Pacto de estado por la sanidad

Por la sanidad, pero sin los sanitarios ni los enfermos

«Los profesionales no necesitamos un compromiso para saber lo que necesita la sanidad. Son los polí­ticos los que deben sentar las reglas del juego para no interferir en el buen funcionamiento de la sanidad». Juan José Rodrí­guez Sendí­n, secretario general de la OMC

El gobierno está reparando un pacto de estado por la sanidad. Pero la presencia de la sanidad se reduce a los profesionales orgánicos de cada uno de los partidos representados en el parlamento para cada una de las cuatro áreas temáticas en las que se divide la subcomisión encargada (universalidad-equidad, participación, cohesión-gobernabilidad y calidad). O sea, los grupos parlamentarios aportarán profesionales en función de su presencia en la Cámara Baja. De esta forma, el PSOE y el PP tendrán tres representantes cada uno, mientras el Grupo Mixto, Grupo Catalán e Izquierda Unida- Esquerra Republicana de Cataluña- Los Verdes aportarán un especialista, salvo los partidos nacionalistas del País Vasco que no aportarán ninguno. La Organización Medical Colegial, que agrupa a los Colegios Médicos de toda España, las Sociedades Científicas y los Sindicatos no estarán representados. Ni el Ministerio ni los partidos políticos paralamentarios han reclamado su presencia y su opinión. Ya han levantado su voz en contra de que no se cuente con ellos y es justa su reivindicación. Está muy bien que en las comisiones de trabajo acudan personalidades destacadas de la sanidad como Manuel Díaz Rubio, presidente de la Real Academia de Medicina; Mariano Barbacid, director del CNIO, o Valentín Fuster, presidente científico del CNIC. Pero, ¿por qué con contar también con la voz de los afectados?, ¿cómo es posible no incluir en un pacto por la sanidad a las asociaciones de enfermos, al Defensor del Paciente o a las múltiples y variadas asociaciones de profesionales que participan en la sanidad, como son los quiromasajistas, los homeópatas, etc. En el reciente simposio de oncología de Barcelona se afirmó que en cinco años el estado no podría sostener el actual gasto en tratamientos contra el cáncer. Esto puede ser la punta del iceberg, expresión de un problema social sin precedentes. A nadie se le escapa que el pacto de estado por la sanidad tiene que afrontar el problema de la crisis. Habrá que ver cuál es la propuesta que nos presenta el Ministerio de Sanidad. Desde luego, en cuanto a compromiso con los pacientes, el de Bernat Soria está acreditado por su trayectoria. Sin embargo, los primeros pasos dados no parecen que vayan para dotar al país de una sanidad al servicio del pueblo no parece vayan en esa dirección.

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