28M: Triunfo del PP en las autonómicas y municipales

PP: aprovechando el momento, comiéndose la naranja

El PP ha aprovechado el desgaste del gobierno y ha acabado de devorar el voto de Ciudadanos. Pero en buena parte de autonomías y alcaldías, el PP deberá contar con el apoyo de Vox para gobernar, lo que puede ser uno de los flancos débiles de su victoria.

El PP ha ganado sin discusión posible las elecciones autonómicas y municipales. Suma casi dos millones de votos más que los cosechados hace cuatro años, tanto en los comicios locales como en las generales. Y sobre todo alcanza un cénit de poder territorial, igual o superior al obtenido en los mejores años de Aznar.

El principal partido de la derecha recupera 6 de las 10 autonomías que hasta ahora gobernaba el PSOE. Arrasa en Madrid, donde disfrutará de mayoría absoluta tanto en la comunidad como en la capital. Lo mismo sucede en Murcia. Obtiene la Generalitat valenciana y la alcaldía de Valencia, dos de las grandes piezas de esta jornada. Y gobernará en Aragón, Baleares, La Rioja, e incluso Extremadura. Canarias está en el aire, y le han faltado muy pocos votos para evitar un nuevo gobierno de Page en Castilla La Mancha.

La victoria del PP se traslada al ámbito municipal en las principales capitales del país. Arrebata 13 capitales de provincia, y gobernará en 29 de las 52. Conquistando las alcaldías en casi todas las ciudades más importantes de Andalucía, Valencia o Aragón.

Los resultados rebajan lo que algunas encuestas anticipaban -con una ventaja de más de un millón de votos para el partido de Feijóo- pero el avance del PP es espectacular.

¿Por qué se ha producido este vuelvo electoral? ¿Acaso España “se ha vuelto de derechas”?

La realidad es que el PP ha sabido aprovechar el momento donde las condiciones eran óptimas.

En primer lugar por el desgate del gobierno de coalición, que ha desmovilizado a muchos votantes progresistas. No porque estuviera “demasiado escorado a la izquierda” sino porque no ha enfrentado los problemas reales de la población, como el atraco de la inflación.

En segundo lugar ha consumado la canibalización de Ciudadanos, condenado a la desaparición política. Si tomamos como referencia las autonómicas de 2019, Ciudadanos ha perdido 1,7 millones de votos, que el PP ha devorado.

En una buena parte de autonomías y alcaldías, el PP deberá contar con el apoyo de Vox para gobernar, y en algunos casos será necesario que la ultraderecha entre en el gobierno. Este puede ser uno de los flancos débiles de esta victoria.

Los resultados fortalecen el liderazgo de Feijóo, pero también la influencia de la línea Ayuso, que ha confirmado su mayoría absoluta en Madrid. Y el enorme poder territorial acumulado es una enorme plataforma para las generales.

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Autonómicas: El PP acumula el mayor poder territorial en décadas

Mapa del poder autonómico tras el 28M. Infografía de 20minutos

El triunfo del PP de Feijóo es incontestable. Aumenta en un 31,5% respecto a las anteriores autonómicas y municipales. saca 23.412 concejales, casi 2.700 más que el PSOE y 3.000 más que en 2019.

Los populares recuperan 6 de las 10 autonomías que gobernaban los socialistas con Canarias en el aire y ganan con claridad las municipales. El hecho es que el PP de Núñez Feijoó alcanza un cénit de poder territorial autonómico igual o superior al obtenido en los mejores años de Aznar.

La derecha de Génova no sólo gana claramente en plazas fuertes como Madrid o Murcia, sino que arrebata al PSOE feudos tan importantes como la Comunidad Valenciana, Aragón, Baleares o la Rioja y ni más ni menos que Extremadura, donde puede gobernar con Vox.

El PP de Núñez Feijoó alcanza un cénit de poder territorial autonómico igual o superior al obtenido en los mejores años de Aznar.

En multitud de autonomías -Baleares, Comunidad Valenciana, Aragón y Extremadura- y alcaldías, deberá contar con el apoyo de Vox para gobernar, y en algunos casos será necesario que la ultraderecha entre en los gobiernos municipales y autonómicos. Esto, que hace que el caso de Castilla y León deje de ser «anecdótico» y se vaya a «normalizar», puede provocar problemas y fricciones a la línea Feijoo, pero es sobre todo una pésima noticia para la democracia y las libertades,

Estos resultados suponen un éxito innegable de la línea Feijóo, que podrá gobernar -en solitario o con Vox- en gran parte de las CCAA y ayuntamientos, y crean unas optimas condiciones para el PP en la batalla decisiva, las generales de diciembre.

Pero también fortalece a una línea Ayuso, mucho más «trumpista» e inclinada a entendimientos con la extrema derecha, que ha tenido éxito -ella y los medios de comunicación afines- en plantear una estrategia electoral crispada, polarizada y llena de broncas, en la que en lugar de la gestiòn de las CCAA y ayuntamientos, se ha hablado de todo tipo escándalos: los exetarras en las listas de Bildu, la compra de votos en distintas comunidades…

Los resultados muy malas noticias para las clases populares. La oligarquía y el hegemonismo van a tratar de impulsar la línea de los «recortes sin complejos» que representa el PP de Feijóo y Ayuso, que les permita minimizar todo lo que puedan la influencia del viento popular y llevar adelante con las menos trabas posibles su proyecto de saqueo y degradación.

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