El Observatorio

Poder blando

¿Qué es, en qué consiste, como se consigue y se ejerce el «poder blando», eso que según sus crí­ticos Bush jamás empleó en su mandato, convencido como estaba de que con el «poder duro» (militar) podí­a poner de rodillas al mundo entero, lo que no ha hecho sino echar por la borda la imagen de EEUU en el mundo entero y perder aliados y amigos por doquier? Poder blando es la capacidad de ganarse el corazón y la mente de la gente, ganarse su simpatí­a y su confianza, para poder luego llevar a cabo un proyecto con ellos. Un ejemplo manifiesto de cómo se logra eso lo tenemos en la recentí­sima ceremonia de los Oscars, cuyos ocho estatuillas a «Slumdog Millonaire» levantaron una ola eufórica en la India, desde los parias al primer ministro.

Es difícil de exlicar la ola de verdadero entusiasmo popular que se vivió en la India el pasado lunes conforme, estatuilla a estatuilla, la Meca del cine en Hollywood dejaba caer una verdadera lluvia de oro sobre "Slumdog Millonaire", una película que a pesar de ser una producción británica, y contar con un director inglés, se rodó íntegramente en la India, con actores, músicos y técnicos de la factoría Bollywood, y que pese a las críticas iniciales por la crudeza de algunas escenas y situaciones, había ido calando poco a poco en el público indio (especialmente entre las clases más desfavorecidas) hasta convertirse en un espejo del sueño de millones y millones de personas.La noche de los Oscars se celebró en toda la India con fiestas, bailes y cantos, como si se tratara de una auténtica fiesta nacional. En los bares, en los taxis, en el transporte público, allí donde había un transistor, se escuchaba y coreaba una y otra vez "Jai Ho", la ganadora del Oscar a la mejor canción original, del indio A. R. Rahman, o algunos de los fragmentos de la bellísima banda sonora de la película (también ganadora del Oscar), del compositor indio A. H. Rahman, uno de los grandes de Bollywood. En el poblado de chabolas de Bombay donde se rodó la mayor parte de la película, no faltaba un alma delante del televisor y se derramaron muchas lágrimas, unas de orgullo y otras de emoción. Como la fecha coincidía además con la festividad de la diosa Shiva, muchas escuelas se quedaron vacías, los niños no fueron al colegio y bastantes negocios cerraron. Abrazos, gestos de alegría, cánticos, fuegos artificiales, todos los signos del triunfo y la satisfacción se adueñaron por unas horas de millones de hindúes. Hasta el primer ministro, Manmohan Singh, aseguró que los ganadores "han enorgullecido a India".Eso es "poder blando". Eso es capacidad para ganarse la simpatía y la confianza de la gente, eso es un paso para ganarse sus corazones y sus mentes. Por sí sólo, el "poder blando" no va a ninguna parte. Pero sin él, como han demostrado los años de Bush, aún se va a peores sitios. La nueva América de Obama quiere recuperar rápidamente la eficacia de ese arma olvidada, que tantos réditos les dio en el pasado, tantos caminos les allanó y tantas puertas les abrió, para lograr mantener su hegemonía mundial durante decenios.Hollywood siempre ha sido uno de los instrumentos fundamentales del "poder blando" de EEUU. De su capacidad de seducir y ganarse a la gente. Es cierto que ha perdido talento, pero no peso. Año a año revalida su hegemonía global, pese a su pérdida alarmante de calidad. Y acaba de hacer una verdadera exhibición de que mantiene íntegra su capacidad de seducción al servicio de una estrategia política. La ola de simpatía despertada en la India será sin duda un dulce estímulo para tratar de llegar a una alianza estratégica de EEUU con el subcontinente indio en una región del mundo, Asia, que Obama acaba de proclamar como el verdadero corazón de la política de EEUU para el siglo XXI.

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