­an un millón de votos cada uno en otras elecciones, pero C’s sumarí­a mayorí­a de derechas

Pues no, resulta que Podemos no se desangra por mucho que lo proclamen muchas encuestas. Más bien será la participación en su conjunto la que sufrirí­a una sangrí­a de votantes en caso de que se convocasen nuevas elecciones generales en junio, puesto que el número de abstencionistas crecerí­a en más de dos millones de electores que se ausentarán de las urnas.

Pues no, resulta que Podemos no se desangra por mucho que lo proclamen muchas encuestas. Más bien será la participación en su conjunto la que sufriría una sangría de votantes en caso de que se convocasen nuevas elecciones generales en junio, puesto que el número de abstencionistas crecería en más de dos millones de electores que se ausentarán de las urnas.

Pero los que verdaderamente padecerían a causa de esa hemorragia del sistema democrático serían el PP y el PSOE, que perderían casi un millón de votos cada uno y verían reducido su peso electoral conjunto hasta reunir entre los dos sólo el 31,6% del censo; es decir menos de uno de cada tres electores registrados. El bipartidismo se ha terminado.

En cambio, los dos partidos emergentes confirmarían su auge: Podemos aumentaría dos décimas su porcentaje sobre los votos válidos –superando en votos, aunque no en escaños, a un PSOE en declive– y Ciudadanos sería la única formación que creciese en número de sufragios, disparándose hasta los 60 escaños y permitiendo así que la derecha sumase mayoría absoluta –con el apoyo de un solo diputado de Coalición Canaria– en el Congreso de los Diputados, pese a la continuada caída del PP, tal como se puede ver en el hemiciclo dibujado más arriba.

Todo esto es lo que ocurriría en las urnas el 26 de junio según las estimaciones del gabinete demoscópico Jaime Miquel y Asociados, elaboradas para Público mediante un desk research que pondera las previsiones de las 25 principales encuestas realizadas tras el 20-N (incluido el barómetro del CIS).

Empate entre derecha e izquierda que sólo deshacen los nacionalistas

Aparte de la combinatoria parlamentaria para alcanzar una mayoría de gobierno mediante alianzas, los resultados estimados por JM&A y resumidos en esta tabla demuestran que en realidad se produciría un empate casi exacto entre derechas (44,9% de votos válidos entre PP y C’s) e izquierdas (44,3% de la suma Podemos+PSOE+IU) que sólo se puede deshacer alcanzando acuerdos con los nacionalistas catalanes y vascos. Que los de Rajoy y los de Rivera llegasen a sumar la mayoría absoluta de la Cámara Baja se debería a la falta de proporcionalidad casi inconstitucional del sistema electoral.

Por eso, el PSOE no logrará volver a La Moncloa si no asume la plurinacionalidad que representa Podemos y la abstención de los nacionalistas, y por ello también la formación de Pablo Iglesias está tan fuerte en Catalunya, Euskadi y Navarra. De hecho, el partido morado ganaría de nuevo –de la mano de Ada Colau– a los partidos soberanistas catalanes (con un 24,4% de los votos que incluso superaría a la suma en esa comunidad de PSOE y PP) y en el País Vasco rozaría los talones del PNV (a sólo un punto de distancia).

En realidad, il sorpasso de Podemos al PSOE queda plasmado en los resultados por comunidades: la formación de los círculos no sólo barrería a los socialistas en Catalunya (10,7 puntos de ventaja), Euskadi (14,1 puntos) y Navarra (9,3 puntos), sino que también los ganarían claramente en el País Valencià (7,6 puntos por encima), Madrid (5,1 puntos), Galicia (6,4 puntos), Baleares (6,9 puntos) y Canarias (3,9 puntos). Incluso los superaría, aunque fuera por poco, en el tradicional baluarte socialista de Asturias (0,7 puntos más).

Este próximo gráfico interactivo muestra el reparto de escaños previsto por JM&A comunidad por comunidad (pasando el cursor sobre las barras aparecen los números):

Unas encuestas muy partidistas y muy poco fiables

Por tanto, no son verosímiles las encuestas que predicen una espectacular caída de Podemos –colocándolo entre el 15% y el 16% de los votos válidos–, ya que ante la indiscutible potencia de sus confluencias catalanas, valencianas y gallegas, así como su también innegable fortaleza en Euskadi y Navarra, sólo cuadrarían esas cuentas si Iglesias sufriera un inconcebible batacazo electoral en Madrid, Andalucía, las Castillas…

Sin embargo, algunos sondeos hacen auténticas piruetas aritméticas que se contradicen con las estadísticas más incontrovertibles, como ya se hiciera antes del 20-D prediciendo un «triple empate» PP-PSOE-C’s y una debacle de Podemos en las urnas. Vaticinio que, por supuesto, quedó terriblemente lejos del veredicto de los electores.

Ahora, ese mismo instituto demoscópico admite que las confluencias podemistas arrasarían en comunidades cruciales, pero rebaja drásticamente el resultado global de Podemos como si en Vallecas le fueran a dar de pronto la espalda a Iglesias. Igual que otro gabinete sirve al principal diario de la derecha un plato cocinado con datos igualmente absurdos para demostrar que Podemos pierde cinco puntos de golpe… aunque para ello tenga que otorgarle un subidón increíble a IU.

En definitiva, las encuestas publicadas por medios de clara obediencia partidista son cada día más difíciles de creer… y poco nos ayudan a prever lo que puede ocurrir en unas nuevas elecciones generales.

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