En una larga entrevista en el diario del grupo Prisa, Jesús Eguiguren, presidente del PSE-EE afirma que vale la pena el riesgo que corre su partido al gobernar Euskadi en condiciones difíciles por el objetivo de lograr la paz, y que ésta se abrirá paso en 2011. Hay que recordar y tener presente que quien lo afirma es el que protagonizó, hace dos años, las conversaciones con ETA y con Batasuna. No hay paz verdadera sin libertad. También el régimen franquista resaltaba la paz existente. El objetivo por el que vale la pena luchar en el País Vasco es la libertad. El objetivo que vale la pena es desmontar el régimen de terror, miedo y silencio, mantenido durante tantos años desde el gobierno autonómico por Ibarretxe, Arzallus y compañía, con el siniestro concurso de ETA.
Eguiguren tergiversa los hechos al decir que “si hubiéramos hecho caso a los que nos han demonizado or aquellas conversaciones, el PNV seguiría gobernando veinte años más. El constitucionalismo llega al poder gracias a los acusados de hablar con ETA”. Es una falsedad que quiere cambiar la realidad. El constitucionalismo va a llegar a Ajuria Enea y va a poder desalojar a la camarilla etnicista del PNV porque un fuerte viento popular por la defensa de la libertad y la unidad se ha levantado en toda España y, especialmente, en el País Vasco. Los nacionalistas étnicos y excluyentes de todo pelaje han sufrido una importante derrota, y todos los que han apoyado, de una u otra forma, el constitucionalismo han recibido el voto de los ciudadanos hartos de la imposición de políticas disgregadoras. Sólo esta lucha por la libertad vale la pena.