Pinza contra la paz en Colombia

El asesinato de tres periodistas ecuatorianos de el diario El Comercio a manos de los grupos armados de la disidencia de las FARC ha puesto de manifiesto ante el mundo que el proceso de paz en Colombia dista mucho de haberse consolidado ni de haber alcanzado un punto de no retorno.

Junto a todos los embites de los más reaccionarios círculos de la derecha colombiana -encabezados por el expresidente Álvaro Uribe, siempre cercano a los paramilitares y a los halcones de Washington- que quieren hacer descarrilar los Acuerdos de Paz de La Habana firmados entre el gobierno Santos y la dirección de las FARC, y que ya ha conseguido que la guerrilla entregue las armas y se convierta en fuerza política, la aparición de una disidencia que ha vuelto a tomar las armas -el llamado Frente Primero, que agrupa a entre 1.000 y 1.500 hombres- supone un grave riesgo de involución. Ambos -ultraderecha de Uribe y disidentes de las FARC- forman una «pinza» que amenaza el proceso de Paz.

La disidencia de las FARC que dice «sentirse engañada por el incumplimiento de los acuerdos de La Habana», sigue empeñada en practicar el secuestro y la extorsión como «arma revolucionaria», junto a prácticas tan socialfascistas como el reclutamiento forzoso, las amenazas, los asesinatos de campesinos o el requisamiento de sus bienes. En los últimos dos años se han atribuido a estos grupos 147 acciones, entre enfrentamientos con el Ejército, emboscadas y activación de explosivos. En los cuatro meses de este año las disidencias han cometido 46 acciones, 38 más que en el mismo periodo de 2017 incluyendo el asesinato de líderes sociales que promueven la sustitución de los cultivos de coca de los que se financian los disidentes.«La ultraderecha de Uribe y disidentes de las FARC forman una «pinza» que amenaza el proceso de Paz».

Estas fuerzas no están por el momento unificadas. Mientras la disidencia del excomandante, Gentil Duarte, que opera con unos 400 hombres al suroriente de Colombia tiene una fuerte presión social para mantener las estructuras organizativas en esa región, la disidencia de alias «Guacho» sobre la frontera con Ecuador tiene un objetivo claro: mantener y proteger los corredores del narcotráfico que salen hacia el Pacifico. Este último grupo armado es el que ha secuestrado y ejecutado a los tres periodistas ecuatorianos.

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