De la noche a la mañana, Cataluña parece al borde de declarar su independencia. ¿Qué ha pasado para que el país del «seny» ahora «se eche al monte»? Detrás del sorprendente auge del independentismo en Cataluña no hay una contradicción diferente a la que sufrimos el resto de España. El mismo Artur Mas que se inclina sumisamente ante los recortes ordenados por el FMI o el BCE prepara en el parlamento catalán una resolución soberanista para «romper amarras con España». Una gigantesca operación de intoxicación propagandística, que pretende convertir a Cataluña en el «protectorado avanzado» de los tijeretazos diseñados en Washington y Berlín.
En el barrio barcelonés de Bellvitge, varios vecinos, de una media de edad que ronda los 70 años, siguen ocupando el centro de salud que Artur Mas pretende cerrar para “cumplir con los objetivos de reducción del déficit”.
Pero esa Cataluña real, que lucha denodadamente contra los recortes, ha sido relegada y silenciada. Ahora, en un movimiento propio de un mago que fija nuestra atención en los movimientos de su mano izquierda, mientras con la derecha nos roba la cartera, sólo se habla del “auge del independentismo en Cataluña”. «¿Qué Cataluña necesita más dinero? Que empiece por renegociar el atraco de la deuda, un gigantesco negocio para los financieros extranjeros.»
De repente, Artur Mas ha pasado de verdugo a víctima. En una gigantesca operación de intoxicación mediática se ha difundido que la razón última de la aplicación de los recortes no están en los mandatos del FMI o Berlín, sino en el “atraco fiscal” de España.
La solución a la crisis en Cataluña sería, según este razonamiento, la independencia. Que Cataluña gestionara sus muchos recursos, sin tener que pagar su cuota a España.
¿De verdad que es “España” quien atraca a Cataluña?
Bajemos a los números, que nunca mienten, para despejar las mentiras.
En pleno verano, el gobierno de la Generalitat anunció que iba a dejar de pagar a hospitales, colegios y centros sociales concertados, para «ahorrarse» 400 millones. La razón es que se ha establecido como prioridad absoluta el pago a la banca de los vencimientos de la deuda. Recorto a enfermos, dependientes o familias para que cobren los banqueros.
Cataluña debe pagar a bancos extranjeros y nacionales durante 2012 vencimientos de deuda por valor de 13.477 millones de euros. Sólo el montante de los intereses que el gobierno catalán debe pagar a los bancos este año será un 34 % más elevado que lo abonado el pasado año.
Cataluña es, con diferencia, la comunidad que más dinero destinará a pagar intereses en los próximos ejercicios. Según las previsiones de la Generalitat, el pago del servicio de la deuda supondrá 2.404 millones en 2014. Para entender la magnitud de esa cifra basta decir que los gastos financieros del conjunto de las comunidades en 2008 no superaban los 2.200 millones.
Tras los tres planes de recortes presentados por Mas, el montante de los recortes de gasto aplicados en Cataluña suman 2.802 millones de euros.
Una cifra similar a lo que debe pagar a los grandes bancos extranjeros y nacionales.
¿Entonces, quién atraca a Cataluña?
La emisión de “bonos patrióticos” del gobierno catalán –una de las emisiones locales de deuda pública- estaban gestionados, entre otros, por el Deutsche Bank y grandes fondos de inversión norteamericanos.
¿”Bonos patrióticos catalanes” gestionados por bancos alemanes y norteamericanos?
Este es el corazón de la “independencia” que defiende Artur Mas. Tengo que “dejar de pagar” a España… porque tengo que pagar más a Washington y Berlín.
¿Qué Cataluña necesita más dinero? Que empiece por renegociar el atraco de la deuda, un gigantesco negocio para los financieros extranjeros.
Y que continúe por obligar a la gran burguesía catalana a pagar los impuestos que les corresponden.
Con un solo ejemplo comprenderemos la magnitud de este atraco fiscal. Gracias a la multitud de exenciones fiscales, Repsol –cuyo presidente es un alto ejecutivo de La Caixa- pagó a la hacienda catalana por sus beneficios sólo 68,16 millones de euros, cuando debería haber pagado 126,59.
Casi 60 millones que el gobierno catalán perdonó a sólo uno de los grandes monopolios. Imaginemos la cifra que resultará sumando a La Caixa, Gas Natural…
¿Esto no es un “atraco fiscal”?
El “pacto fiscal” que nos interesa a todos los catalanes es el de una reforma tributaria que obligue a los que más tienen a pagar lo que les corresponde.
Con ello, el gobierno catalán tendría mucho más dinero, y no sería necesario aplicar ni uno solo de los recortes en educación, sanidad o salarios de los funcionarios.
Por no hablar de la ciénaga de corrupción y despilfarro del dinero público. Hay varios casos de corrupción abiertos en Cataluña –desde el pozo sin fondo del Palau de la Música al caso Pallerols o el escándalo de las ITVs, donde está directamente implicado Oriol Pujol-.
En todos los casos, hay por medio sustanciosas comisiones pagadas a CiU a cambio de adjudicaciones de contratas públicas.
¿Cuánto dinero nos ha robado la clase política catalana?
¿Esto no es un “atraco” a Cataluña?
Si esto es lo que pasa ahora, imaginemos que no ocurriría en una “Cataluña independiente” gestionada por los Mas y la gran burguesía catalana. Dispuestos a aplicar a pies juntillas todos los mandatos del FMI o la Comisión Europea.
La Moreneta se ha vuelto blanca de golpe solo de pensarlo.