Sí­, ¡queremos ser como Islandia!

Polí­ticos y banqueros a la cárcel

¿Me creerí­a usted si le dijera que hay un banco en el mundo que devuelve dinero a sus clientes, reembolsándoles el 20% de los intereses pagados en los últimos años por considerarlos excesivos? Pues por increí­ble que parezca, existe. Se llama Landsbankinn y es el segundo mayor banco de Islandia. Claro que si a continuación añadimos que muchos de los antiguos altos directivos de esos mismo bancos están siendo juzgados, el asunto empieza a ser comprensible.

“Se busca. Hombre, 48 años, 1,80 metros, 114 kilos. Calvo, ojos azules.” La descripción, acompañada de una foto, aparecía en las jefaturas superiores de policía de toda Europa a principios del pasado mes de abril remitida por la Interpol. El sujeto en cuestión era Sigurdur Einarsson, ex todopoderoso presidente ejecutivo de uno de los grandes bancos de Islandia, el Kaupthing. Pocos días después era detenido en su lujosa residencia de 12 millones de euros en Londres. Hoy está a la espera de juicio. Y le acompañan otra docena de altos ejecutivos de los principales bancos islandeses.

Pero además, los magnates financieros no están solos. Junto a ellos, el antiguo primer ministro se sienta también en el banquillo, acusado de negligencia cómplice, por haber conducido al país a la ruina mientras los banqueros se forraban.

¿Se imagina usted que pudiera juzgarse a Botín por los abusos de la banca o a los altos directivos de las cajas por llenarse los bolsillos mientras conducían a la quiebra a sus entidades? ¿O que Zapatero tuviera que sentarse también en el banquillo por una gestión política que ha condenado al país al abismo mientras bancos, monopolios y multinacionales se hinchaban a beneficios? ¿Quién dice que es un sueño inalcanzable? La misma realidad nos muestra que eso exactamente es lo que está pasando en Islandia.

Y está pasando, en primera lugar, porque la respuesta que ha dado el pueblo islandés a los intentos de hacer recaer las consecuencias de la crisis sobre las espaldas del 90% de la población ha sido, en primer lugar, una respuesta política.

Movilizándose y uniéndose como un sólo hombre consiguieron derrocar al gobierno, negarse a aceptar las imposiciones del FMI y Bruselas, someter a referéndum (y rechazar por dos veces) el pago de la deuda externa de la banca, reformar la Constitución para dar mas capacidad de participación y control a los ciudadanos sobre la clase política y, finalmente, perseguir judicialmente y encarcelar a los responsables.

Pero más allá incluso de todo esto, la experiencia más importante que se desprende de lo que viene ocurriendo en Islandia desde comienzos de 2009 es la constatación práctica de que sí se puede. De que los pueblos sí podemos cambiar las cosas en una dirección favorable a nuestros intereses. Que no está escrito en ninguna parte que debamos resignarnos y someternos a los dictados de ninguna oligarquía financiera, de ningún centro de poder mundial, de ninguna gran potencia por poderosas que éstas parezcan.

Que los pueblos, si nos unimos, nos movilizamos y nos organizamos somos una fuerza imparable.

Y al hacer esto, además, resulta que Islandia se ha convertido en el país europeo que más rápidamente ha salido de la crisis, creciendo un 3% en 2011, cifra en que volverá a hacerlo este año.

Si Islandia lo hace y es el país europeo que más creció el pasado año… ¿quién ha dicho que nosotros aquí no podemos hacer lo mismo?

One thought on “Polí­ticos y banqueros a la cárcel”

  • Estoy por la labor de crear una propuesta igual aquí­ en España,habrí­a que conseguir todas las firmas posibles y llevarla a tod@s los españoles/as ,me falta algo de iniciativa y apoyo para su concepción y desarrollo,alguien me ayuda?

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